Para que sirve la ANI

Muchos piensan que después de escribir tonteras todos los días por más de 10 años, en algún momento se me va a cortar la cuerda y me voy a quedar sin tema. No señores, para mostrarles que tengo cuerda para rato, me cuelgo de mi entrada anterior para inaugurar una nueva serie llamada "¿Para que sirve?". En fin, mucho blabla, vamos al grano.

La capacidad de adelantarse, pronosticar futuros problemas y diseñar posibles escenarios así como la forma de enfrentarlos, debería ser el producto de la Agencia Nacional de Inteligencia, al menos su objetivo declarado es "producir inteligencia para asesorar al Presidente de la República y a los diversos niveles superiores de conducción del Estado". Para esto debe recopilar información; elaborar informes; proponer normas y disponer la aplicación de medidas de inteligencia. Eso es, de manera muy resumida, lo que deben hacer.

Se supone que su actuar debe ser extremadamente discreto -aunque eso no es fácil por estos días- y lo más importante: su trabajo se debe reflejar en una capacidad superior del gobierno para adelantarse a los problemas y enfrentarlos de la manera más adecuada. La ANI ha sido muy exitosa en cuanto a discreción, al punto que pocos saben que existe y casi nadie que es lo que hace. Sin embargo, por  lo que se observa del gobierno, sus capacidad de reacción nacional e internacional, para adelantarse a los hechos, hasta ahora ha sido desastrosa.

Esto se podría deber a dos cosas (i) los informes, normas y medidas de inteligencia propuestas son malas, equivocadas, o bien (ii) los productos son buenos pero en el gobierno no le hacen caso. Solo la gente que está metida en el asunto lo sabe, pero lo que vemos desde afuera, es que la conducta errática, la ausencia de estrategia, la improvisación, hace que el gobierno aparezca sorprendido una y otra y otra vez en casi todos los frentes. Algo anda mal allí.

El año 2014, cuando hubo una serie de bombas colocadas por anarquistas, Marcelo Shilling la criticó con estas palabras "Que nadie se ofenda, ni mi amigo Gustavo Villalobos (director de la ANI) ni Ricardo Lagos, pero la ANI es un lugar para leer diarios. No digo que la información abierta no sea importante, sólo que no es suficiente".

Se equivoca completamente, el punto no es como ni quien obtiene la información sino la calidad de los productos, informes y propuestas. Seguramente Shilling añoraba los tiempos en  que era director de "La Oficina", un organismo clandestino que participó en secuestros y cosas peores. Es cierto que desarticularon al FPMR y al grupo Lautaro, pero se hizo en base a soplones pagados. Eran otros tiempos cuando la cosa era mucho más fácil y fue al final la policía quien hizo gran parte del trabajo... cuando los dejaron.

Hoy la cosa es muy diferente, no es tiempo para soplones sino de gente que piense, que digiera la información disponible, que proponga acciones eficientes y sobre todo que se ejecuten. Una de dos: o lo están haciendo pésimo o no les hacen caso. El problema es que si están haciendo mal el trabajo son prácticamente inamovibles, al menos los de planta. Me parece que el secretismo, amiguismo y confianzas políticas les pueden jugar en contra, a ellos mismos y al gobierno.

Me puse a buscar en Internet y veo que el sistema de inteligencia en Chile tiene a la ANI, como organismo principalmente de análisis y producción  relacionado directamente con la presidencia a través de la subsecretaría del interior. Luego hay un organismo del Estado Mayor Conjunto. También están los servicios de las tres ramas de las FFAA, dedicados principalmente a inteligencia exterior. Finalmente la Dipolcar de Carabineros y la Jipol de la Policía de Investigaciones, que serían como los brazos armados en el frente interno.

Leo que la ANI tiene secciones de "violencia política, crimen organizado y terrorismo internacional. Le siguen las áreas de análisis estratégico, contrainteligencia, administración y, finalmente, lo relacionado a finanzas e informática". En muchas de esas áreas lo que se ve es falta de inteligencia. Algo pasa.

Me pregunto si en alguno de esos servicios, tal vez alguna oficina dentro de ellos, estarán diseñando operaciones psicosociales para intereses políticos: diseño de campañas de opinión; acciones de guerra sucia y desprestigio; manejo y financiamiento de medios de comunicación, cosas por el estilo. Desde hace años recuerdo operaciones que parecen demasiado bien coordinadas, con claros objetivos políticos. La forma en que se manejó comunicacionalmente el Caso Spiniak hace años, los sucesivos "escándalos" de colusión, el Caso Penta, el propio Caso Caval, me parecen mucho más que simples inventos de algún publicista o estratega de gobierno, la coordinación y los medios desplegados son más de lo que habíamos estado acostumbrados a ver. De ser así estos genios de la guerra psicológica serían horrorosamente ineptos.

En fin, quien lo sabe. Con todo el secretismo que existe en estas cosas me queda la duda. El secreto excesivo es contraproducente, al final llama la atención  y empiezan las especulaciones. Tal vez sería mejor mantener secreto solo en las cosas realmente importantes y abrir todo lo demás, es la tendencia en todo el mundo, en todo caso.