La República Socialista de Chile 3: el ruido de sables

Arturo Fortunato Alessandri Palma era estudiante de derecho en 1891 y escribía en el diario La Justicia contra el presidente Balmaceda, en los últimos días de la revolución. Luego de titularse de abogado, en 1897 ingresa al Partido Liberal donde gracias a una florida oratoria se fue eliguiendo y re-eliguiendo diputado por Curicó durante casi 20 años.

El León de Tarapacá
Su florido verbo -era el rey de los discursos- lo llevó a disputar el cargo de senador por Tarapacá que ganó al caudillo de entonces don Arturo del Río, de esa campaña salió su apodo "El León de Tarapacá". Con sus discursos halagando a la clase obrera "mi querida chusma" ganó la  presidencia para el período 1920-1925 por estrecho márgen.

Bienestar para los obreros, pero sin ingresos
Alessandri llegó al poder ofreciendo leyes de estado de bienestar como el Seguro Social, pero el parlamento de mayoría conservadora las tuvo congeladas durante todo el período. A fines de la Primera Guerra Mundial se produjo la tormenta perfecta para la economía chilena, que venía en decadencia durante los 30 años del Estado Oligarquico, el crack financiero mundial de la Gran Depresión se acercaba y el salitre valía muy poco al quedar obsoleto frente al salitre sintético. Chile solo tenía gastos y demandas sociales sin ni una fuente importante de riqueza.

Muchas cosas se parecían a la situación actual aunque los ciclos fueron más largos. Chile se había acostumbrado a ser un país de altos ingresos después de los 50 años de la República Conservadora, en los 30 años de la República Oligárquica la plata se malgastó principalment en obras públicas faraónicas y poco productivas. Cuando se desplomó el precio de nuestro principal producto de exportación, la gente se había acostumbrado a demandar más y más beneficios del estado. Situaciones de pobreza que años atrás eran normales ahora se veían con escándalo.

Los militares y el ruido de sables
Un grupo que la estaba pasando muy mal eran los militares, especialmente los oficiales subalternos que venían siendo postergados por todos los gobiernos desde la caída de Balmaceda, fueron duramente golpeados por la crisis de sueldos miserables comidos por la inflación igual que toda la clase media baja, de la que Alessandri era supuestamente el campeón. No hay que olvidar que fue el primer presidente en la historia que  no provenía de la oligarquía.

El desprestigio de los políticos era más o menos parecido al de hoy y en el año 1924, cuando el congreso estaba aprobando un aumento de sus dietas parlamentarias, llegaron a la galería un grupo de tenientes y capitanes de uniforme. Llegó el ministro de guerra y les ordenó abandonar el recinto, mientras lo hacían empezaron a hacer sonar sus sables, arrastrándolos por el piso de marmol del congreso, lo que dejó con tiritones de pera a todos los políticos que hasta entonces se sentían muy seguros y satisfechos.

El Comité Militar
Y así se creó un "Comité Militar" que fue a La Moneda con sus demandas de mejora para ellos y exigir la aprobación de las leyes sociales, Alessandri los apaciguó como pudo

"Los uniformados concurrieron a La Moneda a expresar su malestar a Alessandri, presentándole una serie de peticiones en relación al despacho de los proyectos de ley que permanecían pendientes, entre ellos, el que fijaba en ocho horas la jornada laboral, el que limitaba el trabajo femenino e infantil, el que creaba la Inspección del Trabajo, el que establecía el seguro obligatorio contra accidentes y la indemnización por estos mismos, el que creaba los tribunales de conciliación y arbitraje, además de otros sobre cooperativas y materias previsionales. Ante esto el Presidente se comprometió a buscar una solución con la condicionante de que ellos volvieran a sus cuarteles"

La aprobación express de las leyes sociales
En un solo día, el congreso hasta entonces obstruccionista aprobó todo el petitorio de los militares que ya estaban envalentonados con los rápidos resultados y pasaron a presionar por más. Alessandri vio que ya no podía gobernar, renunció y se asiló en la Embajada de Estados Unidos. .

Alessandri se arranca y los militares toman el poder
Toma el poder entonces una Junta de Gobierno encabezada por el general Luis Altamirano cuya primera medida fue disolver el congreso. De esa junta surgió el liderazgo de Carlos Ibañez del Campo, el caballo, que junto con Alessandri fue el otro gran caudillo de nuestra política por muchos años. Estos fueron los preámbulos de la República Socialista que vendría después.