¿Mandan las mujeres?

Los chilenos casados o emparejados tenemos fama de ser macabeos, es decir dominados, obedientes, miedosos o sometidos por las mujeres. No hablo de otros lugares que no conozco, pero esto es casi la norma en Chile.

Claro que no siempre así. Cuando yo era chico todavía reinaba el modelo del padre que salía a trabajar para mantener económicamente a la familia mientras que la madre se quedaba dedicada a las "labores de casa" es decir, hacer la comida, limpieza y educar a los niños.

Recuerdo que en los años sesenta todo Chile sintonizaba a mediodía la Radio Portales, que era la gran entretención de esos años en que la televisión era un lujo asiático que disfrutaban muy pocos. El programa se llamaba "Hogar, dulce hogar", era de humor y narraba las ocurrencias de una típica familia chilena.

Pensándolo hoy, creo que era un espejo de nuestra sociedad en esa época. El marido era Celedonio Menares, fiestero y mujeriego incorregible, bombero que se desaparecía para visitar a sus conquistas con el pretexto de un incendio. "Tengo un incendio para este sábado en la noche" decía y todos nos matábamos de la risa.

Su mujer se llamaba -creo- Sinforosa y soportaba al marido que desaparecía, llegaba borracho y con la camisa pintada con rouge y otras "travesuras" reclamando como reclama la mamá cuando el hijo se porta mal "este hombre, este hombre no tiene remedio". La suegra era una vieja que vivía quejándose y reclamando contra el inútil de su yerno a quien detestaba.

En la casa le daban pensión a una pariente no muy joven pero enamorada de medio mundo, la Raca. También había un homosexual, exageradamente amanerado que aparecía todos los días, se llamaba "Tereso", era uno de los personajes más populares junto con la empleada respondona, personaje que desarrolló después Ana Gonzales con "la Desideria".

Bueno, todos estos recuerdos aparentemente tontos tienen su miga, porque representaban muy bien como era nuestra sociedad en esos años. El marido mujeriego, la mujer que lo retaba como niño chico, la suegra odiosa, la pariente solterona, el homosexual amanerado y la empleada respondona.

Llegaron a ser increíblemente populares porque esa fue la verdadera comedia del arte de los años sesenta en Chile. Siempre recordé con cariño ese programa que tuvo una emorme popularidad. 

Incluso se presentaban en los teatros y una vez yo fui a verlos en el Cine Rotativo Recoleta, junto con otreo repletamos el teatro para verlos actuar en persona. Tiempos aquellos.

Pero eso no es lo importantea lo que quería llegar. Resulta que -debe haber sido en los años noventa- Celedonio (su nombre verdadero era Eduardo de Calixto) fue entrevistado largamente en el programa "Noche de Gigantes" de Don Francisco.

Me llevé un shock enorme, donde me di cuenta lo viejo que yo estaba y como había cambiado el país, porque Celedonio decía exactamente los mismos chistes y bromas que en los sesentas, pero ya no le hacían gracia a nadie, al contrario, hasta yo mismo me escandalicé un poquito (muy poco obviamente).

El país había cambiado completamente. Desde los años setenta las mujeres empezaron a usar la píldora anticonceptiva y empezaron a trabajar llevando plata a la casa. Ser madre soltera ya no era mal visto sino lo más normal, las mujeres se empoderaron y Celedonio no tenía nada que hacer en una casa chilena.

Claro que hombres y mujeres siguieron siendo tan infieles como siempre, pero antes solo las mujeres lo disimulaban, ahora los hombres tuvieron que hacer lo mismo para que no los botaran. Las condiciones habían cambiado completamente.

En los setentas aparecieron los miserables hippies y de la mano de esos todas las ridiculeces del buenismo, las mujeres quemaban los sostenes y aparecieron las feministas militantes, los homosexuales militantes y todo el resto de la mierda militante: veganos, ciclistas, abientalistas y mil pajarracos por el estilo. Nos infectamos con esa lacra de militantes empoderados que nos persigue hasta el día de hoy.

En realidad la sociedad chilena siempre fue matriarcal. Joaquin Edwards Bello, a principios del Siglo XX escribía:

"En Chile, las mujeres en libertad de mandar, dirigen sus hogares casi siempre solas. Esta virtud de las mujeres fuertes tiene graves inconvenientes... Idea de mujeres parece ser la de amedrentar a los niños para que se hagan duros... los resultados suelen ser exactamente contrarios. El toro más bravo es aquel que se cría en la soledad y la alegría de las praderas..."

Estas madres empoderadas y ausentes tuvieron hijos, que casi siempre fueron débiles y acomplejados. Enfermos de mamitis, trasladaron eso a su relación de pareja. Así es como empezó en Chile la Era de los Macabeos.

Hoy es una moda que los novios y maridos sean ridículamente sumisos. Porque casi no se ven relaciones de igualdad en las parejas, el matriarcado es ostentoso y los hombres muestran su sometimiento con una especie de orgullo.

En realidad la sociedad chilena siempre fue matriarcal, baste recordar a doña Inés de Suarez solamente, pero antes se mantenían ciertas apariencias y la norma era que los hombres mandaban en la casa, al menos aparentemente. Hoy pasa exactamente lo contrario.

Por si acaso yo nunca he sido macabeo, ojo. Bueno, la verdad es que en la casa nadie manda, hay una especie de anarquía donde cuidamos de no meternos en el espacio del otro y eso funciona bien, al menos en mi opinión. Con la Pilar o el Tomás Jr. prácticamente nunca discutimos y las pocas veces que eso pasa nunca han habido derrotas sangrientas.

Para mi gusto ni abusivos pero tampoco macabeos, el respeto y mantener las distancias ayuda bastante a pasar por ese infierno antinatural que es la convivencia..