La verguenza de ser ariqueño

Arica, mi aburrido pueblucho tiene todas las condiciones para ser el paraíso en la tierra. Cuando le digo a mis amigos que acá hay sol prácticamente todo el año y no llueve nunca, que no hay tiburones; serpientes venenosas; alacranes; enfermedades contagiosas; tornados; inundaciones catastróficas; tormentas de nieve ni ninguna clase de desastre natural que son comunes en otras partes, les cuesta creerme. Todo esto me llevó a escribir un día en mi columna de La Estrella sobre La Suerte de Ser Ariqueño.

Los ariqueños son relajados, amigueros y simpáticos, ajenos al clasismo que es tan común en el resto de Chile, lo que hace años me llevó también a escribir mi Autopsia del Ariqueño Neto, donde creo haberlos retratado con fidelidad.

Pero toda moneda tiene dos caras y creo no exagerar cuando digo que tenemos la mayor densidad de estupidez e ignorancia per cápita cuando se trata de asuntos de política local. Típicamente el ariqueño neto se cree vivo, jura que nadie le pasa gato por liebre pero es más fácil de engañar que la señora Juanita. Es presa fácil del primer sinverguenza que llegue con un cuento por estos lados.

Esto es lo que me lleva hoy a escribir sobre la verguenza de ser ariqueño, porque jamás había visto una ciudad y una opinión pública que escoja lo peor, opine lo peor y crea lo peor en contra de sus propios intereses.

La lista de engaños y malas decisiones es enorme y basta con ver los resultados de las elecciones municipales. Creo que parte con la elección de Ivan Paredes para alcalde en 1996. Luego la reelección de Carlos Valcarce -a quien aprecio como persona pero detesto como político- el 2004, cuando llegó a la ciudad Jorge Frias (el tío) junto con otros malandras que no quiero recordar. Finalmente la elección de Waldo Sankan el año 2008. Y mejor no sigo porque no quiero hablar mal del alcalde actual hasta que termine su período.

Un ariqueño con derecho a voto es más peligroso que un chofer de Tur Bus, invariablemente estúpido, ignorante y crédulo. Y para colmo convencido que se las sabe todas y que a el nadie lo hace cholito. Y lo engañan una, y otra, y otra, y otra vez. Así es como sale a marchar gritando estupideces y ostentando su "amor por Arica", que pelmazos.

La última fue toda esta estupidez colectiva contra el proyecto minero Los Pumas y la planta "termoeléctrica". Ha sido una exibición de ignorancia increíble. Un amigo, profesional y funcionario público me dijo que ¡como era posible que fueran a instalar una "hidroeléctrica" con la escasez de agua que tenemos!. La asesora legal de los regantes del Lluta "denunció" que en el proyecto Los Pumas se iban a hacer ¡acopios de arsénico! que contaminarían el río ¿de donde sacó esa "profesional" que la producción de concentrado de manganeso usa arsénico?

Por culpa de esos imbéciles se aprobó el proyecto Los Pumas, que no era conveniente por razónes de estrategia de desarrollo y uso de la carretera 11-CH, ellos tienen la culpa porque demostraron que los que se oponen a estos proyectos son una turba, una manganada de brutos, ignorantes, masa estúpida y manipulable.

Y detrás de ellos tenemos a los más de noventa candidatos para consejeros regionales, puros pescadores de río revuelto, oportunistas buscando entrar al sistema de privilegios y corrupción que les abre la política. Más de noventa aspirantes a sankan, ahí está la explicación. En la foto que encabeza esta entrada, vemos a cuatro ariqueños netos protestando contra la contaminación que traerá la termoeléctrica. Que verguenza ser ariqueño.