Saliendo a Tacna

Ayer fuí a sacar la revisión técnica del auto y todavía estoy un poco choqueado. Estaba acostumbrado a tener problemas todos los años, el rechazo era lo normal, cada vez que llevaba el CRX, la camioneta  o el Colt empezaba un largo peregrinaje con mecánicos, talleres de frenos y todo eso. Ahora nada, la revisión se ha transformado en un trámite simple que toma muy poco tiempo: reservo hora por Internet -gran invento- paso las llaves y miro como inspeccionan el auto por todos los rincones. Después de un rato el mecánico me pasa las llaves y me dice ¡listo! pase a retirar el certificado nomás.

Quedé en shock, no estaba acostumbrado a eso. En la revisión de gases, que es el mejor diagnóstico de salud del motor que existe, me da Co2 de 0.01, mientras la norma máxima es 0.5 ¡estupendo! el auto respira mejor que yo, y eso que yo no fumo. Pero no todo podía ser perfecto y los dioses de la mala suerte me tenían que recordar que todavía soy su favorito: al mecánico se le quedaron prendidas las luces y después en la casa cuando lo quise echar a andar la batería tenía cero carga. Y ahi tengo el autito botado, con todos sus papeles pero sin batería, pensando como diablos lo hago para llevar la maldita batería a cargar donde Monzoncillo. No tengo suerte, soy fatal, todo lo que hago me sale mal.



La cosa es que ahora estoy a punto de salir al Terminal de Buses para Tacna, vamos a ver como me trata la Ciudad HEroica esta vez, espero que vaya todo bien, a la vuelta les cuento. ¡A por Tacna!