La batalla por Kiev

La invasión de Putin a Ucrania será recordada como un hecho histórico fundamental. En cierto modo tenemos la suerte de ser contemporáneos a él y más suerte de participar solo como espectadores, al menos hasta ahora.

 Pero desde Vietnam, ya nos hemos acostumbrado a eso de "ver las guerras por la tele", recibiendo versiones pre digeridas de los servicios de desinformación de cada bando. Esto se ha exacerbado con el uso de Youtube y sus canales monetizados.

Yo soy un adicto a Youtube por varias cosas: la inmediatez, la enorme cantidad de fuentes disponibles y -sobre todo- la espectacularidad de ver una guerra por video. Creo que ver una guerra casi en vivo es uno de los espectáculos más impresionantes que podemos experimentar.

Pero eso también nos hace perder la perspectiva. Confundimos pequeños eventos con batallas definitivas y quedamos sujetos a la manipulación emocional que producen las imagenes, perdiendo de vista que lo que está ocurriendo es un hecho histórico.

Por eso me gustó el relato de Alex Mann, un joven historiador inglés, recién titulado y buscando trabajo, el que traduzco íntegro a continuación 

La batalla que salvó a Ucrania
¿Exactamente por qué Rusia invadió Ucrania? ¿Por qué Putin pensó que sería pan comido, que conquistaría Ucrania en solo unas semanas?

"La batalla que salvó a Ucrania" es un buen título porque trata sobre esa batalla. Sin embargo, en esta batalla, descubriremos algo más profundo—algo más allá de las tácticas y los disparos—que permitió a Ucrania no ser "aplastada".

Recientemente, cuando un periodista le preguntó a un soldado ucraniano qué hacían cuando se les acababan las municiones para las armas estadounidenses, el soldado respondió:

"Si se nos acaba la munición para la ametralladora estadounidense, usaremos otras armas."

En esta frase se encuentra la verdad del asunto. Ucrania se negó a ser arrollada y lo sacrificó todo para intentar luchar, resistir y proteger sus libertades. Por encima de todos los detalles estratégicos, este es el factor clave.

Putin creía que Ucrania capitularía rápidamente. Esto se debía a que sus asesores le decían que Ucrania no estaba contenta con su liderazgo y que "daría la bienvenida" a la integración con Rusia, además el plan ruso era simple:

Utilizar bombarderos, ataques aéreos y artillería para atacar instalaciones antiaéreas y sitios de radar.

En un ataque sorpresa de operaciones especiales, tomar un aeropuerto justo a las afueras de Kyiv que estaba débilmente protegido.

Volar refuerzos a dicho aeropuerto e iniciar rápidamente un ataque relámpago sobre Kyiv.

Con Ucrania enfocada en Kyiv, invadir por tierra con una gran fuerza y avanzar rápidamente hacia la ciudad, capturándola.

Primero vinieron los ataques aéreos, que causaron muchos daños al control de mando ucraniano. Sin embargo, no lograron destruir muchos radares ni armas antiaéreas que habían sido escondidas.

Aun así, a las 9:00 a.m., 300 tropas de élite despegaron en helicópteros desde Mazyr, Bielorrusia, para atacar y tomar el Aeropuerto Antonov, justo fuera de Kyiv. Tomar el aeropuerto, llevar refuerzos por aire, atacar Kyiv, ganar la guerra. Entre ellos estaban la 45ª Brigada Spetsnaz, la 31ª Brigada de Asalto Aéreo de la Guardia y la 11ª Brigada de Asalto Aéreo de la Guardia. Todas tropas de élite altamente entrenadas: la élite de la élite.

Defendiendo el aeropuerto había 200 miembros de la Guardia Nacional, poco entrenados e inexpertos. Se dividieron: 20 hombres fueron enviados al extremo norte del aeropuerto para manejar una ametralladora antiaérea y los otros 180 establecieron defensas alrededor de las estructuras del aeropuerto.

Los helicópteros llegaron a las 11:00 y comenzaron a lanzar cohetes para debilitar las defensas ucranianas. Algunos cohetes dieron en el blanco porque un empleado del aeropuerto había sido reclutado por Rusia y les había dado información sobre los objetivos. Sin embargo, mientras estos helicópteros atacaban a las fuerzas ucranianas, un guardia nacional llamado Serhiy Falatyuk derribó un helicóptero ruso, lo que elevó la moral.

A pesar de ello, los rusos aterrizan, se dispersan y comienzan el ataque al aeropuerto.

No se esperaría que 200 efectivos administrativos apenas entrenados y miembros de la Guardia Nacional pudieran resistir contra tropas aerotransportadas rusas de élite y Spetsnaz, pero lo hicieron. Combatieron a los rusos, mataron a muchos de ellos y resistieron casi dos horas. Finalmente, los guardias se quedaron sin munición y se vieron obligados a retirarse, dando el control del aeropuerto a Rusia a las 13:00.

En la zona, los 180 guardias restantes, civiles ucranianos y el 3er Regimiento de Propósito Especial comenzaron a atacar a los rusos y a mantener la presión. Pronto se unieron dos brigadas aerotransportadas y la Legión Georgiana.

Esas dos horas que los guardias nacionales retrasaron la captura del aeropuerto salvaron a Ucrania. El ataque fue una sorpresa, y cuando comenzó, el general ucraniano Valerii Zaluzhnyi se dio cuenta de lo que ocurría y redistribuyó todas las fuerzas hacia el aeropuerto en una carrera para evitar que aterrizaran los refuerzos rusos. Específicamente:

La 72ª Brigada Mecanizada (estacionada en Kyiv y la cercana Bila Tserkva)
La 80ª Brigada de Asalto Aéreo en Zhytomyr (al oeste)
La 95ª Brigada de Asalto Aéreo (también en Zhytomyr)

Lo que realmente se necesitaba era la 72ª Brigada Mecanizada, que contaba con vehículos blindados y artillería. A diferencia de las unidades aerotransportadas ligeras, estas unidades pesadas no podían ser transportadas por aire y debían desplazarse por carretera. En un momento de desesperación, civiles ucranianos ayudaron (con sus tractores y camiones) en esta enorme redistribución que llegó a conocerse como “la marcha de la vida”.

Era una carrera. Si los rusos lograban aterrizar refuerzos y capturar el aeropuerto, tendrían una posición dominante a las puertas de Kyiv y podrían traer más tropas. Esta es una táctica que Rusia ha utilizado con gran éxito anteriormente. Si Ucrania podía destruir o recuperar el aeropuerto antes de que aterrizaran, la batalla estaría perdida para Rusia.

Gracias a esas dos horas de resistencia de los guardias nacionales ucranianos, Ucrania logró llevar a la 72ª Brigada Mecanizada y otra artillería al campo de batalla, y comenzaron a bombardear la pista para llenarla de cráteres e inutilizarla.

En ese momento, 1.000 refuerzos rusos estaban en camino desde Rusia y ya casi llegaban (a unos dos tercios del trayecto), pero al estar cerca, reciben la noticia de que la pista está inutilizada y congestionada, por lo que el avión se ve obligado a desviarse y aterrizar en Rusia. No habría refuerzos rusos.

A las 15:30, el aeropuerto estaba rodeado, y Zelenskyy anuncia que será atacado y retomado. Las operaciones comienzan, y para las 21:00, el aeropuerto vuelve a estar en manos ucranianas mientras las fuerzas VDV rusas se retiran al bosque. La batalla fue perdida para Rusia. Sin refuerzos ni cobertura aérea adecuada, los rusos fueron rodeados y destruidos.

Esto dejó la tarea de capturar Kyiv a las fuerzas terrestres, que habían comenzado una lenta marcha hacia Ucrania pero carecían del apoyo logístico necesario para ser efectivas. Meses después, se verían obligadas a retirarse completamente, y Kyiv fue salvada.

La victoria ucraniana en el Aeropuerto Antonov obligó a Rusia a llevar a cabo una invasión terrestre a gran escala—una invasión que sería lenta, costosa y en gran medida ineficaz. Ucrania no “dio la bienvenida” a los rusos como Putin había esperado. Los rusos no fueron bien recibidos en absoluto, y desde ese día a fines de febrero de 2022, Ucrania ha mantenido la línea.

Rusia logró mejorar su logística con el tiempo y el dinero, y desde entonces ha podido mantener su posición. 

Un gran relato, Rusia ha podido mantener su posición a costa de cientos de miles de muertos, la aniquilación casi completa de sus fuerzas especiales y la destrucción de parte importante de sus blindados, artillería y transportes de tropas, que eran lo que los presentaba -al menos en el papel- como el segundo ejército más poderoso del mundo.

Ahora que se acerca el 21 de mayo y nos preparamos para recordar el Combate Naval de Iquique, me vino a la mente el combate en el aeropuerto de Hostomel. En ese combate Rusia perdió la guerra, yo me di cuenta pocos días después de la invasión y lo coloqué en la entrada El peligro de un nuevo Versalles 

Cuando Trump le dijo a Zelensky “No tienes las cartas en este momento. Con nosotros, empiezas a tener cartas”, éste le respondió “No estoy jugando a las cartas”. Ese día empezó el camino de humillación de Trump,

Porque quedó como un idiota. Ho Chi Min tampoco tenía cartas y sacó a patadas a las tropas estadounidenses de Vietnam. Prat y Condell tampoco tenian cartas, pero en ese combate se ganó la Guerra del Pacífico. No son las cartas, sino la determinación con que se juegan.