Discursos de odio

El ataque
Hace dos días atrás, José Antonio Kast iba tranquilito a dar una conferencia sobre servicio público a la Universidad Arturo Prat de Iquique, en la sala lo esperaban gente que lo apoya así como detractores para discutir sus ideas, pero no alcanzó a entrar, una turba de 30 o 40 tipos empezó a tirarle botellas de agua primero, luego se pusieron más valientes y pasaron a golpearlo, tirarle la camisa y hasta lo botaron al suelo, donde le llegaron sus patadas.

Kast terminó con una luxación en el tobillo, pie enyesado, y otra en el dedo, me imagino que son lesiones de mediana gravedad. Debe haber sido un momento muy difícil porque la turba estaba muy envalentonada golpeando y pateando por un par de cuadras, mientras Kast trataba de contenerlos sin ninguna protección. Esos fueron los hechos, sin ningún adorno. Se ha dicho que hubo disparos, no me consta ni lo creo mucho.

Las consecuencias
Veamos ahora las consecuencias. en un balance realista esta situación, a la que Kast se expuso de manera muy audaz -yo no me hubiese atrevido ni muerto- tuvo un resultado espectacular para él y su movimiento, que había perdido un poco de aire un poco por la falta de eventos, esta gresca le cayó como anillo al dedo. Inadvertidamente cosechó una enorme cobertura de prensa y prácticamente toda la opinión importante del país se alineó de su parte.

Los que participaron en la golpiza, para su mala suerte, fueron fotografiados, filmados e identificados casi de inmediato. Ahora andan sus fotos y datos personales por Internet: nombre domicilio, etc. para los que quieran pasar a felicitarlos o escupirlos Independiente de cualquier -improbable- sanción que reciban, los muchachos quedaron marcados de manera permanente, no será fácil sacarse el estigma porque hay un amplio consenso en considerar el ataque como un acto cobarde.

La otra gran damnificada es la Universidad Arturo Prat, que recibió la estocada final con sendas declaraciones de la federación de estudiantes y la asociación de académicos apoyando el matonaje. Tiempo atrás escribí sobre la UNAP, que está ranqueada, en el fondo del barril, como una de las peores universidades de Chile (creo que es la penúltima). Yo pienso que ese ranking es injusto y creo que debería hacer algo por revertirlo, pero su imagen de marca sufrió un golpe mortífero con este asunto.

Es una pena inmensa que haya quedado estigmatizada como la universidad de los flaites por culpa de esta estupidez, leyendo los comentarios despectivos hacia la institución pensaba en lo injusto que resulta que por unos pocos se pueda ir más al suelo la imagen. Tengo buenos amigos allí y es tan mala como la Chile o la UTA, pero me apena que se haya estigmatizado, por mis amigos que hacen clases y que van a clases allá.

El discurso de odio
Esto se venía preparando desde hace tiempo, Manuel Riesco, un viejo cucufato que se dice "economista" -con suerte es ingeniero comercial- escribió en su twitter poco antes de la encerrona "Me parece muy bien prohibir a Kast en UDEC. Quienes apoyan abiertamente represores deben ser reprimidos. El fascismo no se combate con argumentos, se lo aísla y reprime, ojalá legalmente, a palos si es necesario". Estaba haciendo eco de un discurso de odio que venía desde hace algún tiempo desde el Frente Amplio llamando a usar la violencia física contra Kast para impedirle hablar.

Curiosamente los del Frente Amplio al principio habían sido muy respetuosos con Kast, hasta que en un par de programas de televisión este dejó por el suelo a algunas de sus figuras, en específico a dos: Javiera Parada y Nicolás Grau yo creo que en esas dos entrevistas, donde Parada y Grau recibieron un alud de burlas despertó la furia y los llamados al odio de muchos militantes del Frente Amplio, las humillaciones públicas rara vez se olvidan. En cualquier caso, a lo menos Javiera Parada fue buena perdedora y salió enseguida a repudiar el ataque, Nicolas Grau parece que hasta ahora ha guardado un estruendoso silencio.

Kast hace miedo
A Kast le tienen terror en la izquierda justamente porque no pierde la calma y tiene una extraordinaria capacidad de polemizar, además es el único político chileno que no se ha plegado a ninguno de los clichés de la corrección política y está ganando popularidad muy rápidamente, Kast es lo que muchos políticos mediocres quisieron ser y no fueron, por eso mete miedo.

Eso es -a mi modo de ver- lo que explica la virulencia de los ataques. Después del incidente leí mensajes increíbles en Twitter que justificaban el ataque diciendo que Kast era de los que "bombardearon la Moneda, torturaron y asesinaron a miles de chilenos" ¡Kast tenía 7 años cuando fue el golpe! otro mensaje decía que se merecía la golpiza porque "kkkast incita al odio, el racismo, la xenofobia y la segregación religiosa y de orientación sexual", en fin, esos son los que acusan a Kast de tener "un mensaje de odio".

Es un fenómeno mundial
Esto no es exclusivo de Chile, recuerden que somos "la copia feliz del edén" y esto que pasa contra Kast es la misma reacción de los progresistas en Estados Unidos (los "copitos de nieve" de las universidades) y en Europa, desesperados al ver que se están derrumbado y humillados cuando les ganan en los debates. Entonces emprenden discursos de odio llamando a la violencia física basados en la excusa que los "otros" son los odiadores. Son malos tiempos para el progresismo en todas partes y buenos para gente como Kast y los suyos, se vienen grandes oportunidades.