Nadie quiere ser responsable

Esta entrada es una especie de  refrito de lo que escribí ayer, sobre los viejos jóvenes y los jóvenes viejos, solo un comentario para cerrar la idea.

Lo que pasa es que nadie se quiere hacer responsable, conversábamos con unos amigos el otro día sobre el sistema de pensiones y me decían que yo era un irresponsable porque no me preocupo de mi vejez. Eso me dejó pensando en el extraño concepto de responsabilidad que tienen mis amigos, porque en su mente ellos entienden que ser responsable equivale a preocuparse.

Porque todos estaban muy preocupados por lo que les iba a pasar cuando se jubilaran, se imaginaban lo peor, que iban a vivir hasta los cien años y no iban a tener una pensión que les permitiera tener "un buen pasar", que los gastos médicos se irían a las nubes, que iban a necesitar pagarle a alguien que los cuidara, en fin, veían el futuro con un terror increíble, gallinas.

¿Eso es ser responsable? Yo creo que no, es simplemente ser maricas. Uno no puede vivir con miedo al futuro y aunque es inevitable preocuparnos un poco porque alguna vez nos vamos a enfermar y morir, tenemos que entender que se trata de algo inevitable, es parte del ciclo de la vida y si queremos hacer algo útil al respecto lo único lógico que podemos hacer es prepararnos psicológicamente para cuando lleguen los problemas, especialmente el problema gordo de la enfermedad y a muerte, que será el último y que vamos a enfrentar todos. Preparar una mentalidad estoica para aceptar lo inevitable es lo mejor -y tal vez lo único- que podemos hacer respecto del futuro.

No le veo ningún sentido a preocuparse por tener "un buen pasar" cuando viejo. Pienso en Howard Hughes, uno de los tipos más millonarios, talentosos y exitosos de la historia moderna. Cuando le llegó la vejez y la enfermedad sus billones no le sirvieron de nada y el, que estaba acostumbrado a que todo le saliera bien, se encontró por primera vez en su vida con algo que no podía manejar. Entonces se volvió loco, vivía en un cuarto con aire purificado, con una mascarilla por terror a las bacterias, dejó de comer y la paranoia se apoderó de él. Había pensado en todo en su vida, menos en preparar su mente para enfrentar las enfermedades y la muerte.

Esto de las jubilaciones y el terror a envejecer pobre es uno de los síntomas más claros de como nuestra sociedad está enferma de cobardía, asustarse por el futuro, más bien me parece cosa de gallinas.

Parece que a nadie le interesa hacerse responsables por nada. Al final lo enfrentan con negación, niegan la posibilidad de que les pase algo desagradable.Pero lo más normal es que nos pasen cosas malas "shit happens" dice la sabiduría popular de los gringos y es completamente cierto, es muy probable que nos pasen cosas malas y si somos responsables tenemos que estar preparados para aguantar lo que venga.

El miedo al futuro es un cáncer que nos ha llegado junto con la prosperidad económica, la Revolución Industrial y el capitalismo. Cuando viajé a la Amazonia Peruana, lo que más me llamó la atención fue la despreocupación por los muchos peligros y la buena cara con que aceptaban los problemas, en el mudo urbanizado en cambio crecemos con la idea que lo normal es que nos pasen puras cosas buenas: que tengamos plata para comprar lo que se nos antoje, que jamás pasemos hambre, que nunca nos enfermemos, en fin, una vida en Disneylandia, claro que eso es imposible, por eso tanta gente vive asustada y furiosa.

Ese estado de negación es horrible, solo son capaces de pensar en los problemas y quejarse, pero sin mover un dedo al respecto. Los jóvenes quieren tener un lindo diploma universitario sin pagar ni uno y estudiando lo menos posible, al final saquen o no un título, la mayoría termina muerto de hambre y pateando piedras, entonces se quejan porque no tienen un auto, ni una casa, ni menos un trabajo bien pagado y cuando se jubile no tendrá una pensión que le permita "un buen pasar" ¿que tiene de raro todo eso? Solo están cosechando lo que han sembrado, pero igual se quejan y caen en brazos de los .demagogos que les han convencido que tienen el derecho natural a la prosperidad, caen redonditos en el mismo engaño una y otra y otra vez.

Por mi que se vayan al diablo, ser pobre no es tan terrible y pasar un poco de frío y un poco de hambre a veces hace bien, como dijo Confucio, es más responsable estar preparados para enfrentar y soportar los problemas que vivir preocupado y con miedo al futuro. Mañana nunca llega.