El gobierno de la coima y sus consecuencias

La coima como política de estado
Se conoce desde hace tiempo que en sus dos gobiernos Bachelet ha seguido el ejemplo iniciado por Ricardo Lagos de instituir el soborno como herramienta política primordial para acceder y mantenerse en el poder. Todas esas historias de estado de bienestar y sociedad de derechos, solo son encubrimientos para algo que es mucho más sencillo: la compra de votos, que se viene haciendo por distintas vías como el otorgamiento de viviendas "sin deuda", es decir regalar viviendas a activistas y operadores de base, la oferta permanente de bonos, educación universitaria gratis para todos -incluso para tontos e incapaces- y muchas otras formas de cohecho disfrazado de bienestar y preocupación por los pobres.

El pueblo, tonto e ignorante, no se preocupa por el crecimiento explosivo del gasto fiscal, creyendo que son otros o "los ricos" quienes están pagando la cuenta y el reparto de privilegios, si se sentaran dos minutos a pensar lo que está pasando se darían cuenta que es a ellos mismos a quienes les están sacando la plata. El gasto fiscal es la manera más cruel de abusar de la pobreza, porque ellos son los primeros que sienten el deterioro de la economía en el país, pero como son ignorantes, tampoco son capaces de relacionar el crecimiento del gasto público con efectos directos, como por ejemplo el quedar cesante o, en caso de ser independiente, el vender menos que nunca.

Los falsos exonerados
Se conoce desde hace años el cohecho masivo que significó regalar pensiones vitalicias a supuestos exonerados durante el Gobierno Militar. La situación es tan ridícula que muchos de los beneficiados eran niños en los años que supuestamente los despidieron de su trabajo, pero bastaba que un parlamentario emitiera un certificado atestiguando la situación para obtener el beneficio. Esa fue la herencia maldita de uno de los curas más acaudalados que tuvo el país, el obispo Sergio Valech Aldunate que murió podrido en plata como buen ex vicario de la solidaridad y terminó siendo el arquitecto de todo este ruinoso fraude, que pagamos todos nosotros.

Obviamente se emitieron miles de certificados a gente que jamás fue despedida, justo antes de las elecciones parlamentarias. La actual presidenta del Senado Isabel Allende emitió 1.190 certificados en uno de los ejemplos más groseros de cohecho que recuerde. Aparte de explicaciones confusas y ridículas, nadie ha dicho nada. Y la jueza encargada acaba de sobreseer a todos los parlamentarios involucrados sigue siendo premiada por sus servicios. Eso pasa cuando llegan los ladrones al poder.

El empleo fiscal
Pero no solo eso, los ladrones también llevan a su familia y amigos a asaltar la caja fiscal -que es donde van a parar nuestros impuestos. Es el máximo botín de guerra de estos sinvergüenzas, regalando cargos de confianza, muy bien pagados y con pocas o ninguna obligación. Esto se puede ver en un gráfico muy ilustrativo

Solo miren como han subido los empleos "con apoyo fiscal" -léase subsidiados- desde 76.759 (2006) hasta 564.275 (2016) ¡multiplicado por siete en 10 años! Más de medio millón de personas. Además tenemos el aumento explosivo de los "funcionarios de confianza" del estado, que ganan sueldos promedio muy superiores a los de mercado durante años. Nadie ha hecho el cálculo exacto, pero hay estimaciones que el 70% de presupuesto nacional se gasta en remuneraciones. Para este año, un 25% del aumento total del presupuesto fiscal se irá a contratación y mejora de remuneraciones de empleados públicos. Ese si que es un cálculo que está hecho y es exacto ¡mil cien millones de dólares para contratación y mejor de remuneraciones de empleados públicos!. Al final pagamos más impuestos para alimentar parásitos, los famosos funcionarios de confianza del gobierno de turno. ¿Saben cuanto cuesta sacarlos después? Muchos no salen nunca más, son una cadena perpetua para nosotros los contribuyentes, tenemos que alimentarlos hasta que se mueran.

Y el Transantiago
La peor política pública que se ha diseñado/implementado en nuestra historia, la que destruye más valor que cualquier otra, fue un diseño durante el gobierno de Ricardo Lagos implementado por Michelle Bachelet, que se traga miles de millones de dólares de nuestro presupuesto, solo miren este mapa del desastre (gracias a la involuntaria cortesía de La Tercera)

A la mayoría de las personas el costo de 1.461 millones de dólares no les dice mucho, porque con suerte saben sumar y restar, cosa que no hacen muy a menudo. Pero se les helaría la sangre si fuesen capaces de entender que ese mismo año 2013, el gasto público total de Chile fue alrededor de 46 mil millones de dólares ¡eso es TODO lo que gastó el estado en el año! Agreguen que los genios de nuestro parlamento inventaron la figura de "fondos espejo" que es fuente de coimas a nivel de todas las regiones del país.

No solo en Chile se cuecen habas
Recibo un interesante link a un artículo del Wall Street Journal donde se habla del gigantesco aumento del gasto público del Gobierno Federal en los Estados Unidos, solo en pensiones y salud el gasto total se está acercando al 50% del presupuesto, si eso no es correr como lemmings hacia el barranco, no se que otra cosa podría serlo. En todas partes es lo mismo: políticos "amigos del pueblo" que inflan irracionalmente el gasto público y después ya no hay como pararlo. Antes el problema era la inflación de los precios y salarios, hoy es del gasto público. En fin, mal de muchos es consuelo de tontos.

El problema más grave
De todos los problemas de Chile, a mi modo de ver esta inflación del gasto público es el más grave de todos. No lo va a solucionar Sebastian Piñera, porque no tiene la inteligencia ni los pantalones para hacerlo y aunque se de cuenta de lo grave que es el asunto -lo dudo- jamás tomaría las decisiones impopulares pero necesarias que se requieren.

Sería muy fácil decir que la culpa de esto, que está arruinando a Chile, es de Lagos y Bachelet, pero no es cierto. La verdadera culpa es de un electorado ignorante y tonto que no se da cuenta de lo que está pasando, no le importa que suba el gasto fiscal y ni siquiera piensan que sea algo importante, Lagos y Bachelet solo fueron una expresión de esa estupidez colectiva.

Cuando la situación explote la masa va a andar lloriqueando que "nos engañaron" y que "los políticos son unos sinvergüenzas". Eso no es cierto, al menos no es totalmente cierto, la verdadera causa es que los que votan son estúpidos, ni tienen idea de lo que en realidad está pasando y menos las consecuencias. El verdadero problema en realidad es tener una democracia con una masa de votantes tontos y muy ignorantes, me perdonarán que lo repita tantas veces pero creo que nunca será suficiente: votantes tontos e ignorantes.