Los homosexuales en la iglesia y las FFAA

No soy homofobico, porque "fobia" implica un miedo irracional y no le tengo ningún miedo a los homosexuales. Lo que si me pudren son los amanerados que ostentan su preferencia para tener relaciones con los de su mismo sexo, como si fuese una gran cosa o algo para sentirse orgulloso. Y me re-pudren, los que tratan de acomodar al resto de la sociedad para obtener privilegios, con el pretexto de la no-discriminación.

Esa actitud, despreciable y oportunista, es muy común en otras minorías llámense indígenas, animalistas, veganos o lo que sea. Que se vayan al diablo, por más leyes que consigan jamás serán apreciados ni reconocidos por ser "minorías". Si quieren ser reconocidos partan por hacer algo destacable, para que los reconozcan por lo que realmente valen.

Todo este cuento de las "teorías de género" ha sido inventado para ganar espacios y privilegios. El efecto final será muy negativo para ellos mismos. El solo hecho de ser una minoría provoca agresividad, pero una minoría prepotente genera furia. Al final terminan irritando a la gente normal. Todos tenemos perfecto derecho a vivir la vida privada según nuestras propias preferencias, pero nadie puede pretender que el estado obligue a aceptarlos bajo sus propias condiciones. Ninguna minoría puede obligar al resto, eso siempre produce rechazo y finalmente violencia. Obvio que tienen todo el derecho a exigir tolerancia en el sentido de no ser sometidos a abusos, ese es un derecho que tenemos todos. Cuando se habla de tolerancia me parece muy bien, pero debe ser mutua, la intolerancia y agresividad de algunos homosexuales es increíble.

Dicho todo esto, aunque parezca mentira yo soy completamente tolerante hacia la homosexualidad, no tengo ningún problema con que las personas tengan los comportamientos y preferencias sexuales que quieran y he tenido buenos amigos y amigas en ese grupo. Nunca he considerado que sea algo inmoral o reprobable, me parece que es principalmente un gusto, tal como a mi me gustan los puros por ejemplo, ningún problema. A los que les tengo una bronca parida es a los activistas homosexuales, que en realidad es parte de una profunda repulsión que me provocan los activistas de lo que sea.

Taxonomía
En cuanto a la homosexualidad yo no creo que pueda ponerse a todos en un mismo estandar. A lo menos se podrían hacer dos grandes grupos:

Por una parte están los hermafroditas o las personas que supuestamente nacen con cerebro de mujer en un cuerpo de hombre (si es que puede existir tal cosa). Por el otro lado los que simplemente prefieren hacer cuchi-cuchi con gente de su mismo sexo, porque les satisface más que hacerlo con los del sexo contrario.

Los primeros casos serían personas enfermas, con un defecto congénito (por ejemplo tener organos reproductores de ambos sexos en el cuerpo, o el supuesto cerebro cambiado) y son casos rarísimos, como los siameses o la gente que nace con otras deformaciones. Eventualmente los problemas de estas personas pueden ser arreglados o mitigados por cirugía o tratamientos médicos.

La abrumadora mayoría pertenecen al segundo grupo, los que son por preferencia sexual y esto no tiene nada de raro porque es sabido que los comportamientos homosexuales ocurren en prácticamente todos los animales superiores, bien sea para proporcionarse placer o bien por la satisfacción de otras necesidades psicológicas: un hijo rebelde ante un mal modelo paterno o alguien que ha tenido malas experiencias con el sexo opuesto por ejemplo, hay miles de razones incluso sociales, los bonobos que son unos monitos muy horny, parientes muy cercanos de los humanos, tienen comportamientos homosexuales solo para socializar, o sea se gastan parejo.

La homosexualidad del segundo tipo tiene un espectro enorme porque probablemente nadie es 100% hombre o mujer: existen desde los comportamientos normales (que son los más numerosos), pasando por homosexuales platonicos, bisexuales, hasta las locas sueltas en cualquiera de sus grados. Según yo creo, a esta homosexualidad del segundo tipo se llega muchas veces desde el liberalismo sexual.

En asuntos donde entra la libido, la imaginación tiene mucho que ver y como decía mi mamá "el fruto prohibido es el más dulce", entonces la gente empieza a poner un poquito de sal y pimienta a su vida sexual: parten con fantasías, luego las llevan a la vida real con pequeños desgeneramientos como sexo en grupo y cosas así. Finalmente algunos cruzan la línea y se pasan para el otro equipo o quedan como bisexuales. Desde mi modo de ver, estos homosexuales del segundo grupo -los no biológicos- simplemente son personas más liberales que nosotros, los comunes y corrientes, que decidieron experimentar y les quedó gustando.

Yo no tengo ningún reproche con eso, porque mis propias ideas son muy liberales y -al menos en teoría- no tengo ningún tabu moral con ese tipo de cosas. Aunque en la práctica claro que lo tengo y no me hace maldita gracia la idea de acostarme con un hombre. Por eso creo que es una preferencia respetable pero no se la recomendaría a nadie. Una vez un amigo que era homosexual me contaba que al final es una vida llena de problemas, especialmente cuando envejecen porque no pueden formar una familia normal. Esa sensación de anormalidad me decía que es lo peor y eso no se arregla con ninguna ley porque es así: el precio de su preferencia es ser anormales, fuera de norma y por más que se junten y armen mafias, eso no arregla el problema fundamental de su anormalidad.

Mi mamá, que era muy viva, fumaba como chimenea y cuando yo era chico me ofrecía cigarros, me decía "¿quieres probarlos? No son nada del otro mundo pero si quieres saca y prueba uno", como yo soy porfiado jamás fumé. Bueno, hasta que aparecieron los puros, los joint y otras cosas por el estilo. Creo que le debo a eso haber estado siempre libre de adicciones. También sabía que yo, de 11 a 13 años, pasaba metido en los Juegos Diana de Santiago, que en los sesentas eran un nido de pedofilos y homosexuales, ella solo se reía y me decía "no se te vayan a pegar malas costumbres nomás". Nunca trato de protegerme de las malas juntas, todo lo contrario,  Tenía una confianza tan ciega de que yo sabría cuidarme solo, que me la traspasó casi por osmosis, creo que es una de las mejores herencias que me dejó.

Pero bueno, ya estoy divagando. Lo que en realidad quería comentar en esta entrada era otra cosa totalmente distinta: la presencia de homosexuales en las Fuerzas Armadas y la Iglesia Católica. Leí una publicación del IED sobre el asunto en las fuerzas armadas -ya se me perdió el link- y no puedo estar más de acuerdo.

Dice el artículo que desde siempre han habido homosexuales en las fuerzas armadas y eso no tiene ninguna relación con su valer militar. Eso es correcto, no solo el ejemplo de Alejandro Magno, el capitán más grande de la historia, sino que hay muchos otros. Tal vez el más notable es el de Lord Mountbatten que era bisexual y se portaba como loca suelta con Nerhu y con sus primos de la realeza británica, mientras que fue uno de los oficiales más valientes y valiosos de la Segunda Guerra Mundial. Hay muchos ejemplos de grandes guerreros homosexuales y no debe ser raro que a los que les atrae su mismo sexo tiendan a entrar a organizaciones donde predomina uno de los sexos y se convive en condiciones de gran intimidad.

Esto obviamente no quiere decir que en las fuerzas armadas o en la Iglesia Católica sean todos homosexuales, ni siquiera la mayoría porque los que tienen esa preferencia siempre han sido minoritarios, lo que pasa es que de alguna manera son instituciones uniformadas, y cuando se destapa uno, se presume que todos los demás que llevan el uniforme son pájaros de la misma pluma, eso es absurdo.

Lo que mi me asombra es que todos estos progresistas de cartón, que se dicen liberales y apoyan a brazo partido a los ridículos activistas homosexuales con su "identidad de género" son los primeros en escandalizarse cuando aparece que un cura o un militar que es homosexual, ponen el grito en el cielo. Incluso para insultar a sus enemigos lo primero que se les ocurre es tratarlos de homosexuales o de "pobres", esos son sus dos insultos favoritos, que muestran lo miserables que son como seres humanos, ¡como desprecian a los que pretenden defender!.