Los puros y su guerra santa contra los malvados

La campaña en Perú está que arde, cada día más interesante. Apareció un nuevo sondeo luego del terremoto legal que dejó fuera a dos candidatos. Keiko Fujimori sube a un 37%, seguida por PPK con un 14%. Más atrás Barnechea, Mendoza y Alan. Veronika Mendoza es la única candidata de la izquierda, pero es difícil que tenga chance porque fue secretaria de la primera dama Nadine Heredia y hoy en día estar conectado con Humala parece que es como tener sarna.

Hace pocos días comentaba el efecto "todos contra Fujimori", a medida que Keiko va ganando ventaja esto se está manifestando de manera cada vez más violenta y -a mi modo de ver- bastante fascista. He visto mensajes en redes sociales que dicen algo así como "Keiko presidente sobre mi cadaver", okey, a veces se dicen tonteras en campaña pero todo esto está llegando a los hechos.

En una manifestación en Cusco a Keiko le armaron lo que en Chile conocemos como una funa, probablemente organizada por los partidarios de la candidata de izquierda Veronika Mendoza y otros anti fujimoristas. Este tipo de "acciones" se vienen repitiendo cada vez más seguido en sus apariciones públicas y cuando va a provincias empiezan a aparecer mensajes llamando a gente para ir a "botarla", para impedirle hablar con huevos, piedras, palos o lo que haya a mano.

Esa clase de escarches es un procedimiento cobarde, aplicado de manera eficiente por los nazis antes y durante su permanencia en el poder. Lo que no pueden conseguir con los votos buscan obtenerlo con la violencia física, la intimidación y el insulto. Era algo my frecuente en la política antigua, el APRA en sus años tenía una fuerza de choque llamada "los búfalos", en Chile de los años 30 tuvimos milicias nazis, socialistas y republicanas, que eran grupos de choque, todos armados. Nada nuevo bajo el sol, pero se supone que nos habíamos civilizado con el tiempo.

Estaba viendo el escarche en Cusco y trataba de pensar que tenían en la cabeza los tipos que salían con tanta rabia a tirar huevos, piedras e insultos. Creo que para tomarse tantas molestias hay que estar repleto de odio mezclado con indignación moral, con el convencimiento que ellos son los puros y tienen el deber de combatir a los corruptos. De la palabra "corrupto" se ha abusado tanto que a estas alturas no significa nada, es un lugar común para los incapaces de pensar, tal como "pueblo", "solidaridad" y tantas otras palabras que con el tiempo terminaron prostituídas.

Cuando alguien explica todas sus razones para oponerse por la fuerza a que gane la persona que saca más votos, solo se muestra que es un mal perdedor, uno que le gusta la del burrito y cuando va perdiendo se roba la pelota o patea el tablero. Es la misma psicología del terrorista, que cuando se convence que nunca podrá ganar en elecciones limpias, declara que el sistema está podrido y solo se puede limpiar por medio de su violencia.

La superioridad moral les permite hacer todo lo que condenan a los demás. Pueden mentir sin problemas, aunque se escandalizan cuando los demás mienten, cuando Allende dijo "el compromiso de los periodistas no es con la verdad sino con la revolución" hacía exactamente eso, porque al mismo tiempo se quejaba amargamente y sin arrugarse de todas las mentiras con que lo atacaban sus enemigos políticos.

Es una especie de deformación mental creada por el resentimiento, que se ve mucho en la izquierda y también en la extrema derecha. En el pensamiento de izquierda hay casi siempre un planteamiento moralista que los blinda y les permite justificar todo lo malo que hacen. Alguna gente de izquierda ha estudiado y ha llegado a tener esas ideas por convencimiento, pero la mayoría no saben donde están parados y son izquierdistas solo por resentimiento, envidia, odio. Mucha gente con poca autoestima usa esto para validarse, como no tiene logros personales para mostrar se sube a un podio de superioridad moral, son mejores porque son puros, solidarios, los otros son los malvados, estafadores y egoistas.

Es una forma de pensar muy curiosa, acabo de ver una "entrevista" de Andrés Oppenheimer a una ministra boliviana, que cuando le pidieron explicar los chanchullos de Evo se enfrascó en una cadena interminable de incoherencias, hablaba como si setuviese en un trance hipnótico. Uno podría pensar que la mujer era una loca, y tal vez en cierto modo sea así, creo que no estaba consciente del ridículo que hacía cegada por el brillo de sus virtudes morales. Siempre que alguien me reclama contra los malvados yo me reviso el bolsillo, no vaya a ser que me haya robado la billetera. Los puros muchas veces son la peor basura de personas, claro que también hay gente normal así, que solo se pasa de revoluciones.

Otra cosa característica de los puros es que fracasan casi siempre (por eso su resentimiento) entonces, luego de la indignación moral viene la búsqueda del Gran Culpable. Leo en el blog Jaque al Neoliberalismo lo siquiente:

La derecha brasileña siempre creyó que en algún momento el Partido de los Trabajadores (PT) iba a ganar, pero fracasaría y a partir de ese momento podría dirigir el país con tranquilidad. Luiz Inácio Lula da Silva ganó y resultó ser el mejor gobierno que jamás tuvo el país. Desde ese momento empezó la caza de Lula. -

Ese párrafo un estupendo ejemplo de como opera la negación y la búsqueda del Gran Culpable. Lula no es un ladrón que se enriqueció él, su familia y sus camaradas en el gobierno, al contrario, fue el mejor gobierno que jamás tuvo el país. Los puros, que son capaces de cortar un pelo en cuatro partes para demostrar la corrupción de los demás, incluso a partir de los más mínimos indicios, son completamente ciegos a sus propios robos, coimas y sinverguenzuras.

Así con los puros y sus guerras contra los malvados. Ellos pueden mentir, matar, robar y enriquecerce a costillas de la miseria de su país, todo lo de ellos es bueno porque ellos son los buenos, los asesinatos que ordenaron Fidel y el Che nunca existieron, la corrupción de Evo es un complot del imperio y la economía en Venezuela está sabiamente dirigida, pese a los ataques arteros, permanentes de los corruptos, del imperio y del neoliberalismo. Eso se llama ser maniqueo y tal vez un poco chiflado.

En Chile también tenemos lo nuestro, todavía son pocos menos mal y la mayoría no pasan de ser bocones como Navarro o Quintana. A propósito de este último unos días atrás andaba una retroexcavadora cerca de mi casa, el aburrimiento me hizo tomar la cámara y dedicarle un videito a nuestro buen Quintanilla. Que se pudra, no le deseo mál pero ojalá que no lo reelijan y tenga que trabajar como cualquiera, a ver si se le pasa lo bruto con eso.
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