Trivialidades y tonteras surtidas

Se me había olvidado lo bien que lo pasamos con el McDonnell, estuve revisando mi entrada Mas doblado que un churro del año 2016, con un video de uno de los varios años que celebramos San Patricio, Yo con mi raquitico y lamentable inglés, pero gracias a un par de pitchers de cerveza y otros tragos nos entendíamos perfectamente. 

El Tom fue un gran amigo para mi, pese a la diferencia de edades nos llevamos muy bien desde el principio porque teníamos una manera muy parecida de enfrentar los problemas de este cochino mundo. Me habría gustado haber hablado mejor inglés, pero igual nos hacíamos entender. 

Creo que lo pasó muy bien los 10 años que vivió en Arica, con excepción de los últimos seis meses cuando se le vinieron encima las pestes del cáncer y el glaucoma. La seguidilla como le llaman.

Tom era fanático de su independencia, fue una mala idea mia llevarlo al hogar de ancianos -donde duró solo una semana- me lo debí haber llevado para mi casa, pero él no quería ni muerto porque se negaba a causar problemas o ser una carga. 

Que diablos, lo hecho hecho está, por lo menos vivió feliz y le plantó cara a la muerte de la mejor manera: jamás lo vi asustado o lloriqueando, esta es una de las mejores fotos, unos días antes de morirse, con suero y drogas enchufadas intravenosas cuando se nos ocurrió tomarnos las últimas cervezas. Menos mal que el cáncer no fue doloroso, aunque si fue molesto como el diablo.  

En fin, el muerto al hoyo y el vivo al bollo, ya nomás me va a tocar a mí y espero dejar un buen recuerdo a mis amigos y enfrentar a la vieja de la guadaña sin acobardarme igual como lo hizo McDonnell.

A propósito de amigos, mi amigo Waldo -de ochenta y tantos- estuvo a punto de irse para el otro lado, pero zafó de una violenta neumonía en el último minuto. Fuma desde niño chico y hasta antes que le diera la pataleta se fumaba una buena cantidad de Lucky Strike sin filtro, especialmente cuando nos juntábamos a tomar unos tragos, tengo entendido que ahora no puede... al menos por un tiempo.

La cosa es que para celebrar que le había hecho el quite al terno de palo, anoche los amigos organizaron un asado en su casa, porque apenas le sacaron las mangueras le volvió a dar hambre y sed.

En el último minuto yo deserté, porque no podía dejar la casa sola lo que causó que mis amigos me pasaran a la lista negra.

Ahora quiero hacer un asadito de desagravio a ver si me anmistían, ojala acepten venir nomás. Pero cuando no se puede no se puede y punto, no vale la pena darle más vueltas al asunto. Igual lamento mucho la que me perdí.

Hasta hace pocos años nos juntábamos casi todas las semanas en la Parcela del Pueblo de Viera, en el Valle de Azapa, entonces se hacían lotes de hasta 40 amigos y muchos querían ser invitados  pero el asunto no era para cualquiera, solo los que nos conocíamos como mínimo unos 10 años atrás.

Con el profesor Viera y los que quedamos, somos amigos desde 1983 más o menos, o sea como 40 años. Pero todos se han ido muriendo y los que nos juntamos somos cada vez menos, ahora con suerte juntamos seis o siete. 

Me acuerdo cuando le preguntaron al general Mendoza cuando tuvo que renunciar a la Junta de Gobierno y comentó "bueno, se va desgranando el choclo", que gran descripción. 

Nosotros decimos que estamos en la uuuultima mirada, como en la canción "yo tenía diez perritos" (uno se me fue a la nieve, no me quedan más que nueve, otro se comió un biscocho, no me quedan más que ocho... etc.)

Y aunque era imposible que fuera ayer, estoy arrepentido de no haberme aparecido, las amistades hay que cuidarlas, especialmente cuando nos vamos haciendo viejos.

Bueno bueno, ya les dije que iba a intercalar entradas más cortas y sobre cosas triviales porque no pienso estar todos los días dando la lata con política y cosas por el estilo que -al final del día- no sirven para nada. Dudo que exista algo más inútil que preocuparse o calentarse la cabeza con la política.

Dicho esto lo dejo hasta aquí nomás, ahora me pondré a hacer mis ejercicios, prender unos cigarros al chanchito de la suerte y al ekeko para que el cáncer o lo que sea que me va a aparecer se tome un poco más de tiempo.

Después me pondré a leer un rato, luego a dormir y soñar con los angelitos, o mejor con las angelitas. Hasta mañana.