El mayor peligro para la democracia en Chile

Un gobierno en problemas se puede poner peligroso. Cuando es mucho lo que se están jugando y los que gobiernan son lo suficientemente inescrupulosos, como lo fueron Lula en Brasil y Chavez en Venezuela, empieza la tentación por correr mayores riesgos y extender las malas artes desde la simple corrupción de robarse la plata a la de falsificar derechamente las elecciones para asegurarse en el poder.

Para eso se tienen que dar varias cosas, que en Chile se podrían estar dando. Uno es la sensación de los que están en el poder que el hecho de perderlo sería una catástrofe inaceptable. Esto puede ser así por varias razones, por ejemplo podrían estar tan convencidos que sus transformaciones son necesarias para el país que por ningún motivo deberían abortarse. Pero hay otra razón mucho más pedestre y es que muchos altos personeros de gobierno no saben ganarse la vida en ninguna otra cosa que no sea desde el poder político y quedar fuera de ese poder "les cortaría las manos" como dijo tan acertadamente Yasna Provoste hace unos años.

Yo creo que en estos momentos existen ambos factores en el grupo de amigos personales que la presidenta Bachelet ha colocado en el gobierno. Seguramente esa es la razón por la que le está costando tanto sacarlos. En gobiernos anteriores los ministros eran "fusibles" que se podían quemar y reemplazar según conviniera al presidente, pero en este gobierno son una pandilla de gente desesperada que no soltará graciosamente sus puestos que son los únicos medios posibles para mantener el nivel de vida al que ya se deben haber acostumbrado.

El gobierno de Bachelet produjo un cambio copernicano en cuanto a la formación de gabinetes. Antes los ministros eran gente de reputación profesional o política bien establecida y para ellos llegar al ministerio era, muchas veces, un sacrificio en lo económico. Cuando Piñera echó a Felipe Morandé, este seguramente no tuvo que tirar curriculum o andar pasando el  platillo de la solidaridad, lo mismo con muchos de los antiguos ministros de la concertación. Pero hoy la cosa es distinta, los altos funcionarios no solo están engrupidos con su visión mesiánica sino además saben que no les será fácil parar la olla si los echan.

Y aquí es donde los gobiernos se ponen peligrosos. Seguramente Venezuela y Brasil pasaron por el mismo proceso porque los equipos de gobierno tenían una análoga mezcla de mesianismo y baja capacidad profesional o reputación. Entonces fue cuando pensaron que si París valía una misa, mantenerse en el poder en sus países bien podía valer hacer trampa en las elecciones.

Así es como instalaron el "voto informático" y desde entonces han venido haciendo fraude en las elecciones para mantenerse en el poder. Siempre los mismos resultados: 51% de los votos válidos el candidato de gobierno 49%  el de la oposición. Hace poco se empezó a descubrir el sistema de fraude que hay montado en Venezuela, ya le tocará a Brasil.

Porque técnicamente es imposible asegurar un conteo limpio si no hay escrutinios manuales, eso lo saben todos los expertos partiendo por Bruce Schneier hasta Alex Haldelman, todos los expertos lo tienen claro. No  así la gente común que es ignorante en estas cosas y pueden ser fácilmente convencidos que el voto electrónico es "más moderno" y hasta "más seguro", en política a la gente ignorante se les puede convencer de lo que sea, solo miren los políticos que hoy nos mandan.

Y entonces es cuando empieza el trabajo hormiga de los políticos, de ir colocando la idea entre los ignorantes igual que cuando Parisi decía que comprando dos paneles solares la compañía eléctrica le daría a las viejitas un cheque mensual de por vida. Un político puede decir la estupidez y la mentira que se le antoje, tiene licencia para eso. Y es justamente sobre eso que escribió nuestro actual Subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy en este artículo. Ojo con eso, es un enorme peligro y no debe pasar ni la puntita porque es un ataque directo al corazón de la democracia. Si pasan eso se nos va todo al diablo.