NULLA DIES SINE LINEA. Filosofía barata, historias, historietas, moralejas, chamullos, relatos absurdos, la vida de un vago, cosas de Arica, literatura, música, pornografía, política, física, cocina regional, minas, copete y cosas por el estilo. The awesome, absurd and often bored adventures of our Man of Mystery in Arica, from the trenches, in the Northern Front. Sacar a mil, sacar a mil. Streams of brilliance often spring from boredom. "Be yourself, but bigger"
27 julio 2006
El Silicon Valley chileno
Me escribió María Soledad que es periodista y está preparando un libro sobre el televisor Antú y los años de la industrialización en Arica, yo alcancé a trabajar en la IRT así es que le contesté un cuestionario. lo que me trajo a la memoria los tiempos aquellos. Bueno, como anoche me lancé con tutti y mis neuronas están algo lerdas, en lugar de escribir algo nuevo voy a repetir una entrada que escribí el año 2004 sobre la linda experiencia de cuando estuve (ya que no se puede decir que trabajé) en la industria electrónica.
Sillicon Valley Aunque hoy cueste creerlo, Chile en los setentas tuvo su propio Silicon Valley con un montón de industrias que en esa época eran de tecnología de punta: transistores, pantallas de televisión, televisores y el auto nacional de esos años; la popular citroneta se fabricaban en gran parte en Arica, el polo industrial de sudamérica.
Pasados los años nos parece divertido, pero en esa época la industria movía a miles de personas gracias a la protección tributaria que significaba impuestos de hasta el diez mil por ciento para artículos importados. De esos años el televisor "Antú" armado en la industria IRT fue emblemático por ser casi 100% hecho en Chile, en medio del sintonizador llevaba un orgulloso escudo nacional y se publicitaba como un ejemplo de la mejor tecnología chilena.
Mi vida en Sillicon Valley entré a IRT en 1975 como estudiante en práctica de la "profesión del futuro": técnico electrónico. Cualquiera que se atreviese a dudar que el que estudiaba electrónica tenía su futuro asegurado, habría sido considerado un chiflado en esos años. Fue mi primer y último trabajo en una gran empresa. Porque IRT era realmente grande entonces, más de tres mil empleados de los cuales unos dos mil seicientos deben haber sido mujeres, en su mayoría solteras o separadas.
El primer día de trabajo pasó a buscarme un bus a la casa y entramos al gran comedor a tomar desayuno (excelente), luego me asignaron un puesto al final de una larga línea de montaje donde tenía que hacer el control de calidad a los sintonizadores. Esto consistía en ajustarlo hasta que la curva en un gran osciloscopio alcanzara ciertas marcas, luego lo revisaba y finalmente debía golpearlo con un martillo de goma para ver que no tuviese nada suelto.
Me tocó trabajar al lado una chica que también era técnica y me enseño en una sola mañana todos los secretos de la profesión: primero que nada ajustó mi osciloscopio para que diera lecturas equivocadamente altas, con eso me evitaba gran parte del trabajo de ajuste,la revisión, me instruyó, no era necesaria porque todos salían buenos y los golpes de martillo debían ser lo más suave posible, no fuera cosa que se cayera algo. Para este último caso mi compañera tenía un frasco con pegamento neoprén que -según ella- era tan bueno o mejor que la soldadura. Me enamoré desde el primer momento porque además de linda mostró ser muy inteligente, lástima que nunca me atreví a insinuarle nada aparte del color rojo tomate que me ponía cuando hablábamos. Gracias a esos secretillos profesionales teníamos mucho tiempo libre, gran parte de nuestro trabajo se reducía a hacer correr papelitos con chismes o bromas groseras, tirarnos componentes por la cabeza, conversar mucho y lo principal, esperar que nos llegara el diario que partían leyéndolo desde el principio de la línea. A nosotros nos llegaba como a las 3 de la tarde y era uno de los mejores momentos del día.
A eso de las 13:30 sonaba una sirena y los miles de empleados nos íbamos a almorzar a un enorme comedor, en otro más pequeño almorzaban los gerentes e ingenieros cosa que repugnó tanto a mi conciencia social que decidí en ese mismo instante estudiar ingeniería a cualquier costo.
Todos los fines de semana había fiesta en la casa de alguna operaria, como había toque de queda la fiesta empezaba las 20:30 y terminaba al día siguiente a las 8 AM. En esas memorables fiestas "de toque a toque" fueron fabricados gran parte de los actuales ariqueños.
Por algo tantos recuerdan esa época como los años de oro en la ciudad. Si bien hoy nos puede parecer ingenuo, la verdad es que había mucha innovación en las industrias y los aranceles altos permitían toda clase de experimentos para los creativos, como ocurrió con el jeep "Yagan" que estaba construído sobre el chassis de una citroneta. La idea era proveer al Ejercito con Yaganes y cuenta la historia que para eso se armó una demostración donde un yagán era arrojado por un helicóptero desde cierta altura. Se encontraban presentes los altos oficiales junto con don Pierre Chappard, entonces Gerente General de Citroen en Arica, cuando lanzaron al pobre "jeep" que saltó en pedazos apenas tocó tierra. bueno, esa historia me la contaron, quien sabe si es verdad o mito urbano, en todo caso debe haber sido bastante divertido si es que llegó a ocurrir.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
genial habia prometido no escribir hasta que no tomaras tu rumbo, el que me cautivo...
ResponderBorrarpor eso te dejo uns
smg
saludo
jajaja, andate a la .....
ResponderBorrarno moleste chinche!
Un amigo de mi viejo trabajó de ingeniero donde armaban citrolas a martillazos en Arica :) Y el cuenta haber estado cuando se hizo la prueba de tirar una desde un helicóptero o algo así... la pobre bicha se hizo tortilla. X-D
ResponderBorrarEn cualquier caso, la historia de tirar Yaganes a una muerte segura es tan buena que, a estas alturas debe ser como Woodstock. Si preguntas, llegarás a la conclusión que hubo como 5 millones de personas presentes! :)
Na' suerte componiendo la cañita... (un día te voy a contar la historia de la cañita en Arica!).
Saludos,
AHG.
Ba! Tengo tiempo así que te cuento la historia de la cañita altiro...
ResponderBorrarEstaba en Arica con una amiga y nos fuimos por ahí a chupar. Total que mi comadre, acostumbrada a los precios de otros lares, no podía creer los precios del copete y, convencida que se encontraba en la tierra prometida, se largó a chupar como cosaca, aprovechando el happy hour, le empezó a poner clavos oxidados como si fueran agua mineral.
Cuento corto, seis clavos oxidados mas tarde (yo apenas me alcancé a tomar mis dos roncolas) tuve que bajar con la flaca al hombro y llevármela, cual cavernícola, arrastrando al hotel.
Al día siguiente, cuando medio reaccionó empezó a pedir agua como no quedaba en el frigo bar, la bajé al bar del hotel y le pedí un agua mineral. El mozo, le trajo el agua y le ofreció una bombilla con la expresión nortina usual:
--"¿Cañita, señorita?"
Y la flaca, que todavía estaba media tocada, le contestó:
--"¿Y a voh que te importa, conchetumadre?"
Tuve que afirmarme de la mesa pa' no revolcarme de risa en el suelo...
y darle buena propina al mozo!
Saludos,
AHG.
WUAJAJAJAJA! ta buena!!!
ResponderBorrarsaltó lejos el maní a a voz de "caña"!
Nosotros estuvimos celebrando en la casa rodante, la isla y terminamos en la Playa Chinchorro, perdí la cuenta de lo que tomamos.
Oye debe haber sido espectacular el cagazo del Yagan, me imagino la carita que debe haber puesto el Pierre Chappard cuando la cuestión se hizo pedazos!! acá todavía viven los hijos del viejo, se me ha olvidado preguntarle
... como el Tv "Antu" no hay! "carne e perro", encendido desde el inicio de las trasmisiones hasta el cierre durante màs de 15 años. Con una tecnologìa similar "collereamos" hasta con los japoneses. Lâstima que haya terminado la època del Silicon Valley. Tendremos que conformarnos con las muñecas "siliconadas" de la faràndula chilena. Mis saludos.
ResponderBorrarJajaja, a propósito de tu comentario el verano pasado estábamos en la Playa El Laucho (repleta) con el Loco Fuentes, que fue mi profesor en la Universidad pero muchos años atrás también fué Gerente Técnico en la planta de transistores de Elecna.
ResponderBorrarEl caso es que estábamos en el sector de las minas ricas y el loco me dice "como que no hay desarrollo tecnológico en Chile, mira ¡estamos en medio del SILICON VALLEY". Y efectivamente, la playa estaba repleta de silicona. De ahí que ese sector quedó bautizado como Silicon Valley
Jajajaja, me imagino a comienzos de los 70's el inicio de transmisiones de TVN con el perro Tevito en uno de esos televisores ANTU, epoca en que en Stgo apenas habían 3 canales: 13 UCTV, canal 9 U de chile y TVN en el 7 con apenas uno o dos años al aire.
ResponderBorrarRecien por el 74 o 75 mas menos llegó UCV a Stgo en el 5.
Yo tengo un televisor de esos y cuando uno le desconecta la antena, aqui en pleno stgo, la mayoría de los canales se ven nitidos.
Uno le conecta un alambrito piñufla se ve excelente.
Ese receptor tiene muy buena sensibilidad para recepcion de canales, algo que en receptores relativamente contemporaneos, casi no hay. Uno aqui en Stgo un tv moderno con el canal 13, el canal mas potente de stgo, sin antena, no agarra ni por siacasoe, en cambio con ese tv ANTU ,sin conectarle la antena, se pùeden ver la mayoría de los canales super bien.
Fuera de que es un televisor de culto, tiene muy buena sensibilidad, lo digo por experiencia propia, independientemente de que sea blanco y negro.
Yo tuviera dinero trataría de comprar piezas y restaurarlo lo mas posible, y conservarlo como joya, es muy buen tele
Ah si, esa "sensibilidad" era parte de las cuchufletas que hacíamos en los sintonizadores para pasar el control de calidad sin problemas: le subíamos excesivamente la ganancia al sintonizador con lo que la señal quedaba muy bien cuando era débil, pero se saturaba en condiciones normales. Tienes la suerte de vivir en un lugar donde la señal abierta llega débil jajaja tal vez yo mismo pichicatié ese sintonizador!!
ResponderBorrar