El honor de la ciudad está a salvo

Finalmente terminé el curso básico del Visual Basic para Aplicaciones, o al menos la primera parte. Le debería agregar algunos ejercicios o desafíos para que hagan los alumnos para que quedara completo. Unos pocos años atrás no lo habría hecho ni muerto, hay gente como McDonnell que tiene una amistad natural con la cámara pero yo soy todo lo contrario y mucho peor con el micrófono. Una vez me tocó dar una charla de casi una hora en un auditorio con cientos de secretarias o algo así en Perú y transpiraba tinta china por mi mala relación con el microfono, mala dicción y etc. Ahora me da lo mismo porque le perdí el miedo al ridículo. Bueno... hasta cierto punto. En base a mi experiencia de los años 2000, cuando publiqué mis primeros cursos he creido conveniente colocar de nuevo mi política sobre las consultas por mail. Si me quieren preguntar algo mejor que lean esto primero.

La cosa es que este curso fue un ensayo para aprender y está lleno de problemas que se supone iré arreglando a fututro. Sin embargo creo que el contenido está bueno, he visto algunos cursos de VBA en la web y todos me han parecido pobres o mal enfocados. Dudo que a alguien -que no sea un estudiante de informática- le interese empezar aprendiendo el modelo de objetos, como hacer clases o colecciones. Mi curso es práctico, como puse en una entrada anterior es programación para el hombre común: que un notario pueda automatizar sus escritos, que un contador pueda llevar la contabilidad de sus clientes, que un comerciante pueda conciliar su chequera y controlar los gastos. Esa es la clase de usuarios que me interesa, que los computines se las arreglen por su cuenta.

Creo que la idea inicial del Visual Basic para Aplicaciones fue esa, que no fuesen los programadores sino los usuarios los que incrustaran sus propias micro-aplicaciones, pero en algún momento Microsoft perdió el rumbo y metio todo en su famosa NET Framework, entonces se pudrió todo.

Pero tal vez el problema empezó antes cuando Microsoft empezó a impulsar sus motores de base de datos y los Active Data Object (ADO) como medio preferido para guardar la información en el disco. Durante varios años -por culpa del fanatismo de muchos profesores de computación- se consideró una herejía guardar los datos en archivos de texto claro en el disco, la propia Microsoft desalentaba usar esos métodos diciendo que eran "obsoletos" y que la manera preferente era usando motores de base de datos. ¡Pero es absurdo usar bases de datos en aplicaciones pequeñas! solo complican la instalación de las aplicaciones y limitan la portabilidad.

El año 2005 le comentaba esto irritado a Stephen Gutchneck, que entonces vivía en Arica y me dijo "no te preocupes, ya viene el XML y todos los datos para aplicaciones pequeñas se volverán a guardar en texto claro". Dicho y hecho, en esos años yo no tenía idea que era el XML y ni me imaginaba la importancia que llegaría a tener. En una segunda etapa del curso colocaré algo sobre los diferentes métodos para guardar los datos en disco: los secuenciales delimitados por comas me imagino que pueden ser convertidos en XML con cierta facilidad, archivos de texto random en forma relacional para aplicaciones sencillas y las conexiones con bases de datos.

No me gusta usar el VBA con bases de datos por los motivos que ya dije (limitan la portabilidad) pero además es innecesario. Casi cualquier cosa sobre base de datos se puede hacer usando SQL ¿para que el Visual Basic entonces? ¿solo para dibujar las pantallas? He visto varias aplicaciones así, cuando supervisé el complicado sistema de la Municipalidad de Tacna era casi puro SQL con pantallas hechas en Visual Basic.

Me molestan los sistemas grandes, les tengo antipatía y creo que degradan el trabajo de un programador, mucho más divertidas son las micro-aplicaciones, los programas para la gente común son más creativos y menos estandarizados. Esos me gustan. En fin, se que son cosas que no interesan ni al 1% de los que leen en este Club de Ociosos pero que me importa, les doy la lata igual.

El domingo mientras esperaba a McDonnell en el centro me encontré con Ricardo Doods Laspiur, uno de los locos Vadulli y mientras esperaba nos pusimos a conversar. Resulta que somos del mismo barrio (Patricio Lynch con Maipú) y nos concocemos desde hace muchos años. Cuando yo tenía la tienda, en los años noventa, cada vez que se emborrachaba le dio la costumbre de ir a molestar a los clientes. Entonces un gordo carabinero de la comisión civil -también del barrio y muy conocido en Arica- me regaló un tonto de goma hecho con grueso cable de soldadora, con la recomendació que le pegara entre los omóplatos la próxima vez que apareciera. Solo tuve que mostrarlo, los locos en esos años ya eran pacíficos y amistosos.

La cosa es que Ricardo me contaba que había dejado de tomar y no contento con eso me dijo que quería trabajar lo que agregó indignación a mi estupefacción inicial ¡la crisis moral! ¡el loco Vadulli trabajando!. Le dije de inmediato que si lo veía trabajando le quitaría el saludo de inmediato y quedaría vetado en la lista de mis conocidos, toda su vida los locos han sido un bastión a la flojera y han vivido sin trabajar un día a nadie como buenos ariqueños.

Y así me dio un largo discurso sobre el vicio maldito que lo había tenido atrapado toda su vida, y que llevaba tres semanas sin tomar una caja de vino (sóplame este ojo, pensé) y se anduvo enojando cuando yo le dije que cuando un alcoholico deja de tomar se muere, es verdad, lo he visto varias veces. Bueno, la cosa es que apareció McDonnell y nos despedimos, después de un rato pasamos a comprar cervezas y allí estaba el loco comprando su primera caja de vino del día. Pude respirar tranquilo, el honor de la ciudad está a salvo y como pasa todos los días borracho no hay manera que encuentre trabajo. Menos mal.