Movable Fest

Cuando al fin sale el sol por la mañana, en uno de esos felices días que no me toca trabajar -y puedo levantarme a una hora decente- me siento en mi escritorio para contarles alguna de las tonteras que pasan diariamente por mis maltratadas neuronas.

Esta vez se trata de un libro que estoy releyendo, se llama París era una Fiesta, creo que el título original es A Movable Fest, de Ernest Hemingway. Muchos colegas han acusado a Hemingway de ser un fraude como escritor, de no ser auténtico y que usaba sus libros para promocionar una falsa imagen sobre si mismo.  Puede ser, escuché decir lo mismo a un amigo peruano sobre Vargas Llosa, como sea, pocas veces un libro de alguno de esos escritores me ha decepcionado ¿quien está libre del pecado de vanidad? yo preparé hasta un diccionario sobre eso, hace años.

El libro es sencillo y sin muchas pretensiones literarias, solo una colección de recuerdos muy emotivos -junto con otros más bien venenosos- sobre sus amigos en los años que Hemingway vivió en París, al comienzo de su oficio de escritor. Se lee de un viaje porque está muy bien escrito. Creo que fué su último libro antes de suicidarse y usó todo el baúl de trucos en el proceso. El capítulo donde recuerda su amistad con Francis Scott Fitzgerald es -para mí gusto- una pequeña obra maestra, lo disfruté mucho y supongo que eso es lo que importa y lo que espera obtener después que uno ha comprado un libro.

Escribir bien es un truco tal como explicó Vargas Llosa, es el arte de contar mentiras uniendo palabras bajo ciertas fórmulas con el objetivo es provocar alguna emoción, eso lo hace un buen escritor profesional a diferencia de nosotros, que simplemente tratamos de contar de la manera más auténtica posible lo que pensamos o describir fielmente las cosas que pasan.  El que sabe que está mintiendo tiene una gran ventaja sobre el que cree que lo que dice es verdad porque toda persona en alguna medida se miente a si mismo. El único valor de la franqueza es que  hace transparentes nuestras debilidades, igual que cuando nos emborrachamos. En fin, un buen libro, si pueden léanlo.

Más de 4.500 turistas en dos cruceros, el “Radiance of the Sea” (en la foto)  y el “Norwegian of the Sun”, justo la ciudad estaba repleta de basura gracias a la huelga de empleados municipales y hubo que contratar trabajadores eextras para limpiar el centro. Estos cruceros son un acertijo para mí, con cierta frecuencia me llegan mail de pasajeros que me dicen que estarán en Arica por algunas horas y me preguntan que podrían hacer, la verdad es que no se me ocurre nada. ¿Que puede hacerse durante unas 7 horas en Arica?, no somos una ciudad de "¡ahhh, ohhhh!" así es que, aparte de un apuradísimo viaje al Altiplano, realmente no se me ocurre absolutamente nada interesante que puedan hacer. 

Un tour bien pensado de 5 horas, que sorprenda a alguien que viene en un crucero, es algo que la ciudad está pidiendo a gritos, considerando que en cada temporada llegan unos 10 mil o más visitantes. Pero no hay como, primero que nada porque los que pueden tomar decisiones para implementar algo así son ignorantes y -en general- bastante tontos. Me refiero a las autoridades o los que deciden sobre asignación de inversiones, con ese capital humano, no llegamos a ninguna parte. En fin, ya se me ocurrirá algo, capaz que si Caribean Cruises me regala una caja de Johnnie Walker se me ocurra algo.