Es el inmovilismo, estúpido!

Muchos se preguntan como la derecha política no ha podido capitalizar el fracaso de Bachelet y su pandilla. Como se mire, este segundo gobierno ha resultado un fiasco, ha hecho todo mal, eso es reconocido en Chile y en todas partes. Resulta evidente no solo para la oposición, también para muchos dentro de la propia coalición gobernante. ¿Como se explica que la derecha no haya podido sacar provecho de esto, tal como está ocurriendo en Argentina y en Brasil por ejemplo?.

Mi prima Cecilia que vive en Brasil, me cuenta:

"Fueron 3 años de guerra contra el gobierno por la Internet. Yo particularmente ya estaba en guerra contra  Lula presidente desde 2005 cuando se descubrió el inicio de la corrupción, pero a los Brasileros no les importaba lo que pasaba, desde 20013 que se están interesando ..ha sido fantástico Antiguamente ni sabían quienes eran los ministros del Supremo, pero sabían quienes eran los jugadores de la selección del football. Ahora es la contrário, conocen los ministros, les exigen y no se interesan por la selección. Super positivo. Los brasileros despertaron para la política".

 ¿Por que en Chile no pasa algo parecido? Creo que es algo sobre lo que vale la pena especular

Acabo de terminar la entrada sobre Paz Zamora y mientras veía el video encendí mi segundo Montecristo. Siempre se piensa mejor si estás un poco mareado y aunque no tenía cervezas a mano el puro hizo lo suyo, así es que -antes que se me pase el efecto del humo- intentaré explicarme este enigmático fracaso de nuestra derecha politica, que es mucho peor que el fracaso de Bachelet, porque tiene al setenta por ciento del país sin alternativa viable a la hora de votar.

Yo pienso que la raíz de este malestar nacional no se encuentra en la desigualdad de los ingresos ni mucho menos. Todos queremos ser desiguales, soñamos con que nos vaya mejor que al resto a pesar de toda la retórica hipócrita que repetimos como loros. Lo que produce esta rabia que flota en el ambiente es la sensación de inmovilismo, no la desiguadad. ¿En que consiste el inmovilismo y en que se diferencia de la desigualdad? Dicho de manera sencilla, el inmovilismo consiste en una acumulación de privilegios y trampas creadas por las oligarquías para mantener sus beneficios e impedir el ascenso de otros a través de méritos y esfuerzo.

De todas las oligarquías que existen en Chile, la más brutal y tramposa es la de los políticos. Desde que tomaron el poder en 1990 han venido construyendo un sistema para volver a la acumulación hereditaria, fundada en los lazos de parentezco y de intercambio de favores entre pares. Si tenemos un cáncer en Chile es el nepotismo vergonzoso que se da en nuestra sociedad. Esto se consagró durante el gobierno de Eduardo Frei ruiz Tagle, cuando eliminó de facto -mediante un mañoso cambio de redacción- la prohibición de contratar parientes en la administración del estado. Ojo que cuando Sebastián Piñera fue presidente, ni siquiera insinuó reponer la prohibición legal al nepotismo.

Y para tender una cortina de humo sobre esta actitud miserable, han levantado -tanto en la izquierda como en la derecha política- la bandera de lucha contra la desigualdad. Este es un engaño burdo con consecuencias desastrosas. Lo que han combatido en realidad es la recompensa al mérito y al esfuerzo, transformándonos en un país de mediocres engañados como niños, con bonos y subsidios, perfectos para perpetuar el inmovilismo social.

Hoy la única manera de mejorar económica y socialmente es entrando a la elite política: al selecto club de los apitutados. No sirve trabajar, esforzarse, hacer méritos. Todo lo contrario, los esforzados son peligrosos para una oligarquía de mediocres formada por los hijos, espesas, suegras, nueras, primos y amigos cercanos dedicados a protegerse mutuamente y cuidarse las espaldas unos a otros ¿Que otra cosa sino son los Girardis, Quintanas, Rincón, Ossandón, Bachelet, Lagos y tantos otros que tienen tomado el poder hereditario llenando los puestos claves con parientes? Esos son los que saltan desde el gobierno a las grandes empresas, no por méritos sino por parentezco e intercambio de favores, un mutuo cuidado de espaldas para eternizarse en la obtención de riqueza.

Los discursos por la igualdad no solo son una estupidez sino un gigantesco engaño, una herramienta hipócrita para perpetuar el enriquecimiento hereditario. Los poderosos de siempre hoy tienen apellidos de las mafias políticas y se enriquecen a cero riesgo, esto se da desde la extrema izquierda a la extrema derecha. ¿Que mejor ejemplo que la "bancada estudiantil"? Lo primero que hicieron al llegar al parlamento fue asegurar con millones a sus padres, convivientes, amigos. Solo vean el Partido Comunista y sus clones ideológicos como Revolución Democrática, esos son nuestros campeones del igualitarismo.

La derecha política también es parte de este asqueroso arreglo, por eso no han podido capitalizar nada del fracaso de Bachelet. Jamás levantaron las banderas del mérito, nunca han dicho una palabra ni han movido un dedo meñique contra el nepotismo, que es el cáncer de nuestra administración pública, que viene desde 1990 y reina hasta hoy. Prefieren repetir las consignas igualitarias y doblar la apuesta de la izquierda, ofreciendo más bonos, más subsidios, más premios a la mediocridad.

Y para eso todavía les queda una pequeña clientela de tontos, que en cada elcción creen que van a hacer el negocio de su vida si sale su candidato, esos tontos son el 40% que todavía van a votar a las elecciones, ilusionados que podrían ser admitidos en el club aunque sea limpiando los baños, que brutos más grandes, ilusos.

Esto es algo que está pasando en casi todo el mundo. En las elecciones de los Estados Unidos, el crecimiento electoral de Donald Trump se explica en buena parte por la furia de la gente, que se está dando cuenta que el consenso transversal -políticamente correcto- sobre el igualitarismo y la inclusión, son engaños burdos para mantener ad eternum los intereses de los "member only".

Este apalancamiento de oligarquías desde la política, ha infectado a todo el país: Presidencia, Congreso, Poder Judicial, Fiscalía, municipalidades, gobiernos regionales. Cualquiera que conozca una universidad pública puede ver como está tomada por oligarquías de mediocres que se protegen entre ellos y colocan a sus familias para eternizarse. Esta endogamia produce un efecto debilitante, parecido a la hemofilia de las antiguas familias reales. Cualquiera que se esfuerce, haga méritos o trate de destacarse es un peligro, debe ser aislado primero y después eliminado.

Hoy no es izquierda ni derecha, son los que están dentro y los que están fuera del club. Es tan simple como eso, igual que en los tiempos de la monarquía. Pero no se olviden, señores políticos, que hasta Luis XVI, monarca absoluto por derecho divino, tuvo su 21 de enero, en 1793. Averíguense que le pasó en esa fecha, eso nomás les digo.