Un amigo menos

A la izquierda Juan Carlos Oganes, director y productor del largometraje La Gloria del Pacífico, al centro Carlos (Gato) Zapata, actor y a la derecha el vago bueno para nada que escribe estas líneas, ese día estábamos en las ruinas del Fuerte Ciudadela, camino al Morro de Arica.

Como saben los regulares de este Templo del Ocio a mi no me entristecen las muertes, debo ser bastante psicópata pero cuando alguien muere no se me da nada, ni siquiera cuando murió mi mamá o mis amigos más queridos. Apenas me da un poco de nostalgia y aprovecho de recordar los buenos momentos pasados con el occiso, es lo mismo que si me dijeran que salió de viaje a otra ciudad.

Esta vez le tocó a mi gran amigo el actor tacneño Carlos Zapata Plaza, y automáticamente me acordé de esto:

Estábamos en Campo de la Alianza, en Tacna, donde Juan Carlos grabó escenas de batalla para la película y nos invitó a mirar como se hacía la cosa con el Tomás Jr. El Gato adoraba a los caballos, yo en cambio les tengo miedo, en la foto me estaba tratando de convencer para que tocara a Mister Ed, que no me iba a hacer nada y yo miro bien desconfiado de que me fuera a morder o patear. Efectivamente le di un toquecito y el caballo no me hizo nada.

Otra cosa que recordaré del Gato es que era extremadamente cariñoso, emotivo y le rendía culto a la amistad, no era de los que -como yo- se callan las cosas, tiempo después vinieron de nuevo con Juan Carlos para la presentación de la película en el Festival de Cine Arica Nativa y en un momento de relax pasamos a tomar unos shop en La Scala

Esos son buenos recuerdos, el Tomás Jr. también se acuerda de él con mucho cariño. tiempo después estuvo bastante enfermo acá en Arica y lo fuimos a ver al hospital, esa vez se recuperó pero no ahora, hace un rato me avisaron de su muerte. Dejó una cantidad enorme de amigos que lo recordaron con mucho cariño en Facebook, nosotros entre ellos, en fin, para allá vamos todos, la verdadera muerte es el olvido y al Gato somos muchos los que lo recordamos con cariño, sigue vivo entre nosotros.

Ya me estoy acostumbrando a que se mueran mis amigos y parientes, uno tras otro se va desgranando el choclo. Ya me va a tocar a mí nomas, ya verán, los vendré a penar después de muerto, a cada uno de ustedes, maldita sea. Aquí me estoy preparando, en las penumbras de la noche, pensando en mi amigo el Gato, en la muerte y como voy a volver para asustarlos cuando me toque a mí.