Ubernomics y el marxismo utópico

Estaba leyendo en Economía y Sociedad el artículo Ubereconomics, de Carlos Gómez Drogett sobre el modelo de negocios que se está creando a partir del modelo Uber y como este se puede extender a muchos otros negocios. Me acordé de una experiencia personal durante mi última aventura en Lima.

Un cliente raro
Cuando fui a Lima andaba buscando un buen lugar donde quedarme así es que un amigo me consiguió en Airbnb un cuarto en pleno Miraflores, con ubicación óptima, por algo así como 13 dólares diarios, o sea la nada misma.

Era un lugar básico y mal mantenido, pero su ubicación era tan buena -a dos cuadras de Larcomar- y el precio tan bajo que quedé muy contento. Seguramente a alguien más exigente no le hubiese gustado, pero para mi, que tengo esa especie de formación comando, me sentí como en mi casa. De ir alguna vez de nuevo a Lima volvería donde mismo.

No lo había pensado, pero de no existir Airbnb seguramente no habría encontrado otro lugar como ese, porque para funcionar como un hostel le hubiese costado obtener los permisos y más encontrar gente dispuesta a alojarse, porque las personas, digamos "normales" buscan lugares más bonitos o confortables.

Mis requisitos y necesidades eran raros, de nicho, porque yo aprecio cosas que la mayoría desecha y desecho lo que muchos aprecian, sin embargo gracias a Internet y Airbnb pude encontrar justo lo que estaba buscando y los dueños del cuarto encontraron también a su cliente ideal

Yo he estado en algunos de los mejores hoteles del mundo en su época: el Keio Plaza;; el Mandarin; Royal Garden y varios más, pero también he vivido en los lugares más sucios y pobres que alguien se pueda imaginar. Por eso soy un cliente raro, que aprecia cosas distintas que el promedio, difícilmente me voy a impresionar por un cuarto de hotel y mi natural avaricia siempre estará haciendo el cálculo costo/beneficio.

Claro que sin Internet eso hubiese sido imposible. Una de las cosas más impresionantes que permite Interenet es esta "customización", para atender a clientes raros, minoritarios, haciendo desaparecer al intermediario.

Lo mismo que Uber
Uber es otro ejemplo de lo mismo, leo: "es la mayor compañía de transporte del mundo, pero que no posee ningún auto, ni camión, ni helicóptero. Casi no tiene activos, pero es la empresa privada más valiosa del mundo: 70.000 millones de dólares. La emblemática General Motors vale 52.000 millones de dólares"

En el fondo es un modelo que permite "encontrar la demanda con la oferta en el momento y lugar preciso". Como sigue describiendo el artículo: "El automóvil es uno de los activos más subutilizados del mundo: permanece estacionado más del 80% del tiempo"

Estos esquemas donde todos ganan, haciendo micro negocios en sus ratos libres es uno de los negocios más perfectos que existen, desregulado e imposible de regular una vez que se ha expandido, igual que Internet.

Uber y el socialismo utópico
Si la Ubernomics se llega a consolidar y expandir a otros ámbitos de la economía nos estarìamos acercando a la utopía marxista, donde no existe  la alienación del trabajo asalariado y las personas viven intercambiando bienes y servicios en sus ratos libres, de manera personalizada y sin intermediarios. El fin de la explotación asalariada ya no ocurrirá como resultado de la estúpida idea de la lucha de clases, el dogma de Marx y uno de sus muchos errores, sino de la tecnología, esa misma que no tomó en cuenta cuando anunció que el capitalismo caería aplastado por sus contradicciones internas.

No es extraño entonces que los que se creen marxistas se pongan "del lado de los trabajadores (asalariados)" para protestar contra Uber y apoyar a los taxistas formales, son estúpidos igual como lo fue Marx en la mayoría de lo que analizó y propuso, pese a que tuvo la genial intuición de que el trabajo asalariado era alienante y debería desaparecer.