¿Que pasó con Fernando Flores?

Parece que en Arica e Iquique lo odian, he escuchado tal cantidad de insultos por estos lados que me da tema para pensar y escribir algún comentario: ¿que pasó con Fernando Flores?. El senador por nuestra región tiene sus luces y sombras como todos nosotros, pero creo que el sentimiento de antipatía que dejó por estos lados es un poco injusto y -en gran parte- producto de las expectativas frustradas de muchos que se ilusionaron con hacer carrera política a su sombra.

En Arica está lleno de viudos y viudas de Flores, incondicionales que antes hablaban puras maravillas acerca del extraordinario Fernando ahora se refieren a el como el político más bajo que hemos tenido. No es para tanto, pero en parte mucha de esta antipatía es culpa del mismo senador, que embarcó a muchos en sus proyectos y cuando vió que simplemente no prendían los dejó varados cual capitán Araya. Su trato arrogante y mal educado también le pasa la cuenta, cada cosa desagradable que hizo o dijo por estos lados ahora es repetida y amplificada por cien.

Sic transit gloria mundi, la gloria del mundo es transitoria y el senador Flores lo debe haber comprobado ahora, porque después de renunciar al partido de gobierno y quedarse sin la posibilidad de repartir empleos fiscales, la cantidad de amigos y seguidores se jibarizó como por arte de magia. ¿Quien va a apoyar a alguien que no puede repartir privilegios?.

Yo creo que sumando y restando Flores ha sido un buen aporte como senador, aunque muchas de sus ideas las encuentro medio superficiales, ha dejado cosas bien buenas como el diario Morrocotudo, mucha gente interesada en asuntos públicos y los cursos de blog. Es el único político que me resulta interesante escuchar, aunque rara vez estoy de acuerdo con lo que dice. Todos los demás senadores y diputados han sido cero aporte, payasos dedicados a sobarle el lomo a su clientela, repartir pequeños favores y puestos a sus amigos, cero aporte real. Yo creo que Flores es uno de los dos o tres mejores políticos que tenemos pero hay que reconocer que la vara no es muy alta.

Lo del senador deja una enseñanza: no cuesta nada ser popular cuando se tiene plata y poder para hacer favores, Galbraith lo dijo mucho mejor que yo lo podría hacer:

"Pero es indudable que el afán de dinero, o cualquier asociación duradera con él, es capáz de provocar un comportamiento no solo chocante, sino francamente irracional.

Hay buenas razones para ello. Los hombres poseedores de dinero, como antaño los favorecidos con una noble cuna y un título importante, se imaginan indefectiblemente que el respeto y la admiración que inspira el dinero son realmente debidos a su propia sabiduría o personalidad. El contraste de la opinión que tienen ellos mismos, reforzada de este modo, y la con frecuencia ridícula y corrompida realidad, ha sido siempre fuente de pasmo y diversión. De una manera parecida, siempre ha causado una especie de satisfacción morbosa la rapidez con que se evaporan el respeto y la admiración al quedarse el individuo sin dinero". (J.K.Galbraith, El Dinero: de donde vino, a donde se fue)

Un comportamiento irracional, eso es, ni más ni menos. Flores sin plata ni poder político habría sido un bicho raro al que nadie se tomaría en serio, más o menos como yo, supongo.