Barranco, lo más lindo que he visto

Por fin un poco de descanso, desde la noche del sábado empecé a conocer lo más lindo de Lima porque cuando terminé de hacer clases (hice el sábado y domingo) mi buen amigo Augusto, de Tacna, me pasó a buscar y nos fuimos directo al lndo distrito de Barranco, uno de los lugares más bonitos que he visto. Barranco no es un barrio sino más bien un balneario, como Viña es a Santiago, había visto muchas fotos pero no corresponden para nada a como es realmente el lugar.

A Barranco lo han mantenido igual que como era en los años cincuenta, es un balneario cincuentero que mantiene calles con adoquines, las líneas de los tranvías al lado de las veredas con tranvías viejos estacionados y casas viejas todas bien pintadas. Es increíble como cambian las casas cuando se mantienen un poquito y las pintan con bonitos colores, muchas casas son las mismas del casco viejo de Arica, solo que en Barranco le sacan todo el provecho.

Me gustó el ambiente, el Club Militar debe ser de los sesentas y muchas casonas por el estilo. Existe una bohemia como en el Barrio Bellavista de Santiago, pero sin flaites. No vi a un solo flaite toda la noche y eso me daba una gran sensación de seguridad..

Me cuenta Augusto que Barranco está lleno de nostalgia para los limeños porque desde los tiempos más antiguos a partir e diciembre la gente se iba en masa a tomar el tranvía para llegar hasta el Malecón, la playa está debajo de un barranco que rodea prácticamente toda la costa de Lima y tiene el problema que no es de arena sino de piedras, pero Lima -me cuenta Augusto- se paraliza en la temporada de verano porque todos se van a la playa..

En fin, primero fuimos a "La Taberna del Pisco", el típico lugar medio snob y con decoración exquisita, yo le hice señas a mi amigo que nos fuéramos a algún lugar un poco más salvaje y bohemio, cosa que entendió perfectamente, porque me llevó a un lindo antro sin ninguna gran decoración pero con mucho ambiente. Pedimos por supuesto unos chilcanos con sandwich de jamón de la sierra, queso blanco, amarillo y cebolla, repetimos todo. Menos mal que pedí los sandwiches con cebolla porque el adobo que le hacen a la cebolla es exquisito, toda comida peruana debe llevar cebolla, esa es mi nueva Ley de Hierro.

Anduvimos después por Chorrillos, volvimos por un túnel por toda la Costa Verde, todo muy lindo, finalmente llegué al hotel de madrugada y un poco desestibado, al día siguiente (domingo) me tocaba hacer la última clase, comprenderán que no dormí muy bien que digamos. Al otro día 4 horas de clases y la última para un examen, Me estaba cayendo de sueño.

Luego me cambié del hotel a otro alojamiento más barato, espartano, una pieza muy básica pero espléndidamente ubicada, en calle Colon a tres cuadras del barranco y el espectacular  mall de Larcomar, primera vez que encuentro un mall que me gusta, excepto por la huachafería de ponerle pasto artificial en el área de juegos infantiles, el resto todo bellísimo.

Había una Feria del Libro enorme donde me entretuve mucho en vitrinear. Lima es muy barato para un chileno, las carreras de taxis parten de 4 o 5 soles (menos de dos dólares) y una carrera larga sale unos 6 dólares. Una hamburguesa de lomo saltado con un café americano me costó como 6 dólares, bastante caro porque el local era medio snob en Avenida Larco, pero a pocos pasos un combo de hamburguesa mutante, papas y jugo estaba a unos dos dólares. Un almuerzo en los pequeños restaurantes del centro valen alrededor de 2.50 dólares.

En fin, había hecho un montón de videos y se me borraron casi todos al traspasarlos, solo pude rescatar estos dos videos de Larcomar. Diablos, lo siento.