Ahí está el detalle

Los que gustan de la fotografía me entenderán. Encontré en una casa de remates una gran cantidad de objetivos antiguos y ahí estaba yo, como un niño en la tienda de juguetes. Por muy poca plata compré un extraordinario lente Vivitar de 28 mm f2.8, un tele macro Guest 70-210 y un adaptador de macro para el lente Vivitar, tuve que irme antes que me viniera la locura y me gastara todo lo que tenía. El único detalle es que ninguno de esos objetivos le sirve a mi cámara, pero compraré por Ebay el anillo adaptador y ¡voilá! entonces si que seré feliz. O sea tengo 5 lentes: atrás aparece el Helios de 58mm, el Vivitar de 28mm, el Lumix de Kit 45-175mm y adelante el Guest 70-210mm, la foto la tomé con el lente kit 14-42mm. Son todos lentes baratos pero la relación calidad/precio es extraordinaria.

Conversaba con una amiga que me decía que a sus niños lo único que les gusta es dibujar y me acordé del bueno para nada del Tomás Jr. que a los 14 años era igualito: detestaba leer, le espantaba la idea que algún día tendría que trabajar para vivir y su ambición era que la mamá lo mantuviera hasta que fuese viejito -a mi ya me había calzado así es que no contaba conmigo para nada. Bueno, yo jamás me preocupé de que leyera, estudiara o tuviese buena ortografía y se metió a estudiar diseño gráfico en Valparaíso, seguramente con la idea que viviría dibujando historietas.

Creo que su paso por la Universidad de Playa Ancha fue bien provechoso. Se interesó por la cultura y empezó a leer sin que nadie lo obligara. También aprendió solo algunas cosas que son clave para sobrevivir en la universidad: hacer bien las cosas y no quejarse de las injusticias del mundo. En fin, ahora que estudia en Arica, en una universidad mucho más relajada y de menor nivel de exigencia, se acostumbró al éxito, se saca buenas notas y hace lo que le interesa.

Es una gran tontera meterse en lo que hacen los hijos una vez que crecen, mientras más autónomos mejor. Llegado el momento los hijos deben matar a los padres, esa es la ley de la vida y también de eso conversaba con otra amiga hoy en la mañana, el difícil aceptarlo, pero así es. Claro que a mi no me va a matar el muy carajo... todavía puedo defenderme, cuando esté más viejo, ya veremos.

Creo que no hay tontera más grande que los rankings de cualquier tipo en la educación: los ranking son para los corderos. Tiempo atrás un amigo que tiene mucha plata, cuando supo que el Tomás Jr. estudiaba diseño me dijo ¡pero como se le ocurre, se va a morir de hambre! ¡mi hijo estudió diseño, lo mandé a Barcelona y lleva dos años sin encontrar trabajo!. Estuve a punto de decirle que con la plata que el tenía no le costaba nada armar una agencia de publicidad, equipàrla de la mejor tecnología y que dejara de buscar un maldito trabajo. Estuve a punto, pero me mordí la lengua, porque esa es la idea de microempresa que tengo para que hagamos con el Tomás Jr.en un futuro lejano ¿para que abrirle los ojos?.

 En todos los rankings el diseño es una carrera para perdedores, muestran que los sueldos que gana un diseñador son la nada misma ¿y que? El que busca la seguridad de un sueldo debe estar dispuesto a ganar poco. Por otro lado el arte, en cualquiera de sus formas, junto con la tecnología, creo que van a ser las carreras más lucrativas en el futuro. Cada vez se necesita más arte y a diferencia de la tecnología el arte no queda obsoleto: todavía escuchamos la buena música de los setentas a pesar que los computadores de esos años hoy no sirven para nada. Claro que como en todas las cosas hay que ser bueno, ahí está el detalle. Hay que ser bueno, como estos, miren que maravilla: