Tenemos que cuidar a Kast

Esta entrada será corta pero creo que pude ser de las cosas más importantes que voy a publicar en mi Templo del Ocio.

En realidad bastaría con poner solo el título y la palabra "Eso" en el cuerpo de la entrada, pero como es algo fundamental y no todos lo van a entender dedicaré un par de párrafos a desarrollar y explicar el asunto.

Resulta que con la famosa "discusión constitucional" los que somos militantes o afines al Partido Republicano nos estamos separando en una discusión inútil y estúpida. No se cuantas veces habre usado la palabra "estúpida" en mis últimas entradas pero esta vez si que se justifica.

Se trata de una discusión eunuca en la que no vale la pena gastar ni diez segundos de nuestro tiempo. El asunto constitucional -como he repetido tantas veces- no tiene la menor importancia porque los parlamentos que vengan podrán hacer lo que quieran con la constitución, tal como lo hicieron con la Constitución de 1980 que supuestamente estaba absolutamente blindada y amarrada.

En lugar de ponerse a discutir por estupideces, cortando pelos en cuatro -a lo largo- la derecha en general y Republicanos en particular deberían estar de cabeza dedicados a ganar las próximas municipales y controlar el parlamento que viene ¡esas si que son cosas importantes!

En mi opinión el proyecto constitucional elaborado principalmente por republicanos es una basura, y no lo digo porque haya leído todo su enorme articulado. Simplemente me bastó leer algunos artículos que me parecen impresentables y otros impresionatemente ingenuos, no entraré en detalles pero supongo que muchos entenderán a cuales me refiero.

Los consejeros -o como se llamen- republicanos pisaron el palito y redactaron un texto repleto de ridículas garantías y derechos, algunos absurdos, otros inaplicables y otros que suenan muy bien pero que seguramente serán borrados de un plumazo si no se tienen las mayorías parlamentarias, cosa que algún día ocurrirá.

El texto es malo y José Antonio Kast se equivocó al tomar partido por la aprobación, cometió el mismo error de Boric cuando apoyó el primer mamarracho. Hoy Kast se la juega por aprobar un segundo texto de porquería. Seamos francos.

Dicho todo esto, no seré yo el que me porte como un estúpido (otra vez) barrabrava, como un hincha de jurgol taimado que se pone a insultar al entrenador porque no le da en el gusto. 

El asunto constitucional no tiene importancia -grábense bien eso en la cabeza- y no vale la pena que arriesguemos todo lo extraordinario que hemos conseguido desde que Kast empezó con el proceso de creación del Partido Republicano y que terminó con la aplastante victoria del partido en la elección de concejales.

Kast se equivocó y sin duda que se volverá a equivocar en el futuro, o dicho de otro modo tomará decisiones que no van a gustarnos, pero no tenemos ningún otro político como ese, ni en sueños.

A todos los que critican a Kast pónganmelos en fila, partiendo por Don Hermógenes Pérez de Arce y doña Teresa Marinovic a quienes admiro muchísimo y los considero entre las mejores figuras de nuestra política. Nadie, ninguno tiene el tesón, valor moral, carisma, tolerancia y sobre todo el ojo político de Kast.

Si miramos los resultados ninguno de los que hoy lo critican ha conseguido la centesima parte de lo que consiguió Kast para las ideas de derecha. Para que hablo de neonazis, neo fiducianos y otros por el estilo. Eso no quiere decir que yo los desprecie para nada- les tengo a todos un enorme aprecio y respeto, pero hay que tener mucho cuidado en esto con las críticas.

Porque incluso entre los republicanos hay mucho bruto, con ideas políticas primitivas y hormonales. Pancho Malo no está solo, Es cierto que ayudan pero no hay que dejar que nos dispersen. A Kast hay que cuidarlo porque es lo mejor que tenemos: es una oportunidad en cincuenta años, o si tenemos mala suerte podrían ser muchos más.

Ahora que estamos a las puertas del arco, listos para meter el gol con una elección municipal y otra parlamentaria como grandes oportunidades, que no las podemos farrear, sería -y lo repetiré por enésima vez- un acto perfectamente estúpido. Cuidemos a Kast.

P.D. y esto de cuidar a Kast va para lado y lado, también algunos orangutanes del "apruebo" deberían moderar sus dichos para que -como dijo el Rey Lear a su hija- no vayan a terminar ellos mismos perjudicados ("vamos, vamos Cordelia, corrige tus palabras, no sea que malogres vuestra suerte").