Ahora quiero ser regidor

¡Quiero ser regidor! (concejal mejor dicho)
Había escuchado el comentario en mi casa cuando chico y siempre pensé que era una broma. Pero vagando por Internet me encuentro con el Boletín Histórico de la Provincia de Marga-Marga donde pude comprobar que, efectivamente, mi papá fue elegido regidor por Quilpué en el año 1921, como se puede ver en el recorte de imagen de arriba.

Uno de mis recuerdos más antiguos y brumosos -debo haber tenido poco más de 2 años- era la quinta de Quilpué donde vivíamos. Nuestros vecinos eran los Kresse, la oma y el opa a quienes solo recuerdo de nombre y mi entrañable tía Hilda, que cuando me portaba mal me amenazaba con la "corea". Con los años la amistad entre mi mamá y la tía Hilda se fue solidificando y los Goeldener Kresse pasaron a ser mis más queridos parientes postizos. De la quinta en Quilpué solo recuerdo el pozo, muy vagamente, el resto, nada, mi hermana que es 10 años mayor que yo debe recordar bien esa época cuando mi papá todavía era una especie de Onassis.

Bueno, yo soy hombre de tradiciones. Le copié la firma a mi padre y espero que cuando me muera la herede el Tomás Jr. No heredé ninguna fortuna y odio el trabajo, así es que difícilmente me voy a hacer millonario, pero me dieron ganas de ser concejal para seguir la tradición familiar. Mal que mal los concejales ganan una dieta reguleque, cerca de mil dólares, lo que me permitiría vivir como  un jeque árabe, sin necesidad de robar y no hacen absolutamente nada, aparte de las peleas estúpidas y espectáculos ridículos para llamar la atención de sus electores.

¿Podría conseguir los votos para que me elijan? Lo dudo porque a mi nadie me toma muy en serio, yo tampoco hago mucho que digamos para ganar el favor del populacho. Aborrezco juntarme con gente que no conozco, soy llevado de mis ideas y cuando hablo me atolondro porque soy mucho mejor escribiendo que hablando.

También tengo un par de ventajas, mis ideas son claras y tengo opinión sobre los problemas de la ciudad, se mucho de inversión pública y todo eso, aunque no se si será ventaja real para atraer votantes, que están principalmente interesados en saber que pueden conseguir ellos si yo salgo elegido, un trabajo, un favor especial o lo que sea. En fin, creo que con suerte sacaría el voto de la Pilar y de mi querida suegra, aunque no estoy muy seguro con la Pilar, con el voto del Tomas Jr. ni siquiera cuento.

Las marchas
El sábado pasado hubo una marcha de los que yo llamaría la verdadera derecha chilena, para rechazar el plebiscito que pretende cambiar la constitución. En las marchas de derecha suele ir poca gente, esta al parecer fue una excepción y tuvo la participación de muchas personas. Me alegro.

Me han preguntado si no me interesaría participar en una marcha o banderazo en Arica, para demostrar la fuerza que tiene el rechazo a cambiar la constitución en nuestra ciudad, digan lo que digan y piensen lo que quieran, mi respuesta es definitivamente no.

Claro que tengo una buena excusa -que además es real- porque mi querida suegra está con su quimioterapia ambulatoria y no voy a dejarla sola en la casa por salir a agitar banderas, pero incluso si no tuviese ningún problema yo igual no participaría. Trataré de explicar por qué

Marchas y violencia
Las marchas políticas siempre están relacionadas con el uso de la violencia. En la izquierda y extrema izquierda ya sabemos que "calle" es sinónimo de destrozos, barricadas, incendios y odio desatado contra la policía. Las marchas de derecha son muy educaditas, la gente sale ordenada tocando pitos, con globos y banderas chilenas, poco odio y relativamente pocos insultos, son unos perfectos gentlemen en una especie de alegre picnic campestre.

Resulta que el propósito de las marchas es siempre uno solo: amedrentar al enemigo politico, hacer que el miedo haga cambiar de opinión a los indecisos y chantajear a las autoridades para que hagan concesiones bajo amenaza ¿cual de los dos estilos de marcha es más eficiente entonces? La respuesta es obvia, no necesito decirla. Nadie se amedrenta ni cambia de opinión frente a un alegre picnic campestre: si no hay violencia la marcha no sirve, no tienen ningún efecto.

Es cuestión de mirar lo que ha conseguido la izquierda .que ni siquiera son los que marchan, solo se cuelgan a ellos- de un cobarde gobierno. Mucha gente podría pensar que si les dan lo que los simios exigen, con eso se va a terminar la violencia, de hecho esa fue la estúpida idea de S.E. y los genios que lo asesoran cuando se les ocurrió hacer el plebiscito.

Para conseguir algo las marchas de la derecha debieran ser violentas, destrozar, incendiar y saquear, porue esa es la mecánica de las marchas. Sobre todo debería salir gente encubierta, armados, a atacar a los más fanáticos de izquierda, eso si sería eficiente. Pero yo espero que no ocurra, porque la gente de derecha suele ser honrada y decente, no es su estilo andar amedrentando porque no está en su ADN, en la izquierda en cambio hay muchos delincuentes habituales, garrablanca y pajarracos de esa clase, para que hablar del anarquismo.

Yo estoy convencido que -en las actuales condiciones- las calles hay que dejárselas a los orcos, porque nos hacen la mejor propaganda posible. Yo no soy de esos hipócritas buenistas que están contra la violencia a todo evento, creo que la volencia se debe enfrentar con más violencia, ojo por ojo, una por otra. Pero mientras tengamos este gobierno cobarde no vale la pena disputar las calles con cantitos y buenas intenciones.

Llegado el momento yo estaría a favor de una represión policial durísima y con los policías totalmente blindados de las consecuencias de o que hagan, así se han enfrentado siempre estas cosas y mientras no se haga los orcos y simios seguirán de fiesta. También creo que podría ser bueno un golpe de estado militar en estas circunstancias., no le tengo ningún miedo a la dictadura.

Entre una democracia corrupta y una dictadura honesta yo no me pierdo, desde 1990 hasta hoy le he perdido el poco respeto que alguna vez le tuve al sistema democrático y los políticos, una guerra civil tampoco me asusta, menos en las presentes condiciones en que duraría unas 24 horas.

Pero tenemos la posibilidad histórica de mejorar la política y hacer una democracia que funcione con José Antonio Kast y el Partido Republicano, desde 1990 hasta hoy no recuerdo un líder político con las capacidades de JAK, de no estar él yo estaría feliz si viniera un golpe militar, pero creo que hoy tenemos esa alternativay espero que sepamos aprovecharla.

Por eso a mi no me vengan con marchas ni banderazos, en lugar de perder tiempo en eso deberíamos estar juntando las firmas para inscribir al Partido Republicano a nivel nacional, eso si que sería usar productivamente el esfuerzo, en lugar de tratando de emular a los primates desfilando y gritando.