Llegamos como a las 12:45 y como en media hora la pasaron a hacer una evaluación preliminar y le dijeron que esperara porque la iban a llamar de nuevo. Habían unas 30 personas más esperando así es que me preparé para un buen rato, la verdad es que pasamos casi seis horas esperando, a las 5:30 más o menos por fin la llamaron. Pasaron como dos horas más y no salía, pero la verdad es que el doctor la vió solo 5 minutos y la dejó esperando en el box porque tenía que ir atendiendo a la gente que iba entrando. Al final le sacaron la radiografía y no tenía ningún hueso roto por suerte. una buena dosis de calmante -debe haber sido opio porque la dejó media maharishi- y cerca de las 8 de la noche nos vinimos de vuelta para la casa.
Yo me entretuve mirando a la gente, un verdadero zoologico humano, que entraba y salía y en observar como funcionaba el sistema. Nunca había visto algo más arbitrario y lleno de ineficiencias, ahora comprendo por que se producen tantas esperas en los hospitales públicos. Como los pacientes no son clientes y da lo mismo si esperan una hora u ocho, existe un sistema de atención que seguramente se ha ido creando de manera espontánea en base a la tradición y la experiencia de los que deciden las prioridades.
Es un sistema muy interesante, aunque espontáneo tiene algunas reglas claramente identificables. La primera prioridad son los niños de hasta 3 años, ellos son atendidos enseguida, en cuanto llegan y nadie reclama por eso. Lo malo que eso incentiva a los padres hipocondriacos a llevar a la posta al niño apenas estornuda. En todo el día solo vi dos urgencias de niños: uno que se había caído y estaba muy golpeado y otra con un corte en la pierna que podría haber sido curada por un paramédico sin problema, ni siquiera sangraba. El resto eran uros niños resfriados que llevaban los padres para que el doctor les diera "una receta".
La segunda prioridad era la gente escandalosa o con apariencia de importantes, llegó una mujer gritando a todo pulmón, pero sin tener ninguna herida, al principio la dejaron esperando pero todos se empezaron a poner nerviosos y al poco rato la pasaron adentro. Otra señora muy distinguida y vestida como ABC1 fue pasada enseguida con toda clase de consideraciones.
Yo con mi aspecto de C3 y mi querida suegra tirando para D tuvimos que esperar seis horas. Moraleja, para que le atiendan luego póngase a gritar o vístase como acaudalado. Un caso dramático fue el de un tipo bastante flaite que tenía una picadura de araña, la pierna se le iba poniendo negra y dura como palo, igual lo hicieron esperar más de seis horas "bien vestido es bien recibido".
En suma, la prioridad se asigna con el criterio burocrático de "el que puede causarme problemas pasa primero". Ahora ¿por que son tan largas las esperas? porque las atenciones demoran, había un solo médico para atender a toda la gente y una multitud de personal auxiliar haciendo tareas más o menos inútiles o no haciendo nada, como una chica muy buena moza sentada en el escritorio de "informaciones" que no tuvo absolutamente nada que hacer en todo el día ¡como se debe haber aburrido! creo que se aburría más que los que estábamos esperando.
Una gran cantidad de personas dedicadas a mover cosas de un lado para otro y a llamar a la gente, nunca había visto esa cantidad de personal inútil. Sin embargo vi muy pocos paramédicos trabajando en atender gente, cuando el 90% de las personas no necesitaban la atención de un médico, bastaba que un enfermero les hiciera una curación,les pusiera una inyección o lo que sea, pero todo debía verlo el doctor.
Y así fue como mi querida suegra estuvo ocupando uno de los nuevos box de atención -muy bonitos- durante casi dos horas donde ella estuvo a lo más 10 a 15 minutos con el doctor otros 15 para la radiografía y el resto del tiempo esperando ¿como no va a ser lenta la atención? Si todo debe pasar por el doctor, incluso cosas que puede hacer perfectamente un enfermero no es raro que el sistema sea ineficiente.
En una clínica privada, donde el tiempo de ocupación del box tiene un costo económico para la clínica estos procedimientos se racionalizan, el uso es óptimo y la atención rápida. En los hospitales hacen falta urgente ingenieros industriales para que racionalizen procesos arcaicos y basados en el interés de la burocracia que los opera más que en el interés del público. Finalmente mucho más de la mitad de la gente que fue a la posta -incluida mi querida suegra- debieron haber ido a un consultorio, porque su caso no era una urgencia ¿cuando van a mejorar las cosas así? El día del juicio, por no decir otra cosa.
En fin, una interesante experiencia de la que espero no ser jamás el protagonista, pero nunca se sabe y a medida que pasa el tiempo las posibilidades de llegar en camilla con los pies para adelante crecen y crecen. En fin, obligado a tomar más alcohol y comer más grasa para reventarme rápido. Sueño con morirme de un ataque al corazón mientras estoy soñando con la Ornela Mutti cuando tenía 19 años ¿que más podría desear? Hasta mañana.
El tema es harto complejo, Tomas. En primerísimo lugar está el asunto de que el público acude al Servicio de Urgencia por cualquier lesera mimia. Hace más de 20 años y durante varios de ellos, cuando yo era Jefe del Servicio de Cirugía y por fin había conseguido que los cirujanos de Urgencia dependieran oficialmente del personaje que por entonces era responsable de todo lo quirúrgico de Arica y a la vez nuestro Servicio de Cirugía como tal era oficialmente el modelo para todos los hospitales Clase A no universitarios de Chile, me empeñé en que TODOS los cirujanos debían hacer turnos de urgencia y para dar el ejemplo tuve que asumir un turno por 3 horrorosos años.
ResponderBorrarSucedía que había una irracional tremenda demanda, hasta del borrachín que llegaba a las 3 AM para que le vieran una uña encarnada que tenía desde ya varios años. Además, buena parte de los médicos eran increíblemente indolentes. Ejemplo: si pasaba horas operando urgencias y volvía de pabellón cansadísimo a la hora que daban Barnabás Collins en la TV, había medio centenar de personas esperando que los otros 3 médicos del turno terminaran de ver la tele y yo me tenía que mamar solito toda esa demanda. Y entonces quise prohibir la TV en urgencia, pero uno de los colegas, muy honesto y capacitado en todo lo demás, siendo médico militar me amenazó hasta con balearme o acuchillarme. Para desgracia de Chile y alegría mía, ese intento mío (éramos por entonces un hospital que oficialmente debía evaluar mejores alternativas de atención global) fue desechado por los militares dueños de Chile.
Y cuánto me cuesta olvidar a ese fantástico traumatólogo que en su turno para descansar un par de horas (hacíamos turnos razonablemente bien pagados de 24 horas), se arrancaba a jugar fútbol a donde fuera y yo tenía que hacer de traumatólogo en su ausencia.
Y los "practicantes", personajes sin ninguna formación curricular y autorizados sólo para administrar inyectables y hacer curaciones menores AUTORIZADAS por un médico, protegían "generosamente" nuestro sueño nocturno y asumían el rol de médico y al despertar nos hacían firmar las recetas y papeletas de atención. Ahora por fortuna debieran ser "técnicos avanzados de enfermería" con varios años de estudios en un Instituto, mucho más capacitados pero ciertamente no para tomar decisiones clínicas. Y las enfermeras y enfermeros a los que te refieres son ellos y la verdadera enfermería profesional (exceptuando a las admirablemente bien preparadas que laboran en las Unidades de Tratamiento Intensivo o bien formadas en clínicas privadas y otros pocos admirables individuos), en Chile son en esencia meros personajes administrativos pero con un aparente irrestricto poder para establecer normas médicas obsoletas en los mal diseñados comités. Mi intento por hacer de ellos verdaderos colaboradores de la gestión médica en lo técnico, fracasó rotundamente por oposición de las poderosísimas jefas de enfermería que ni siquiera sabían suturar una simplísima herida ni menos cuándo ésta tenía que ser omitida.
Pues habiendo conseguido lo que nunca soñé posible para mi Servicio, no me la pude con la estructura de la Posta y por ponerle tanto empeño me salvé a penitas de ser relegado por los militares. Médicos militares o amparados por ellos tenían tanto poder y afán de figuración que me resultaron invencibles y esa fue la causa principal por la que mandé todo lo fiscal a la cresta y me fuí al área privada, que yo sabía que iba a deteriorar aún más a la salud fiscal y mi amado servicio no tardó en quedar a cargo de personajes insípidos que lo aniquilaron.
Esa es la triste historia responsable de la atroz ineficiencia que describes (y hay mucho más).
ResponderBorrarPara colmo de los colmos, se instauró la funesta Medicina de consultorios Municipales con médicos extranjeros de triste formación o chilensis sin el sagrado principio del "peer review". O sea, sin un experto que los aconseje y controle y sin saber qué pasa con los pacientes que malamente atienden, nunca aprenden, más bien se llenan de vicios del saber y los que saben, los eficientes (que ya no son los jefes de servicio), se desentienden de ese desastre porque así está establecido. Y suma y sigue, las Clínicas Privadas instalan servicios de urgencia servidos por una gran mayoría de los mismos de los consultorios municipales, por mucho que tras ellos, de llamada (si es que los llaman) haya estupendos y hasta impecables especialistas.
Y si tienes plata y vas a consultas privadas, alí también predominan los mismos personajes...
Los militares heredaron una orgullosa y eficiente estructura de Servicio de Urgencia (en grave pero transitoria crisis por la gestión upelienta) fruto del ordenamiento que en gran parte se debió a la gestión de Allende antes de ser Presidente. Pues la dejaron deteriorarse y luego "La Alegría" la convirtió en un desastre. Y ya es muy tarde para remediarlo: sólo la privatización de los hospitales, con un poderoso aparato estatal custiodándola y generando una inmensa y agresiva reestructuración de altísimo costo político, podría revertir el asunto. Y eso concuerda con lo que expones en cuanto al "lucro", bien controlado por cierto. Sin lucro o sin control de éste, la Medicina no funciona en el Chile de hoy y no lo hace tan bien como pudiera hacerlo en los países desarrollados (bueno, incluyo como abusiva de lucro a la de los EEUU, harto mejor que las otras pese a todo). Supongo que algo parecido se puede decir de la Educación.
Pero todas las generalizaciones tienen asombrosas excepciones y me da envidia y verguenza constatar muy de cerca la encomiable gestión de educadores mal pagados y que viven en la cuerda floja de la cruel estructura contractual de los planteles educacionales privados. Quisiera conocer a sólo un médico actual con el espíritu y la sensibilidad de un buen montón de educadores que he llegado a conocer muuuuy de cerca. Pero cuando enfrentan magnos problemas con deteriorados alumnos, los deben derivar, tras una inmensa inversión sentimental, riesgo de agresiones físicas y de papelo estúpido, al ámbito fiscal y allí todo queda frecuentemente en la nada misma. ¡Qué inmensa frustración y sentimiento de impotencia!...
En definitiva, los militares agrandaron enormemente a Chile, pero deterioraron la gestión social básica. Y la Concertación, despilfarrando fortunas incalculables, les dió el golpe de gracia. Argumentos para comprobar mi diagnóstico me sobran, pero son tantos y tan complejos, que sólo podría describirlos latamente y de uno a uno.
ResponderBorrarEl Hospital es de lujo, en lo arquitectónico y en su dotación instrumental y tiene médicos de lujo pero sin ánimo ni poder para que funcione decentemente. Inyectarle más fortunas y traer más médicos es tan burdo como llenar de adornos a un Ferrari de lujo con el motor fundido. Hay que terminar con la Salud Municipal, entregar amplios poderes a jefaturas técnicas empeñosas y ambiciosas de un bien ganado prestigio, basadas en el Hospital, independientes de las jefaturas no técnicas carentes de poder y formación en Salubridad y nombradas a dedo o porque nadie quiere hoy asumirlas. Y si se logra eso sin una probable revolución de los viudos de la Concertación, a ciertas clínicas privadas no les quedaría más que verse obligadas a competir con la eficiencia estatal.
Como los hoy desabridos tomates de Arica (vaya si eran ricos cuando no eran "perdurables"), hay que volver a que sean la delicia que antes fueron y nó meramente pintosos y rentables para sus productores. La "rentabilidad social" de la salud de Arica es pura pinta hoy y por dentro, es muy desabrida...
Y me disculpo, yo no sólo soy criticón sino que también muy llorón. Y mis lágrimas no dejan de fluír desde hace ya mucho tiempo...
Ah que increíble doc, claro, uno ve los efectos pero las causas vienen de mucho más atrás tal como las que describe.
ResponderBorrarFue muy claro para mí eso de que la gente va a la posta para cualquier cosa y las verdaderas urgencias no son ni el 10 por ciento de las atenciones, al menos por lo que vi ayer en el hospital: llegaron tres borrachines odiosos que estuvieron todo el día reclamando ¡no tenían nada que hacer allí! Los médicos, como son bien escaso hacen realmente lo que se les da la gana y algunos son muy conscientes de su trabajo mientras otros son patanes e indolentes, como da exactamente lo mismo para ellos, la mayoría opta por esto último, es la naturaleza humana nomás, si yo pudiera haría lo mismo ¡prohibirles la tele! eso si que le hubiera costado la vida jaja.
Otra cosa que me asombró es que el peso de muchas decisiones que son realmente menores dependen del médico y los enfermeros(as) se dedican a puro mover aparatos y pasear sillas de ruedas ¡nunca había visto tanta gente desocupada por la flauta! Tantas consultas menores esperando horas para que las vea un médico. Bueno, toda esa espera puede servir para desanimarlos a ir la próxima vez.
A mi me da la impresión que los hospitales públicos tienen el mismo problema que la educación pública: tienen los incentivos mal puestos, está estructurados alrededor de los intereses de la burocracia y no aquellos de los pacientes y se han ido deformando en un sistema distorsionado que tan bien describe en su experiencia práctica.
No hay como arreglarlo si no cambian los incentivos y la única manera que yo veo es que se elimine definitivamente el sistema estatal y se reemplace por un particular subvencionado (igual que el de las escuelas y liceos) donde se pague por paciente atendido y los hospitales estén obligados a competir con eficiencia. Seguir tirando millones en enormes edificios y plantas sobrecargadas de gente inútil es lo más absurdo que puede existir.
Además que la necesidad de competir también mejoraría a muchas clínicas particulares, que en la actualidad tienen un virtual monopolio y no necesitan competir con nadie, como se dice en buen chileno "es lo que hay" y además -por lo general- es bastante caro.
Hoy en magavision en aqui en vivo van a dar un reportaje sobre los funcionarios publicos de chile....alli se revelan los vicios de estos.Saludos
ResponderBorrarEs de una ingenuidad casi tierna la forma que crees que funciona una clínica privada... Claramente nunca has estado en la clínica Dávila o la Santa María de Santiago... La cosa es idéntica, pero con asientos acolchados... (ni siquiera hay más médicos atendiendo y si existe la misma cantidad de personal que hace nada)
ResponderBorrarEl problema no es que la gente no sea cliente, sino que el cliente no tiene alternativas: entraste, ya eres cliente cautivo así pasen 6 horas de espera (a menos que te mueras). Y no sólo es difícil irse a otra urgencia, tampoco tienes elementos de juicio apropiados para elegir ¿será mejor la clínica o el Hospital? ¿cómo lo sé, si ni siquiera sé si mi dolor es algo grave o una nimiedad?
Dicho sea de paso, entiendo el reclamo contra el tipo que llega por una uña encarnada, pero hay que verlo desde el otro lado, de repente (y puede ser producto del alcohol) le empezó a doler el pie... ¿será grave? dos opciones: me autoreceto o voy al médico. El mensaje hace años es NO se autorecete, entonces hay que ir al médico, aunque sea una tontera...
en fin
Salute!
Pero si eso es lo mismo que estamos diciendo pues cura satánico! Es la falta de competencia que hace que los pocos que hay atiendan como se les da la gana: COMPETENCIA, MAS COMPETENCIA y para eso la única manera posible es LUCRO MAS LUCRO, o creis que la gente se mueve de puro idealistas que son "quieren dinero" tal como decían los Prisioneros.
ResponderBorrarNo es cuestión de gastos sino necesidad urgente de incentivos, mientras tengamos oligopolios estatales y unos pocos privados llenos de regulaciones y barreras de entrada, el fisco puede seguir tirando plata al hoyo sin fondo sin la más mínima mejora. Con la plata que hoy se está gastando es más que suficiente para mejorar enormemente el servicio, no es un problema de lucas como cree el 5to presidente de la concertación sino de incentivos.
Y un detalle adicional: estoy seguro que ni la Clínica Dávila ni ninguna privada tendría la cantidad de gente ociosa que vi en el Hospital de Arica, todo el día sin hacer absolutamente nada y recibiendo un sueldo por eso. A decir verdad caí en éxtasis viendo que tanta gente había alcanzado lo que yo he perseguido durante toda mi vida: ganar plata sin hacer nada.
ResponderBorrarUhm... en los últimos tres años he tenido que ir tres veces a la urgencia de la clínica Dávila, por causa de mi esposa. No sé si sería casualidad, pero la atención fue de lujo las tres veces. Hace un més más o menos también se atendió el parto de mi hija ahí mismo. También tuve que llevar a mi difunto padre tanto a emergencias como a procedimientos en sector público y privado (cuando con los hermanos nos decidimos a pagar no más) y bueh, la diferencia fue enorme. Mi querida suegra se atendió de un cáncer en el sector privado también, y le tocó ver a gente que murió esperando por atención en el sector público mientras ella pasaba pues tenía isapre.
ResponderBorrarTodo empírico, por cierto, pero seguiré pagando la Isapre religiosamente. Total, hoy en día los asalariados negociamos el sueldo líquido, así que hace sentido tener un buen y caro plan de saludo.
Los sistemas de salud son un enorme problema casi sin solución porque deben seguir el esquema de los seguros (lo mismo si son públicos o privados) para que funcionen la mayoría debe pagar mucho más de lo que recibe. Por algo las compañías de seguro están entre los negocios más rentables del mundo ¡no pueden perder plata por diseño!
ResponderBorrarLo que es yo prefiero no tener ninguna clase de seguro y si tengo para pagar en el momento por un servicio de salud pago al contado, si no me muero. Total, si para allá vamos todos igual, paguemos o no.
Si me garantizaran una dosis ilimitada de opiacios como morfina, opio, heroina, etc. y algo de canabbis, LSD y cocaína de alta pureza para alegrarme la existencia cada vez que tenga algún dolor, ahí tal vez lo pensaría y tal vez contratara algú "plan de salud".
(en realidad debieran llamarse "plan de enfermedad")
ResponderBorrarTomás, tu visita al hospital tendrá algo que ver con que de sabado para domingo soñé que se morían Borghi y tu?? si, tu... jajaja
ResponderBorrarNo te conozco pero sentí harto tu muerte, debe haber sido de pensar que no iba a haber mas templo del ocio de ahí en adelante.
Capáz nomás que estire la pata, mira que cuando se cayó mi camioneta del Morro para abajo soñé que me mataba un par de días antes ;D con que sea rapidito ni un problema
ResponderBorrarTomás, no, un psicologo le dirá a Ud. que una pulsión de muerte le produjo los sueños y que subió al Morro para producir su propio accidente - hasta que algo, el ego el superego o el ello, vaya a saber cual - se habrá dicho "No me saldré con la mía" y se salvó, pero la camioneta no. Quizás la camioneta represente a la madre, vaya a saber.
ResponderBorrarPero si tiene que esperar seis horas en un consultorio a que se lo digan, claro, nunca se va a enterar.
jajaja! es muy buena explicación Ulschmidt, notable. No se si es a la madre pero realmente llegué a odiar esa camioneta y muchas veces tuve ganas de prenderle fuego, pero me faltó valentía para hacerlo. Es probable que la boté abajo por pulsión inconsciente porque disfruté muchísimo cuando la hicimos picadillo con la antorcha de oxigeno, y no quise dejarme ni una sola pieza de recuerdo, regalé TODO.
ResponderBorrarBueno que la odiara a posteriori del accidente es muy razonable. Conocí un operario que casi muere en un accidente fabril y el psicologo lo envió a que mirase el lugar del hecho todos los dias para sacarse el miedo y el trauma. Para mi que era una tortura sin sentido...
ResponderBorrarCuando tenía 18 años estuve hospitalizado por intoxicación alcohólica. Siempre que puedo me vuelvo a exponer al peligro, pero 25 años después, y sin ir al psicólogo, no me he vuelto a accidentar. Estoy recuperado.
ResponderBorrar¡Maestro! yo jamás he conseguido llegar a ese nivel de perfección, me quedo dormido mucho antes de intoxicarme. En el beber soy -digamos- de "tiro corto"
ResponderBorrarUslchmidt, siempre odié esa camioneta, estaba maldita. Me la vendió un amigo que es médico, al que le había vendido un PC que al poco tiempo se le quemó. Siempre dije que esa camioneta era "la maldición del Dr. Tapia" ¡se tomó la venganza con intereses jaja!
ResponderBorrarLa compré a muy buen precio , pero al final gasté más plata que si hubiese comprado un Porsche. Hasta destrozarla e costó plata.
Me e atendido en sistemas publicos y privados de urgencia o tratamientos largos la verdad gano unos 4000us mensuales y entre las subidas de la isapre etc prefiero el sistema publico y por eso aporto a fonasa el dia q privaticen salgo a la calle. Es verdad q existen deficiencias pero los invito a averiguar cuanta gente de clase media y alta prefiere el sistema publico.
ResponderBorrarAnónimo, si me obligaran a cotizar, gane lo que gane siempre optaría por FONASA, no porque sea mejor ni mucho menos sino porque creo que el esquema de seguros es apostar contra si mismo y siempre optaré por el más barato sin importar cuan mala sea la cobertura. Creo que es una barbaridad eso de que las cotizacioiones de salud sean obligatorias para los asalariados. Un anacronismo de la época de Bismark en todo caso. Los seguros siempre deberían ser optativos
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