Fue una experiencia nueva para mi, solo dos veces en mi vida he visto morir a una persona y no estuve presente para la muerte de ninguno de mis padres. Hace unos seis o siete meses atrás decidimos llevarla a la casa porque estaba realmente mal, vivía sola desde hace muchos años y no le hacía ninguna gracia venirse con nosotros, pero ya era claro que en poco tiempo más no podría valerse por si misma.
Durante un par de meses la acomodamos en una pieza y empezó a recuperarse, caminaba sola iba al baño aunque todo bien despacio, de repente le vino una crisis y una prima que es paramédica decidió que la lleváramos al hospital. Grave error, se fue caminando y volvió en camilla llena de moretones por la sangre y los examenes que le hicieron, ya no caminó más. Yo interpreté los exámenes con ayuda del doctor Google y no me explicaba como seguía viva.
Luego se fue recuperando muy lentamente, yo la sacaba al patio, la sentaba y la dejaba leyendo en la sombra, todo iba más o menos bien hasta que mi querida suegra se cayó por la escalera y se quebró un brazo. Las escalas de mi casa son trampas mortales: mi suegra se ha quebrado un brazo, la otra muñeca y un pie en sucesivos accidentes.
Con mi suegra en el hospital hubo que mandarla a donde otros parientes, que la soportaron solo un par de días, apenas mi suegra volvió con su brazo enyesado la trajeron de vuelta. Esa vez si que volvió pésimo, con un humor de diablos ya casi no hablaba y apenas se movía.
Yo diría que allí empezó a morirse, dejó de hablar completamente y solo se quejaba, aunque no sentía dolor, parece que veía lo que se le venía y no le hacía ninguna gracia. Finalmente dejó de comer hasta quedar como un esqueleto con una capita de piel, cuando la movía me daba miedo que se fuera a quebrar. Entonces yo les dije que no le dieran comida si no quería, que solo trataran de hidratarla y en cambio le consiguieran pastillas para dormir. Con un cuarto de pastilla pasaba durmiendo todo el día, creo que esa fue la mejor receta porque se murió en pleno sueño.
Tenía como 86 años y es la culpable directa de la desgracia de mi vida: las primeras veces que iba a buscar a la Pilar a su casa, en los ochentas, nunca quise entrar, hasta que una vez salió ella y me entró a empujones. Entonces me cociné porque desde ese día quedé incorporado a la familia.
Los primeros años no la soportaba, pero con el tiempo le fui tomando más y más cariño, era una persona buenísima y no tenía un pelo de tonta, solo que era muy nerviosa. Nunca le vi un solo acto egoísta o mal intencionado, jamás. Por muchos años venía a la casa los fines de semana y se pasaban la tarde jugando al naipe. Durante un tiempo, cuando la echaron de donde siempre había vivido, la trajimos para nuestra casa pero no se acostumbraba. Finalmente volvió a vivir independiente en una pieza que le consiguieron otros parientes hasta que la enfermedad le pegó fuerte.
Desde hace unos dos años su enfermedad a los riñones empeoró tanto que el médico le dijo que si no iba a diálisis se iba a morir, big deal, ella dijo que de ninguna manera se iba a dializar y creo que fue una decisión inteligente, vivió bien por lo menos un año y medio más, a su manera.
En fin, no me entristeció en lo más mínimo, más bien me alegro que se le hayan terminado todos sus problemas e incomodidades. Después vino todo el trámite de sacarla de la casa y la proeza logística que significó bajar el ataud por la escalera de la muerte. Yo no le tengo miedo a los muertos pero si tengo terror a los ataudes, cuando aparecieron los de la funeraria yo me escondí con el pretexto de que tenía el hombro lastimado, solo escuchaba como maldecían tratando de bajar la caja. Al final muchos terminaron muertos de la risa mientras yo sentía escalofrios al escuchar los golpes del cajón contra las paredes.
Y así la tía que más quise ya está muerta y enterrada. Es la semana de los muertos parece porque también murió el famoso Renato del Real, ariqueño neto y dueño de la botillería más popular de la ciudad Don Chumingo, como lo conocíamos todos. Mis condolencias a su hijo y amigo Renato Jr. También murió Elizabeth Taylor, Tom la conoció a ella y a los hijos que tuvo con Mike Todd, el gran amor de su vida, un par de días antes justo me estaba contando unas historias chismosas de ella y Richard Burton.
Que tanto si todos nos vamos a morir, de la muerte no se salva nadie, tampoco de los cuernos. Me acabo de tomar unos schop a su salud. Hasta mañana.
Recibe mis sentidas condolencias, Tomas.
ResponderBorrarTomas. Quiero ver la muerte como tu la ves.
ResponderBorrarUn abrazo.
Mis condolencias.
ResponderBorrarAlla vamos todos, algunos llevamos mas camino adelantado no mas.
Tomas, ayudandote en tu conformidad con el suceso.
ResponderBorrarA proposito de la muerte natural de un anciano en casa, que es un hecho lamentable que de seguro muchos tendremos que vivir y superar, seria bueno que hables de un tema pocas veces tocado y que muchos ignoran: esto es, cual es todo el procedimiento a seguir desde que se toma el cuerpo desde su lecho de muerte hasta que este, es sepultado.
ATT.
INTI
enmiendo lo anterio, debi decir "desde que se constata la muerte natural en casa, hasta que este es sepultado"
ResponderBorrarATT.
INTI
Se siente la pena en tu relato contenido. Un abrazo Tombrad...
ResponderBorrarAh chas gracias amigos, la cosa fue mucho menos trágica de lo que parece.
ResponderBorrarInti, teníamos la misma duda porque en estos días no es usual que alguien se muera en la casa. El procedimiento fue bastante simple: llamamos al hospital y vino una ambulancia con dos paramédicos, ellos comprobaron que estaba efectivamente muerta y pidieron los exámenes y su ficha médica para llevarlos al hospital al doctor que la estaba tratando. Este doctor firmó el certificado de defunción y con eso quedó todo listo para llamar a la funeraria, quienes se encargaron del resto.
NO Tomás, si no digo que la situación sea terrible ni mucho menos; la mjuerte puede ser algo de lo más normal, como este caso, y así te lo tomaste; uno hasta puedesentirse super bien en estos casos, y andar hasta jovial al ver una muerte tranquila, oportuna y construcitva, pero siempre hay una vena del alma que se conmueve y acude alas cosas relacionadas con el sentimiento de algo bueno que se fue y ya no estará; no sabes cuanto detesto a los sensibleros a todo evento en estas cosas; suelen ser los más dolidos en los funerales, y los que más lloran y lamentan a veces fueron los más desentendidos de la persona; esos que nunca la llamaron y nunca se preocuparon y llegan al velorio dando consejos, presionando por esto o lo otro y porque el difunto se merece aquí y allá; me dan asco y los más cercanos son los más en paz, claro, pues hicieron las tareas cuando correspondía; a los otros los urge la negligencia...
ResponderBorrarAh claro, hay una especie de presión social que dice que hay que llorar y ponerse muy triste en esas ocasiones. Tal vez por eso los antiguos eran más prácticos y contrataban "plañideras" para que lloraran por ellos
ResponderBorrarMis condolencias...a propo de muertes, las más sabrosas historias son cuando muere un jetón y aparece la amante con toda la perso del mundo en el funeral. Yo fuí testigo de ese caso y no sabes que es lo que le duele más a la viuda oficial, si la muerte del mencionado o el gorreo de larga data.
ResponderBorrarEn Arica años atrás hubo un caso divertido de dos funcionarios públicos, compañeros de trabajo, amantes y ambos casados, se mataron cuando iban de noche camino a una remota playa muy popular para hacer esa clase de trámites. Los velorios y funerales fueron el mismo día un enredo enorme donde todos se miraban con cara de sospecha. El diario festinó semanas con el asunto.
ResponderBorrarSentidas condolencias para quienes amarón y cuidarón alguna vez de ella , ojala ella se lleve un hermoso retrato de aquellos que amo . y cual sera su epitafío ??
ResponderBorrarsaludos Tomacito.
Ah compadre chas gracias, la verdad es que no sé porque no participé en ninguna de las actividades después de la muerte, velorio, entierro, etc. Le tengo un poco de fobia a esas cosas.
ResponderBorrarHola Tomás, Una pena y a la vez un alivio lo de tu tía, quien ya no sufrirá más, porque vivir así como estaba ya no era vida. ALgo similar le ocurrió a mi abuelo; tras 10 años de muerte lenta víctima de la diabetes, amaneció un día muerto, yo fui a única q no estuvo esa mañana llena de gritos y desesperación, me había ido de parranda, cuando volví ya no estaba, rápidamente habían tramitado todo, puesto al abuelo en un cajón y llevado al velatorio. Y aunque ni bien entré la noticia me cayó como un baldazo de agua, luego lo pensé y me di cuenta q era lo mejor: postrado, lleno de heridas, y casi sin hablar.. para qué vivir así? En fin, RIP.
ResponderBorrarEs la ley de la vida, tenga mis condolencias.
ResponderBorrarLo siento por ti.
ResponderBorrarSaludos.
Carla, Uldschmidt, Javier, en realidad en esas condiciones es un alivio para todos. Ulschmidt así es, la muerte es la ley de la vida.
ResponderBorrarMi pesame a su familia
ResponderBorrarChas Grax Don Nervio, chas gracias
ResponderBorrarMi sentido pesame tomas...
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