La copia feliz del eden

Toda moneda tiene dos caras y nada es perfecto. Me ha tomado harto tiempo darme cuenta de algo que debería ser obvio para cualquiera. Por ejemplo los países, en Alemania la mecánica es de primera, pero basta que aparezca un problema para que se vuelvan locos y reaccionen como un rebaño espantado buscando a su líder. Es lo que les pasó después que perdieron la Primera Guerra Mundial, no hay que olvidar que Alemania es la cuna de las ideas socialistas del mundo, en teoría y práctica.

Al otro extremo los italianos. país lindo, creativo, donde florece el arte y el diseño. Pero son igualmente estúpidos incluso cuando no están en grandes problemas ¿podrían ser creativos los italianos sin locos como Berlusconi, el Duce o Garibaldi? claro que no, ese es el lado B del artista, un artista inteligente no sirve, es cuestión de ver cualquier artista bueno, son monstruos de ego, incapaces de razonar o ver las cosas con cierta lógica. Curiosamente los italianos cayeron en brazos de Mussolini casi al mismo tiempo, aunque no pudo haber nada de naturaleza más diferente que italianos y alemanes.

En América Latina, como somos jóvenes y todavía no tenemos identidad propia,  tratamos de imitar a los más antiguos o los que consideramos exitosos. En Chile hemos sido afrancesados, anglófilos, germanófilos, norteamericanófilos y últimamente nuestra elite intelectual está tomnado el modelo escandinavo como la suma de todas las virtudes.

Curiosamente todas estas modas esto coinciden con los períodos en que estos países-modelo han pasado por sus vacas gordas: cuando Francia era poderosa, en el Siglo de las Luces estábamos repletos de afrancesados. Luego Inglaterra tomó la posta y después Alemania, antes que el Kayser Guillermo perdiera vergonzosamente la guerra. En los sesentas el modelo chileno eran Estados Unidos, por un breve período en los noventas fueron los estados de bienestar europeos y ahora estamos llenos de predicadores tratando de convertirnos en noruegos o suecos. No tenemos todavía la capacidad de generar ideas propias y tomamos ciegamente modelos de afuera como verdad revelada.

Repudiamos todo lo nuestro que es original y bueno: chaqueteros y envidiosos es una característica que se atribuye a los chilenos desde la época de la Colonia y seguimos igualitos. Es el aire volcánico parece.

Nuestras universidades se inspiraron en el modelo francés, la Universidad de Chile es napoleónica, diseñada -junto con el Instituto Nacional- para producir los mandos medios de la burocracia del estado. El "ingeniero civil" francés era quien diseñaba puentes y caminos, las grandes obras del estado. Un escalón más abajo el ingeniero técnico: mecánico, químico, etc. que se arremangaban las mangas y más abajo las Escuelas de Artes y Oficio, los que se ensuciaban las manos y hacían el trabajo. En la cima del Monte Olimpo estaban los políticos, tradicionalmente abogados.

Nuestras universidades todavía siguen ese modelo, añejo y completamente inútil para nuestra realidad, claro que la picardía criolla encontró la ventanilla, con los postgrados y demás títulos de mentira para escalar más rápido. La burocracia estatal sigue siendo nuestro principal empleador.

Para las escuelas primarias y liceos se importó el modelo alemán, junto con la absurda idea del kindergarten que se corrompió -tal como pasa con todo lo que importamos- terminaron convertidos en guarderías infantiles disfrazadas de "educación temprana". No existe la más mínima señal de que la gente que ha recibido esa absurda "educación" le va mejor en la vida, pero todos lo aceptan como artículo de fe porque alguien que hablaba bonito se encargó de convencerlos. Ahora andan con la tontera de Noruega adjudicando todas las virtudes del mundo a ese maravilloso sistema. A los 59 ya he escuchado muchas tonteras de esa clase, se terminan repitiendo.

Somos tan copiones que no podemos discutir dos palabras sin sacar algún argumento de autoridad ¡como nos encanta presumir de eso! para los derechistas es Hayek, para los izquierdista Rawls o Sen ¿quien irá a estar de moda el año que viene? Está muy bien leer y repetir lo que nos parece interesante, pero no se puede reemplazar el pensamiento crítico con citas, son las ideas lo que vale, especialmente las propias y no el prestigio de algún profeta de turno.

Pero la mayoría son flojos, parece que pensar les da fatiga, prefieren copiar y pegar, casi todos manejan un set de consignas y lugares comunes que no les interesa discutir, aceptan clichés por autoridad, por tontera y por flojera. Pocos quieren pensar y discutir ideas, prefieren trollear para alimentar el ego. Internet y el anonimato han creado esos pelmazos que se juran ingeniosos pero son incapaces de hilar dos ideas juntas. No tiene nada de malo ser tonto y en algún sentido todos lo somos, pero tontos y petulantes no van conmigo.

Como seremos de flojos y copiones que en nuestro himno nacional no dice que Chile sea el edén, sino "la copia felíz del edén" De ahí que partimos mal pues.