El ceviche millonario y el fisco como patrón

Un ejemplo chistoso de derroche fiscal es el de los ceviches millonarios, que, según me recuerda mi amigo el arquituerto Marco Antonio Diaz, es segunda vez que pasa. Se trata del robo de 66 peces de cultivo "dorados" o "palometas" avaluados en 1 millón de pesos cada uno  (unos US$ 2.000), los peces se robaron y se vendieron en el terminal pesquero a US$ 2 el kilo para hacer ceviche. Como tenían un microchip con GPS incorporado, no tardaron en ubicar al vendedor aunque de los pescados no se recuperó ni uno. Deben haber estado ricos. Ese era el proyecto estrella de la Universidad de Tarapacá para hacer pisicultura, no es que sea pesimista pero apuesto que los 180 millones -sospecharía que son más- que se han gastado van a terminar en nada como los demás proyectos Corfo que ha ganado la UTA y que han terminado en fracasos de los que nadie habla mucho.

Marco me recuerda que otro proyecto similar, esta vez de la Universidad Arturo Prat cuando se robaron 150 ejemplares de peces hirame que tenían en cultivo. Seguramente ese proyecto también fracasó porque apenas se menciona en la memoria del año 2011 y seguramente también recibió sus cientos de millones de fondos fiscales ¿es que no aprenden nunca, giles?.

Tanto el actual director regional de Corfo como el anterior son buenos amigos míos, pero debo decir que la influencia de la Corfo en nuestra región ha sido nefasta, concentrándose en invertir en supuestos "huevos calados" al darle fondos a las universidades y subsidios a las semilleras y otras empresas que no lo necesitan. Preferiría mil veces que le dieran la plata a un empresario loco -pero no ladrón- aunque las posibilidades de recuperarla sean mínimas. Corfo ha actuado históricamente como el perro del hortelano, no come ni deja comer a los demás. Cuando yo sea Presidente del Mundo mi primera medida será eliminar la Corfo de la faz de la tierra.

Y no le echo la culpa  a los directores pasados o actuales -o al menos no es 100% su culpa- sino que es un organismo inútil por diseño, que hace todo lo contrario de lo que dice su nombre y su misión: "fomentar". La Corporación de Fomento, lo único que fomenta es el compadrazgo, el fracaso y los inútiles subsidios "a la segura" que le entregan a los que menos los necesitan. Pervierten el sistema y crean toda clase de incentivos perversos.

Y si alguien tiene dudas sobre los abusos del estado, solo debe considerar la siguiente situación. Cualquier pequeño empresario que contrate a un trabajador debe regirse por el Código del Trabajo, es decir hacerle un contrato a plazo fijo o indefinido. Si tiene a alguien que debe cumplir horario, bajo subordinación y dependencia emitiendo boletas de servicio durante un año o más le llegan las penas del infierno.

Sin embargo el Fisco de Chile -que es el mayor empleador individual del país- se ríe de sus propias leyes y tiene una enorme cantidad de sus trabajadores cumpliendo horario, bajo subordinación y dependencia presentando boleta de honorario todos los meses, pese al dictamen de la Corte Suprema, 26.04.1995, Rol 4095-95 que dice clarito: "

Establecida la relación de dependencia o subordinación de la persona que presta los servicios, a través de la apreciación de la prueba rendida según reglas de la sana crítica, debe concluirse que entre las partes existió un contrato de trabajo y no otro diverso, no obstante la declaración en sentido contrario formulada por éstas en el propio contrato, en orden a calificarlo como de prestación de servicios. Ello por que en derecho las cosas son según su real naturaleza y no según lo que las partes prediquen de ellas, y entendido que los derechos derivados de un contrato de trabajo, son irrenunciables".

Son más de noventa mil entre los honorarios y contrata. Le faltó entonces agregar a sus excelencias "esto es solo para los pobres diablos del sector privado porque el fisco, partiendo por nuestro propio poder judicial, puede hacer lo que le de la gana". Creo que nadie con sangre en las venas debería ver esto como algo normal e inevitable, pero la mayoría de los chilenos lo ve así.

Porque cuando volvió la democracia, en 1990, la planta fiscal estaba congelada por ley en cerca de cien mil funcionarios, que es lo correcto y necesario, pero había un ejército de activistas políticos cesantes, esperando como vampiros chupar la sangre del tesoro público. La solución para doblar la planta con estos vacunas fue crear los cargos a contrata y honorarios. La cuchufleta perfecta, todos felices.

La creencia que la plata del fisco es plata de nadie junto con la de que las alzas de impuestos solo la pagan los ricos son las dos ideas más estúpidas de nuestra tonta opinión pública. La gente común tiene muchas ideas tontas, pero esas dos son las peores y más dañinas de todas, perjudican nuestro presente y nuestro futuro.

Bueno, para pasar el enojo mejor me voy a comer mi ceviche de dorado de un millón de pesos, con un vinito blanco me olvido de todos estos estropicios y quedo tiki-taca.