Préstamos y deudas

Los que hemos tenido contacto con el catolicismo -supongo que la mayoría de nosotros- recordamos, si somos viejitos, que nos enseñaron en el Padre Nuestro: "perdona nuestras deudas como perdonamos a nuestros deudores". Con los años esto cambió a "perdona nuestras ofensas, como perdonamos a quienes nos ofenden", siempre me han intrigado estos pequeños cambios en la redacción de los rezos, por lo menos cuando se rezaba en latín uno estaba seguro que la cosa llevaba muchos años inalterada, ahora uno no sabe que diablos se le puede haber ocurrido al último teólogo de moda. Nunca debió dejarse de lado el latín, creo que fue el principio de la decadencia de la Iglesia Católica.

Bah, ya estoy divagando. Lo que iba a comentar era sobre la gente que pide plata prestada o presta plata, eso de "perdonar las deudas" no parece muy práctico que digamos, en principio todas las deudas deben pagarse porque de otro modo prestar deja de ser conveniente y se pierde la oportunidad de conseguir algo que no se tiene, sin necesidad de haberlo producido. El dinero es un asunto maravilloso y mucho más complejo de lo que la gente común puede entender, sin embargo todos manejamos dinero en la vida moderna, incluso los más pobres, desaprensivamente y sin que nadie entienda muy bien que son y como funcionan esos papeles con filigrama que llevan dentro de la billetera.

La operación de prestar dinero y tomar prestado está en la base de la actividad finaciera y consta de tres partes: (i) el dinero que A le transfiere a B, (ii) la garantía que deja B en caso de que no pueda pagar y (iii) el interés que B le paga a A por el uso del dinero. Aparentemente es una operación muy simple pero tiene infinitas complicaciones que la mayoría de la gente ni siquiera sospecha.

Una de las complicaciones más comunes, es la calidad de la garantía y la posibilidad práctica de ejecutarla. Hay muchos préstamos que en la práctica no tienen garantía, generalmente por sumas pequeñas. Yo he prestado pequeñas sumas y muchas veces no me las han devuelto, esto en realidad no me preocupa mucho porque tengo por regla jamás prestar demasiado, cosa que si no recupero no me afecte en nada, lo considero como un regalo. Gracias a eso nunca he perdido una amistad por culpa de un vacunazo, a mi por lo menos no me preocupa en lo más mínimo si me paga o no lo que me debe un amigo, es plata que doy por perdido de antemano, nunca cuento con ella.

Hay muchas otras formas de estos créditos sin garantía, por ejemplo muchos comerciantes reciben créditos directos de su proveedor, confiando que le pagarán apenas vendan la mercadería. Esto que parece de locos tiene su lógica, el que presta sin garantía puede pensar que al que toma prestado le resulta más conveniente mantener el crédito cumpliendo, que perderlo fundiéndose. Esta es la misma lógica con que funcionan las tarjetas de crédito normales y las trajetas de multitiendas, que si alguien la revienta y no paga no le pasa nada, pero en los grandes números los que prestan piensan que los usuarios preferirán mantener el crédito indefinidamente, pagando o renegociando, antes que perderlo y pasar a la lista negra del DICOM (registro de deudores comerciales).

Todos estos préstamos "a sola firma" o sin garantía, tienen la característica de que son siempre por sumas pequeñas. Una excepción especial en Chile es la forma en que han evolucionado los créditos universitarios, que finalmente los paga el que quiere y al que se funde no le pasa nada, esto por efecto de políticos demagogos y tiene un impacto importante en las finanzas del estado, que contablemente tiene un gran monto en "cuentas por cobrar" pero en la práctica la mayoría de eso son incobrables. Eso, junto la política de regalar departamentos, costosos tratamientos de salud, bonos, etc. es lo que nos tiene con una economía mediocre. A nadie le procupa mucho, porque los efectos no se ven en corto plazo, pero a la larga se traduce en cesantía, inflación, etc. aunque pocos son capaces de relacionar su actual cesantía con políticas demagógicas del pasado. No muchos pueden encadenar causas y efectos amás de una semana de plazo.

Cuando yo era chico y más ingenuo, mi papá me enseñó que todas las deudas debían pagarse, porque ese era un asunto de honor que afectaba personalmente a nuestra reputación. Bueno, él se fundió al menos una vez en su vida con un crédito CORFO y ese concepto que "no pagar es deshonroso" hace tiempo que dejó de existir. Hoy se ve como una simple transacción comercial donde el que presta y el que toma prestado calculan sus respectivos riesgos, los asumen y dentro de eso se mueven.

Otra forma de protegerse de los que prestan ante los incobrables es subir los intereses. Existen préstamos con intereses altísimos, especialmente entre los prestamistas que pasan grandes sumas sin garantías, pero que pueden llegar a matar o dejar lisiado al deudor que no paga, en ese caso la persona misma es la garantía, su vida o su salud. Los intereses de las tarjetas de retail también son altísimos y eso es lógico por el alto riesgo de incobrables y la falta de garantías reales. Así fue como se produjo el quiebre en "La Polar", en el año 2011 si mal no recuerdo.

El mejor crédito para otorgar y el peor para recibir, es el hipotecario, donde una propiedad queda en prenda como garantía. Debe haber sido a principios de los años 2000 que yo cometí la estupidez más grande de mi vida en términos financieros, hipotecando mi casa que entonces valía unos 30 millones por un préstamo de 4 millones. Hoy, que entiendo de finanzas, veo con espanto la idiotez cometida y aunque estuve a un pelo de perderla pude zafar, afortunadamente. Ahora pienso que si yo, que era educado y tenía bastante conocimiento de como manejar plata, cometí esa idiotez, no es raro que mucha gente pierda todo por estupideces iguales o peores.

Lo más tonto es hacer cuestión moral de estas cosas. Si bien existe la corrección y la buena fe en los negocios, porque es un estupendo negocio tener la reputación de correcto, la moral y la ética no tienen nada que ver con esto. Casi cualquier negocio se trata de sacar ventaja de la contraparte, ojalá convenciéndolo que cometa alguna estupidez contra sus propios intereses. De eso se trata cuando el vendedor trata de vender al mayor precio posible y el comprador busca pagar lo mínimo a como de lugar, esa es la naturaleza de la economía.

Todo el discurso moralista, que infecta hasta mentes lúcidas como la de Tomás Moulian y otros, quienes son engañados con sofismas como el "consumismo" o la gente "abusada"porque los obligan a vivir del crédito" con "intereses usureros", es pura basura, para mentes infantiles o ignorantes. Compadezco a los que creen esas cosas, porque son pasto facil y candidatos seguros para vivir explotados y estafados. A un tonto convencido de mentiras, nadie lo puede salvar de las consecuencias de su brutalidad, por eso siempre habrán abusadores y abusados, estos últimos normalmente son los más tontos e ignorantes.

Pedir prestado, endeudarse, no tiene nada de malo, siempre que se tenga claridad de lo que se está haciendo. El que pide prestado puede hacerlo con propósito de pagar o con propósito de fundirse, cualquiera de las dos alternativas debe estar decidida de antemano, lo peor es cambiar este propísito a medio camino porque esa es la forma segura de quedar en la ruina. Si pide para fundirse, debe tener cuidado de no dejar garantía o que la garantía sea irrelevante, también debe estar consciente que no lo podrá hacer varias veces aceptando el daño que sufrirá su crédito y su reputación.

El que pide con intenciones de pagar, debe estar absolutamente seguro que podrá hacerlo, en este sentido creo que todo el mundo debería leer "El Mercader de Venecia" de Shakespeare, tendrían que estudiarlo en la escuela, es una lección financiera excelente, de gran valor artístico y entretenida como pocas "una libra de carne" yo viví eso en carne propia y lo aprendí por la experiencia personal con la hipoteca de mi casa.

El gran problema de los que piden prestado es el descuido y la irresponsabilidad, muchos creen que porque les va bien hoy eso durará para siempre y ya sabemos que nada es para siempre, aparte de la muerte. Entonces hipotecan y llegado un punto no pueden seguir pagando: pidieron con la intención de pagar y no pueden hacerlo, así los pillan parados en un solo pié haciendo equilibrio. Una situación horrorosa.

Es increíble, deberíamos tener años de educación financiera, técnicas de venta, liderazgo, tolerancia a la frustración, economía, estratégia, mercadotecnia, un montón de cosas indispensables pero que a nadie le enseñan en la escuela y menos en la universidad, eso es algo que tendrá que cambiar muy luego y los primeros que cambien tendrán mucha ventaja. Son cosas que tenemos que usar todos los días, y la mayoría de la gente toma decisiones, vota, etc. desde la más completa ignorancia. Por eso es tan fácil hacerlos cholitos.

Sobre prestar y pedir prestado, sablazos, vacunazos, etc. es un gran tema, podría escribir horas sobre eso, pero no me alargaré tanto, solo voy a cerrar con uno de los fenómenos más imteresantes de esta ciencia que tiene tantos detalles: el taladro.

¿Quien tiene un taladro? Muchos años atrás, cuando estaba ampliando mi casa y necesitaba hacer muchos pequeños arreglos siempre necesitaba un taladro, así es que me compré un excelente Black&Decker y lo usé tanto que se terminó quemando, lo reemplacé enseguida por otro marca Skill y le compré toda clase de accesorios: discos de lijado, pulido, sierras circulares, etc. Ah, el Tomás Jr. se compró un Dremmel, esa maquinita maravillosa que también tiene cientos de accesorios.

Deben hacer más de ocho años que no lo uso, la última vez con una sierra circular y casi me vuelo un dedo. La cosa es que todos me piden prestado el taladro, McDonnell siempre que tiene que hacer algún arreglo acude a mi y e un problema andar llevándolo y después se me olvida pedirlo de vuelta ¡un cacho! Ahoira yo soy "el señor herramientas", que nunca las ocupa y se las presto a todo el mundo, algunas no me las devolvieron nunca. Para la próxima vez que preste el taladro haré un contrato de prenda hipotecaria. Seguro que llegarán corriendo a devolvérmelo.