Los antisociales

Este viernes santo mi casa ha sido el palacio del individualismo, desde que me levanté no he visto a nadie más que de pasada. La Pilar en el dormitorio viendo tele y jugando en el computador. El Tomás Jr. encerrado también en su dormitorio con el computador y el teclado. Mi querida suegra entre la cocina y carpintereando, que es su hobby y mi suegro don Pepe, como siempre durmiendo a pierna suelta.

Yo he pasado todo el día en mi reducto, bati-cueva, refugio anti bombardeos y anti terremotos, adonde me llevo hasta el almuerzo y el five o clock tea. Que delicia estar solo y encerrado sin que nadie me moleste, lo suficientemente alejado de la casa como para que ningún ruido rompa mi sosiego. Ya lo dijo Fray Luis de Leon:

¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!

Habilitar este escondrijo en el garage ha sido una de mis mejores ideas desde que decidí vivir en la casa rodante. En este refugio antiaéreo filmo mis lecciones de video y grabo el sonido sin que nadie me moleste, tampoco me siento ridículo por estar hablando solo porque se que nadie me está viendo. Además tarde -como a esta hora- lleno un vasito de 1 onza con un cognac Tres Palos, fuerte como un matarratas, y me lo tomo de a sorbitos. Tengo un colchón en el suelo y a veces hasta me atrevo a echar una siestecita, a pesar que las arañas de rincón abundan, confío en mi suerte y duermo igual. En fin, es mi pequeño paraíso.

No poder estar solo es una tortura, siempre pensé que si me tomaban preso no me iba a afectar porque estoy acostumbrado a no hacer nada, pero cuando conocí la cárcel vi que tal vez no sería tan así, creo que lo que me molestaría es tener a gente cerca las 24 horas del día, soy completamente antisocial. Siempre que pienso en eso me acuerdo de mi amigo Stanko que cayó injustamente por 15 años, en fin, espero que ya se haya acostumbrado, uno siempre se acostumbra a todo.

Esta foto la saqué en los años ochenta y tantos, cuando después de muchos años volví a Chiloé, es de las tierras que eran de mi papá, en el fondo apenas se ve pero hay un locomovil, en la época de la Unidad Popular los hilliches que trabajaban el aserradero se lo tomaron y se quedaron con la tierra, la madera y las máquinas. Vendieron las tablas que estaban aserradas pero los mismos troncos que dejamos en 1973 estaban intactos, sin aserrar más de 10 años después.

No les tengo particular antipatía, pero tampoco ninguna simpatía, nunca conocí a uno solo que valiera la pena, al menos los que yo conocí eran mauleros, hipócritas, rastreros y siempre listos para pegar la cuchillada si les dabas la espalda. Seguro que hay gente buena, ahora que lo recuerdo tengo un amigo de esas comunidades que es profesor universitario, un gran tipo, pero son minoría. Su mentalidad es generalmente depredadora, mitómanos y ventajistas.

Acabo de leer en Internet que la comunidad de Huaipulli fue multada con 500 millones de pesos por tala ilegal de bosque nativo, como dice el refrán "Dios castiga, pero no a palos". Claro que es una multa simbólica ¿de donde les van a sacar 500 millones si apenas tienen para comer? lo que ganen se lo gastan en trago, en ese sentido son para mi un modelo de perfección, si no fuesen tan vacunas -incluso entre ellos mismos- los admiraría. En fin, ese fue mi antipático recuerdo de la comunidad hilliche de Quellón y su cacique de entonces, José Huenteo Raín a quien conocí y que ya debe estar bien muerto.

Y esta noticia si que me llamó la atención, Eduardo Galeano, el profeta de los perfectos idiotas sudamericanos, que escribió esa seudo biblia llamada "Las venas abiertas de América Latina" finalmente reconoció que su libro fue una porquería y que ni el mismo lo volvería a leer. Haciendo notar que fue "un intento de un joven de 18 años de escribir un libro sobre economía política sin conocer debidamente el tema. (...) Yo no tenía la formación necesaria. No estoy arrepentido de haberlo escrito pero fue una etapa que, para mí, está superada".

¿Que dirán ahora los Galeano-lovers que acostumbran a citar sus párrafos de memoria igual que los malditos canutos? Ya se les ocurrirá algo, la racionalización siempre encuentra su camino.