Chile actual: anatomía de un mito

Esta foto es de 1995, debe ser de marzo o abril. Tomás Moulian era candidato a presidente por el Partido Comunista y visitó Arica haciendo campaña. Mi amigo y gran fotógrafo Rodrigo Nuñez también andaba por estos lados y me dijo por que no íbamos a mirar y tomar unas fotos. Le dije enseguida que bueno, yo había leído pocos años antes su libro Chile Actual Anatomía de un Mito, que me había impresionado mucho, también había leído un libro suyo sobre los partidos políticos escrito en los años sesenta, el caso es que le ya le tenía admiración y respeto como intelectual.

Llegamos unos 40 o 50 a La Casa del Pueblo, un viejo caserón en calle Chacabuco que era la sede del Partido Comunista, varios jóvenes de la UTA y unos cuantos viejos tercios, encabezados por el doctor Jaime Barros Pérez-Cotapos, un personaje en Arica de esos tiempos. Moulian dio su charla muy tranquilo y dijo que honestamente no iban a ganar y que era tiempo de reagruparse y recuperar fuerzas tras la derrota.

Dijo algo así como que el comunismo y en general la izquierda estaba siendo derrotada en todo el mundo y el proyecto tradicional estaba muerto, habría que inventar algo completamente distinto. Mientras hablaba el doctor Barros se iba demudando y movía la cabeza incrédulo. Como viejo izquierdista acostumbrado a las arengas épicas, no estaba preparado para escuchar esas cosas y el discurso le cayó bastante mal. Hasta se atrevió a expresar tímidamente su desacuerdo, Moulian estaba en esos días en el peak de su fama como intelectual.

Ayer encontré el libro por Internet y me puse a leerlo de nuevo, creo que es lo más lúcido que he leído sobre la Unidad Popular y el Gobierno Militar. Claro que no es un libro imparcial, está lleno con la moralina izquierdista de Moulian, una de sus mayores limitaciones. La Unidad Popular -según su relato- pecó del síndrome humanista, idealistas cuyo principal pecado fue ser bocones y amenazar demasiado. La dictadura terrorista en cambio, institucionalizó la crueldad de manera deliberada como su principal herramienta política para dominar a los movimientos populares. Ni se nota por donde van sus simpatías.

Son detalles, dejando aparte los acomodos que Moulian tuvo que hacer para esquivar las conclusiones desagradables, se trata de un gran libro, recomiendo leerlo -con ojo crítico obviamente- porque está lleno de ideas bien potentes.

Releyendo, me vino a la cabeza la tragedia de Moulian, que pudo ser uno de nuestros mejores intelectuales, pero no fue capaz de dar el paso necesario para seguir sus ideas hasta las últimas consecuencias. En el prefacio del libro, escrito antes de 1997 dice:

...me ha ayudado a moderar mucho mis tendencias moralizantes y esencialistas. Sin embargo, no ha podido convencerme de hacer un giro teórico más global. Por desgracia no he tenido la audacia de realizar lo que alguna vez me propuso como la crítica más eficiente, solo una descripción irónica.

Mucha gente, especialmente sobrevivientes de la ultra izquierda, dieron ese giro teórico global. Moulian describió y anunció la derrota, pero nunca fue capaz de aceptarla, Y se tuvo que convertir en un hipócrita.Su paso por la universidad Arcis, el llamado reciente a apoyar a Marcel Claude y tantos otros renuncios muestran el camino que tomó quien que pudo uno de los grandes intelectuales chilenos: se terminó aggiornado, acomodándose al lado de palurdos y oportunistas, sin méritos como Tellier, Claude y los dirigentes estudiantiles trasvestidos, para usar sus propios conceptos. Es una tragedia, después de la Anatomía de un Mito nunca volvió a publicar algo que valiese la pena leer. Una pérdida enorme, con los otros no se perdió nada porque tampoco valen nada.