Misión cumplida: mi foto con Abdullah

Ya me puedo morir tranquilo, porque venciendo mi fobia social me animé a pedirle a Abdullah Omnivar -o como se escriba- para sacarme una foto con él. En realidad le dije a mi amigo el arquituerto que le pidiera por mi, también fue el que sacó la foto. Eso fue en la noche del domingo cuando clausuraron el 8º Festival de Cine rural Arica Nativa.

El cierre estuvo perfecto, completamente a cargo de Abdullah que abrió el espectáculo gritando ¡buenas noches Arica! Entre sus muchos talentos es un entertainer neto: chacotero y con perfecto dominio de escena conversó de sus proyectos, le entregó un regalo a los creadores del Festival y presentó las tres películas de la noche.

El primero fue un cortometraje en blanco y negro, co-producido por él y filmado en el Cementerio General de Santiago: 18 minutos sin diálogo, solo música. La fotografía y producción soberbias. Luego pasó un documental de la Chile Exploration Co. sobre Chuquicamata filmado en el año 1960, en verdad yo había visto parte de esa película antes.

Pero lo mejor fue cuando encendió su antiguo proyector de 16mm, que se trajo en el avión, para que pudiésemos ver y sentir el feeling de cuando hizo -con su hermano- la película del gran viaje desde Iran, el cruce del Sahara en citroneta, la llegada a Qatar, los Emiratos y finalmente a La Meca. Con una filmación escondida a la ciudad sagrada y la Kabba, debe ser una de las pocas imagenes de ese lugar y esa época. que se conocen. Luego el paso al Africa tropical, mostrando su aventura con los pigmeos donde les afilaban los dientes a piedrazos, hasta la llegada a Capetown en África del Sur, todo en citroneta.

Para mi fue una experiencia espectacular ¡había visto esa misma película en capítulos de la tele cuando tenía 11 o 12 años! fue un viaje en el tiempo, increíble. Después de la película me puse en la fila de sus fan, cambié algunas atropelladas palabras y me sacaron la foto: misión cumplida. Que gran tipo, sencillo y muy simpático se dio tiempo para hablar con cada uno de los chiflados que nos acercamos. Un caballero.

Además el Director del Festival le ofreció gestionar el Museo de Imágenes en Movimiento en Arica y Abdullah dijo que bueno. Sabiendo como funcionan, creo que no van a descansar hasta que consigan hacerlo, chapeau por la Fundación Altiplano.

Muy bien el festival, aunque -como en todo- hay cosas que podrían mejorar. Creo que se merece una mayor convocatoria de gente, considerando la cantidad y calidad de gente y recursos invertidos. Mover gente no es fácil en Arica, donde el grupo de los amigos del arte es siempre el mismo. Incluso siendo chico, no vi a todos los que deberían haber estado ¿por que faltaron a un espectáculo tan bueno?

Supongo que algo tiene que ver la tradicional molicie ariqueña, al público local -flojos hasta la médula- hay que ir poco menos que a sacarlos de la casa. Al menos ese fue mi caso, fui por primera vez en los ocho años que se lleva haciendo el festival y supongo que debe ser de otras personas también. ¿Como involucrar a más gente para que participe? Creo que es una buena pregunta.

La Universidad de Tarapacá, aparte de recortar las lucas por el Convenio de Desempeño (ah, que lindos son esos convenios) debería haberse involucrado mucho más. No vi al rector por ningún lado, puede que me equivoque y haya ido, pero yo no lo vi. En verdad vi cero presencia de la UTA en el festival ¿como no mandaron a los alumnos de diseño multimedia a la escuela de cine? Eso es lo mínimo que podrían haber hecho, mandarlos pero no a pasear, sino a estudiar, como parte de sus obligaciones académicas. Tengo entendido que Inacap también tiene carrera de diseño y nada. Por lo menos la UTA debería poner la plata donde ponen la boca.

Por otra parte tenemos un nucleo duro de los alumnos del Liceo Artístico, que contra viento y marea siguen aferrados a su vocación. De ese liceo han salido grandes artistas nacionales y está botado por culpa de un bruto con poder de cuyo nombre no quiero acordarme.  ¡Cuanta falta le hace un buen padrino a ese liceo! además que sería una inversión en talentos bastante segura, porque tienen una historia de éxitos bien demostrada.

También podrían crecer hacia expresiones de arte más populares o marginales, a riesgo de caer en las malditas escuelas de batucadas y saltimbanquis que infestaron a Chile hasta no hace mucho tiempo. Pero tal vez con un poco de tino y equilibrio demás se podrían integrar sin caer en la anti cultura de mimos y pequeñas gigantes. En fin, son tantas cosas, me encantaría que el festival ampliara su mercado más allá de la socialité pero hablar es barato, no cuesta nada sentarse a decir como tendrían que ser las cosas, ya estoy cayendo en otro de los vicios típicamente ariqueños así es que mejor no escribo más.