La inseguridad en Chile

Esta si que es buena. ¿Se trata de un círculo deformado o un cuadrdo deformado? Un psicoloco llamado Ben Ambrigde publicó en el Journal of Personality and Social Psicology que los que lo asociaban principalmente con un círculo tenían ideas más liberales en temas como droga, sexo, homosexualidad y cosas por el estilo. Los que por el contrario lo asociaban con un cuadrado tenían opiniones más conservadoras como la prohibición del consumo de drogas, prohibir la prostitución, etc. Obviamene yo ví un círculo ¿quien podría ver un cuadrado en eso?. A todo esto, aunque su conjetura no me convence en absoluto, Ambrigde tiene una columna bastante buena en The Telegraph, vale la pena leerlo.

Ya que estamos en esto de conservadores y liberales, aprovecharé de darles mi receta para solucionar el gigantesco problema de violencia creciente e inseguridad ciudadana que nos tiene hasta el cuello, digan lo que digan los politicuchos y los tinterillos: la delincuencia ya no tiene freno y vamos a llegar pronto a los linchamientos ciudadanos.

A propósito de eso hoy estaban tratando de linchar a Juan Carlos Quispe Chacolla, sarnita para los amigos, en el pueblito fronterizo de Charaña y el alcalde, asustado, cruzó la frontera con él y lo entregó a los carabineros chilenos diciendo que estaba confeso de haber matado a los dos carabineros del retén Tacora. Bien poco le creo, me parece que fue una jugarreta para salvar el pellejo del pobre tipo, nada más, la viveza aimara como siempre. Esos linchamientos, que se están haciendo comunes en Bolivia y Perú, ya van a llegar a Chile. Acuérdense nomás.

Bueno, la explosión de delitos y escalada de violencia empezó en 1995 más o menos, así es que no cuesta mucho imaginar de donde viene el problema. Mi solución tiene que ver con un cambio profundo en las penas por medio de una reforma al Código Penal (no confundir con el Código Procesal Penal que fue el de la reforma). En palabras simples se hace urgente cambiar las penas a los delitos, de manera que todo el peso de la represión se concentre en los delitos que implican violencia deliberada contra terceros: robo, asalto y agresiones en todas sus formas, violación de morada ocupada o sin ocupar, delitos violentos contra la propiedad en todas sus formas, homicidios en todas sus formas, etc.

La naturaleza represiva del estado solo se justifica en la medida que persiga y castigue con dureza esa clase de delitos. La defensa de la propiedad contra delitos agresivos es tarea fundamental del estado, policías, jueces y cárceles. Pero la demagogia acumulada por muchos años y la ingerencia de intereses de países más poderosos ha llevdo a aumentar exponencilmente la cantidad de delitos penados con cárcel, incluso a delitos que no tienen víctimas, como es el tráfico de drogas, donde el que se querella es el estado en representación de una entelequia inexistente llamada "sociedad" o "bien común".

Uno de los absurdos más grandes de nuestro sistema penal es que la enorme cantidad de gente que está en la cárcel, que son personas que no representan ni el más mínimo peligro para los demás. Llegará el día, en un futuro no muy lejano en que la sociedad mirará estos encarcelamientos absurdos con un espanto similar a como vemos hoy las torturas de la inquisición. Si no les gustan las drogas pongan multas, pero jamás cárcel.

La guerra contra las drogas ha creado una industria que parte por los traficantes que se enriquecen gracias a la ilegalidad y pasa a los policías flojos que encuentran el camino fácil para ascender -y a veces para llenarse los bolsillos- "atrapando" traficantes. Es una charada absurda que no debería existir. Las drogas deben ser legales y jamás el tráfico debe ser penado con cárcel, es una barbaridad que cuesta billones a los contribuyentes y solo sirve para enriquecer a unos pocos delincuentes, policías, abogados y jueces.

Ningún cuasidelito debe ser penado con cárcel, sino con multas y principalmente con indenmizaciones que retribuyan directamente a las víctimas o sus familias, igual cosa con todas las llamadas "conductas de riesgo". La locura de decretar cárcel para todo  tuvo su climax en los palurdos estúpidos que aprobaron "pena de cárcel para los delitos de colusión", solo un completo ignorante y además tonto, puede creer que eso va a tener algún efecto práctico, es lo mismo que pedir cárcel contra los malos pensamientos.

Son tantos los delitos que han inventado que la policía cada vez más toma el camino del menor esfuerzo y se concentra en perseguir a gente que pasa droga de contrabando, a los que venden ropas o productos con copyright, a conductores con pequeñas cantidades de alcohol en la sangre, etc. ¡mínimo esfuerzo! Mientras tanto hacen la vista gorda de los asaltntes, criminales y delitos violentos por dos razones: una porque son difíciles y arriesgados de perseguir, la otra porque gracias a la Reforma Procesal Penal los delincuentes tienen un ejército de defensores, oficiales y oficiosos, casi todos pagados con nuestros impuestos, que hacen que en cada detención el policía está arriesgando su carrera. La reacción normal es hacer la vista gorda, mirar para el lado y es lo que hace la mayoría.

La raiz de la inseguridad y el aumento de la violencia en Chile está en un sistema penal descabellado, donde el contrabado es perseguido y castigado con mayor dureza que las agresiones graves o el asesinato en muchas de sus formas. La propia estupidez de las personas, ignorantes y tontos, no ha llevado a esto, la policía ya está desmoralizada y comienza a mirar para el lado, porque nadie va a hacer bien su trabajo a riesgo que lo despidan. A los políticos, fiscales, defensores y jueces el asunto ni les importa, les da lo mismo. Bueno, les dará lo mismo, hasta que la cosa explote.