Por Tacna

Tanto que me burlé de los resfriados en mi casa, resulta que volví de Tacna y amanecí con la garganta inflamada, me parezco al Quico, aunque confío que si hoy no me levanto se me va a pasar solo. El amigo con que me junté en Tacna venía llegando de Argentina, de donde trajo un violentísimo resfriado y parece que me pillo a mi también, que mala suerte.

El viaje estuvo estupendo, como yo andaba helado, sin un peso en el bolsillo, gracias a la maldita huelga de la universidad, viajé con el alto auspicio de mi amigo Tom McDonnell que tenía que ir a comprar algunas cosas así es que aprovechó de invitarme. Nunca se pasa mal con un amigo irlandés.

Tacna no deja de sorprenderme. Esta vez anduve por el distrito Gregorio Albarracin, que en el año 90 era una pampa llena de piedras con uno que otro rancho y hoy es es barrio más pujante de la ciudad. Con más de 100.000 personas es el barrio donde todo se fabrica. El amigo con quien estoy haciendo el proyecto es gerente de desarrollo social de la municipalidad Albarracin y me contaba datos increíbles de esta otra Tacna.

Por ejemplo que todas las confecciones que alimentan a las ferias y mercadillos se hacen en talleres de ese barrio y se encuentran a precios mucho más bajos. Existen más de 40 buenos restaurantes y en total, contando los mas pequeños, hacen mas de 100. Solo en ese barrio hay más restaurantes que en todo Arica. Tacna es un diamante en bruto que se encuentra llena de lugares interesantes y desconocidos para el turista,

Almorzamos un rico ceviche norteño donde Don Luchito, un bonito restaurant que queda cerca de la plaza Pérz Gamboa y allí me di cuenta por que en Arica no hay ninguna cevichería. Es simple, el ceviche tiene que hacere con pescado recién sacado del agua, que no ha sido congelado. Como la carne es cruda una vez congelado pierde gran parte de su sabor, en Arica no hay suficiente pescado fresco para mantener un negocio así, donde el pescado que no se usa en el día ya no se vende. Eso se puede hacer en Tacna donde los costos son un tercio de los chilenos, en Arica un ceviche coo ese costaría una fortuna.

Luego pasamos con Tom a hacer sus compras y llamamos a Victor, de las cervezas artesanales quien me dijo que el local funcionaba a partir de las 5:30PM, como era temprano nos fuimos a hacer hora al Bocaccio y nos tomamos dos cervezas, y dos, y dos, y dos, y dos más. La conversación estaba buena, me encontré con mi amiga Miluska, ex compañera de la Municipalidad de Tacna y pasado las cinco ya no estábamos en condiciones de pasar donde Victor, nos volvimos muy contentos y enfiestados para Arica.

En fin, el resfriado me está empezando a atacar y tengo que organizar las defensas, mejor no escribo más y me dedico a pensar que pasaría si los chilenos fuésemos emprendedores y esforzados como los peruanos, o si los peruanos fuesen serios y organizados como los chilenos. Seguro que no nos para nadie. Pero que hacer, toda moneda tiene dos caras, no se puede tener todo. Hasta mañana.