No se puede vivir con miedo

Mi amigo ´virtual de hace muchos años, el doctor Jose Luis Contreras, twiteó o retuiteó pidiendo firmas para que la Sociedad Chilena de Pediatría "abandone su vínculo con la Coca-Cola". Bueno, sin pensarlo mucho yo salté diciendo que era una idea "ridícula". Son esas reacciones que me salen del alma, cuando, antes de pensar, me topo con una actitud que me choca y reacciono sin siquiera analizarla.

Yo entiendo a los médicos, que ven todos los días a gente sufriendo, o personas aterrorizadas por un cáncer, incluso niños con enormes bultos tumorales, con sondas y sometidos a tratamientos dolorosos. Entiendo emocionalmente que aleguen y le hagan propaganda a los estilos de vida saludables, pero permítanme decirles que están completamente equivocados.

Esas actitudes de la gestapo por la vida saludable, que los lleva a quitarles los caramelos de la boca a los niños y juntar firmas para atacar a los que venden gaseosas, es una completa tontera. Con todo el respeto y admiración que les tengo mejor no se las den de policías. Mi idea de vida saludable es tomar abundante cerveza y andar a medio filo ¿qué puede ser más saludable que eso?. Ah, me acordé de lo que escribí hace años sobre mi amigo gringo en las Crónicas de Viaje;

Otra noche en el hotel con el largirucho gringo que me tocó de compañero. Ya somos muy amigos y el tipo me dice inocentemente que "no parezco spanish", me tengo que morder la lengua para no contestarle. Mi amigo es una caja de rarezas, no toma alcohol y me mira con reproche mientras saboreo mis Budweisser, está obsesionado con la higiene y los microbios y yo disfruto haciendole notar todas las posibilidades de contagio de la vida diaria. Lo tengo aterrorizado, porque ingenuamente cree que yo le hablo en serio. Es un tipo absolutamente incapaz de entender el doble sentido, que a estas alturas ya creo que es algo exclusivo de los latinos. La alimentación es otra de sus angustias y lleva para todos lados una cartilla con el valor calórico de los principales alimentos. Dice que va a vivir más de 100 años. Lo dudo, seguro que las preocupaciones lo matan mucho antes.

Pero volvamos a lo nuestro. Hay una especie de perversión en el pensamiento médico, alimentada por nuestra natural cobardía y nuestro mucho más natural apego a la vida, que los ha llevado a toda esta manía por lo "saludable", partiendo por cuestiones que nos arastran de moda en moda. En los sesentas había que tomar mucha leche, comer huevos, tocino y bistec. En los setentas había que comer puras verduras crudas. En los ochentas y noventas los alimentos procesados eran veneno mortal y comer trasnsgénicos nos haría salir tres ojos y cuatro brazos. Hoy estamos en la locura contra el azucar y los carbohidratos, fuentes de todas las enfermedades.

Que tonterías. Me acuerdo de McDonnell, que está bien pasados los setentas y más parado que yo, que fumó desde los 11 años hasta pasados los 50 y tuvo que dejarlo cuando ya no podía respirar, que toma como cosaco, de gin para arriba. Bueno, mi amigo McDonnell -como no ser amigo de un tipo así- me decía que cada vez que va a un médico a hacerse un chequeo le pregunta -¿do you drink?- ¡Gosh, no!- es su respuesta y cuando le pregunta -¿do you smoke?- responde muy serio ¡Fuck no, never, ever!, con eso deja al doctor completamente anulado. Antes les decía la verdad y lo único que sacaba era que le prohibían fumar y tomar, le pasaban la cuenta y chao, ahora al menos lo revisan.

Bueno, les digo lo siguiente: no existe ningún estilo de vida saludable, ninguno. Lo único medianamente saludable es vivir sin preocuparse demasiado, especialmente sin preocuparse por la salud. Nacimos para enfermarnos y morir, eso no podemos evitarlo. Mi amigo el doctor Contreras me dijo "algún  día vas a tener que recurrir a un doctor, te lo doy firmado" y tiene toda la razón, no necesita dármelo firmado, estoy segurísimo que cualquiera de estos días -podría ser mañana o en un rato más- me voy a enfermar, m van a llevar al hospital y me voy a morir. De eso no tengo ni un asomo de duda.

En Julio César, Shakespeare escribe "El cobarde muere mil veces, el valiente solo una". Yo creo que una de las máximas expresiones de cobardía son las del tipo sano que vive asustado porque se va a morir. Yo no soy valiente, al contrario soy cobarde y tengo terror a muchas cosas. Cuando finalmente me enferme sé que me voy a asustar como el diablo, porque le tengo terror a las inyecciones, los hospitales y para que decir al dolor. Sé que me voy a morir de susto cuando sepa que estoy enfermo, es natural. Pero no soy tan cobarde como para vivir asustado, con terror a la muerte y metido donde los médicos para que me revisen todos los años a ver si me encuentran algo malo. Cuando me llegue el momento me preocuparé, chillaré, rezaré y pediré perdón por todos mis pecados y tal vez hasta le pida a Dios que me salve, quien lo sabe. Cuando llegue el momento lo sabré.

Creo que a medida que pasa el tiempo esto se hace más cercano, hay que esperarlo con tranquilidad, especialmente a los 61 años cuando me está corriendo la cuenta regresiva y muchos de mis amigos ya han estirado la pata. Toda mi familia materna ha muerto de ataques al corazón, mi hermana tiene problemas con eso y yo desde los 30 he tenido esos inquietantes síntomas que aconsejan ir a un médico de inmediato ¿Que ganaría si voy a un médico y me encuentra un problema cardiaco o cualquier otra enfermedad? Absolutamente nada aparte de gastos, miedo y dolor. Prefiero que las cosas sigan su curso hasta que esté deshauciado. Enonces -mal que me peso- tendré que llegar donde el doctor a ver si se raja con una generosa dosis de morfina o algo mejor, si es que tiene. Si me manda para el otro lado por el fast track, de la sobredosis mucho mejor, sería una gran prueba de amistad.

Hay que estar preparado para morirse en cualquier momento. No se puede vivir con miedo, aterrorizado por la muerte inevitable. Cuando las cosas pasen, entonces veremos, no antes.