Fiestas patrias decadentes y el rey felón

Fue impresionante para mí ver hasta las botillerías cerradas en plena fiesta, en mi barrio para esta fecha solía salir humo de las parrillas y sonar música en toda la cuadra, hoy nada, es el dieciocho de septiembre más lóbrego que puedo recordar. ¡Que importantes son las tradiciones y como las extrañamos cuando se pierden! En fin, todo tiempo pasado fue mejor, antes los negocio aprovechaban estas fiestas para salvar el año, hoy gracias a los maldito progresistas que nos llenaron de prohibiciones, todos pobres y con un humor de perros.

Mañana a partir de las 3 de la tarde será la Gran Parada Militar, ese si que es como el día de la marmota, porque todos los años repite el mismo esquema, probablemente nos juntaremos con McDonnell en su casa para verla con algunas cervezas, a mi me gusta verla todos los años para tratar de encontrar "las 7 diferencias", es un gran espectáculo chileno, una de nuestras mejores tradiciones, que por supuesto enfurece a nuestros progresistas apátridas, razón de más para dedicar la tarde a verla.

Ya que estoy nostálgico por los buenos viejos tiempos, anteriores a la decadencia, aprovecharé de contarles algo poco conocido de nuestra independencia. Resulta en esos años no todos los chilenos querían independizarse, la guerra por la independencia fue una especie de guerra civil, entre chilenos leales al rey de España y aquellos que deseaban un país independiente de la corona.

Gran parte de nuestros traumas de esos años fueron por culpa de Fernando VII "el rey felón", un tipo bastante miserable, cobarde y oportunista, hasta quienes le eran leales terminaron despreciandolo . Tan cobarde era su temperamento que cuando Napoleón invade España y lo toma preso, el rey Fernando le escribe una carta pidiendo ser su hijo adoptivo:

"Mi mayor deseo es ser hijo adoptivo de S. M. el emperador nuestro soberano. Yo me creo merecedor de esta adopción que verdaderamente haría la felicidad de mi vida, tanto por mi amor y afecto a la sagrada persona de S. M., como por mi sumisión y entera obediencia a sus intenciones y deseos"

Napoleón obviamente no se molestó en contestarle. Luego de ser derrotado el ejército Napoleonico en España viene la restauración y lo primero que hizo el rey gallina fue vengarse contra la Cortes del Cadiz, que habían mantenido su lealtad hacia él, además de mandar a restaurar y reprimir a quienes habían participado en las juntas de gobierno en las colonias jurándole lealtad a alguien que no conocía ese concepto.

El rey felón se rodeó de un grupo de gente corrupta, grosera y vulgar que se ganó el sobrenombre de "la camarilla", porque estaban instalados alrededor de la cámara del rey y cualquiera que quisiera hablar con el rey debía pasar por la camarilla antes. Fueron escogidos de manera caprichosa por el monarca, siendo responsables en buena parte de su desprestigio.

"Eran hombres de escasas luces, y en ella figuraba el antiguo preceptor Escóiquiz, Que había soñado con ser un ministro-cardenal de la talla de Cisneros o Richelieu, cuando no era más que un conspirador o intrigante, el adulador Antonio Ugarte, que había sido esportillero, maestro de baile y agente de negocios, interviniendo en algunos escándalos, que por la oscuridad de las cuentas dio con sus huesos en la cárcel (tema de los barcos de Rusia, por ejemplo). Otro consejero del Deseado fue el antiguo vendedor de agua de la Fuente del Berro, Pedro Collado, alias "Chamorro", que le hacía reír con sus chistes y gracias y burdas,  natural de Colmenar Viejo, se encumbró á la servidumbre de Fernando, cuando todavía era príncipe de Asturias. Su lenguaje truhanesco y su cómica garrulidad le merecieron algunas confianzas del príncipe, e iniciado en la conspiración del Escorial, estuvo preso e incluido en la sentencia de aquella causa. Había servido entonces Chamorro de espía de los demás criados, y celaba también la cocina por encargo de Fernando, que temía le envenenasen la comida"

Los últimos años de su reinado fueron llamados "la década ominosa", déspota y despiadado generó la mala voluntad de todos quienes lo rodeaban, excepto de su camarilla de serviles. Felipe pasó a la historia como el más ruin de los monarcas españoles. Uno de sus biografos, Sanchez Mantero escribe:

"Con todo, resulta difícil encontrar algún estudio, ya sea del pasado o del presente, en el que la figura de este monarca genere la más mínima simpatía o atractivo. Sin duda, ha sido el monarca que peor trato ha recibido por parte de la historiografía en toda la Historia de España"

Sin embargo Fernando, obeso, maloliente, con sus genitales deformados y grandes que asqueaban a las mujeres, traidor, cobarde y antipático, siempre fue un rey muy popular y querido por el pueblo español mientras vivió, es toda una lección de lo que puede hacer una buena prensa. Hoy en día muchos mandatarios comparten algunas de esas características, la costumbre de las camarillas ha existido siempre y sigue existiendo hoy, y los resultados siguen siendo malos hoy igual que en esos años.

Fernando VII con su antipatía y desatinos hizo gran parte del trabajo para que la idea de independizarse prendiera en las colonias. Cuando termina la Patria Vieja y Marcó del Pont queda a cargo de Chile, apresó a todos los que participaron en la Junta de Gobierno y en los congresos, desterrando a hombres, ancianos y mujeres a la Isla Juan Fernandez, donde tuvieron que vivir en cuevas a punto de morirse de hambre. Eso causó la indignación de buena parte de las familias chilenas.

El partido de los realistas siguió existiendo después de la Patria Vieja y tuvieron 12 diputados en el congreso, con la independencia fueron estigmatizados y perseguidos, los llamaban "godos", "sarracenos", decían que las mujeres realistas eran "viejas y feas", sin embargo al mismo tiempo las acusaban de "seducir a los jóvenes patriotas, para cambiarlos de bando". Ah, que tiempos. Con razón dicen que todo tiempo pasado fue mejor.