El problema de la Fiscalía 1: los faenones de la reforma

Desde mediados de los años noventa, es decir desde que me conecté a Internet, vengo escribiendo de manera continua en rechazo a la Reforma Procesal Penal y en particular contra el Ministerio Público. No tengo nada personal contra los fiscales, incluso tengo un par de amigos que aprecio mucho que trabajan allí, soy un convencido que se trata de un problema de mal diseño institucional , que no depende de las personas, sino por la forma en que fue diseñada, con fuerte conexión a la política y ningún control disciplinario, aparte del propio Fiscal Nacional, siempre será una institución corrupta, aunque pongan a puros ángeles y arcángeles a trabajar allí.

Me gustaría escribir un par de entradas sobre ese tema que es largo y tiene su génesis en la Reforma Procesal Penal que fue implementada a principios de los años noventa. En esta primera entrada quiero relatar algo que conocí personalmente porque yo trabajé en tribunales justo cuando la reforma fue implementada en Arica y La Serena como regiones piloto, así es que conocí a los "creadores" por así decirlo y también pude ver los cambios que significó el el funcionamiento práctico de los tribunales. El año 2001, es decir hace 17 años atrás, escribí en chile.soc.politica el siguiente comentario, que resultó profético:

El brutal divorcio entre las expectativas creadas en torno (a la reforma procesal penal) y lo que está resultando proviene en gran parte de haber mezclado principios teórico-juridicos con problemas que eran eminentemente tecnico-administrativos.
¿De que vale la opinión de un jurisconsulto que "lo leen en Yale" para resolver el problema del retraso judicial? de nada. Y resulta que la insatisfacción generalizada que ha creado el sistema es de esa naturaleza. Nosotros hicimos encuestas al publico durante mas de un año en los tribunales de Arica y no recuerdo haber visto ni un solo reclamo por la discrecionalidad de los jueces o una supuesta "injusticia" de los procedimientos. Las quejas todas se referían a la lentitud, mala atención, coimas y mal trato de actuario, todos asuntos sobre los cuales los brillantes jurisconsultos no tienen la mas remota idea, pues no han pisado un juzgado durante años.
Y resulta que toda la reforma se creo en torno a la teoría de que los acusados estaban recibiendo un trato injusto y discrecional de los jueces ¿era ese el problema de la justicia en Chile?, ciertamente que NO, mas aun existía un amplio sentimiento en el sentido contrario, de que la justicia por su extrema lenidad termina dando impunidad a los acusados.
Y vamos gastando millones para resolver el problema equivocado. Ahora cuando desaparezca la prisión preventiva y aumenten los beneficios pro-reo, y cuando las calles se llenen de delincuentes prófugos que nunca se presentaron a comparecer, quiero ver como estos que idearon todo este cuento le explican la situación a la gente.

En esos años todavía no había aparecido el concepto de "la puerta giratoria", pero los que habíamos trabajado en los tribunales sabíamos lo que venía. Todos los jueces y secretarios abogados de tribunal que conocí en esa época sabían lo que iba a pasar, a todos les pasaron la aplanadora. Con los años, fui escribiendo muchas entradas acá diciendo lo mismo y agregando más detalles, por ejemplo en Errores de diagnóstico 2: Reforma Penal y Transantiago, del año 2013, o en La crisis de la Reforma Procesal Penal, del año 2015, donde decía que "la reforma se va a derrumbar", bueno, todavía no se derrumba pero al parecer para allá vamos.

Todo funcionó mal desde el principio. Al poco tiempo de asumir el primer defensor público nacional, Alex Caroca, lo pillaron cobrando por un informe que se había mandado hacer a si mismo por medio de un testaferro, tuvo que renunciar y fue la primera baja del sistema. A propósito hoy es un exitoso abogado litgante. Siguiendo con la corrupción que marcó a la reforma desde su inicio, un insider nos comentaba lo siguiente en el mismo hilo de discusión de CSP el año 2001

2° los estudios de la RPP fueron financiados casi íntegramente por nuestro SUPRA ministerio de interior, el Departamento de Estado de EEUU, y por la muy Demócrata Cristiana fundación alemana Konrad Adenauer, entre otros muchos interesados organismos, bajo disfraz, eso sí.
3° los directos beneficiarios de estas platas fueron, (en orden de morlacos percibidos) la Corporación de Promoción Universitaria, la Universidad Diego Portales, la Universidad Católica de Valparaíso, y un par de niños guachos de distintos centros académicos (U. Ibañez, U. Chile, U. Padre Hurtado, U. República, U.C , etc) más las unidades de estudio de Mjusticia, Sernam, Sename, y otros de dfiicil detalle (el chorreo funcionó en este caso)
4° Pero el detallito es que la C.P.U. está formada por los mismos de la U.D.P., U.C.V. y demáses, por tanto dichos estudiosos recibieron en la mayoría de las veces por partida doble.

Así fue como un pequeño grupo de profesores universitarios íntimamente relacionados con la Democracia Cristiana, se ganó muchísimos millones en estudios, financiados desde Estados Unidos y Alemania bajo distintas coberturas, un selecto grupo, siempre los mismos, que todavía dan consejos desde sus selectas cátedras, cuando en realidad deberían estar presos. Algo que tenían en común estos profesores es que la mayoría, tal vez ninguno, jamás pisó un tribunal en su vida porque no eran ni abogados litigantes ni menos funcionarios del Poder Judicial.

Como eran profesores que no tenían idea de la realidad judicial, lo que hicieron fue un copy/paste del procedimiento penal de Alemania, este plagio se debe a dos profesores de derecho: Juan Enrique Vargas y Cristian Riego quienes, en mi opinión deberían estar presos por el enorme daño causado por su mediocre trabajo. Lejos de eso, el profesor Riego a parece a menudo en la televisión pontificando y sin hacerse responsable de la tremenda barbaridad que creó bien por flojera intelectual o por falta de conocimientos de la realidad judicial en Chile.

La Corporación de Promoción Universitaria recibió además -como botín de guerra- la organización de la Academia Judicial, que es la encargada de adoctrinar, formar y habilitar a la multitud de nuevos jueces que se incorporaron al sistema, un negocio redondo que pese a ser Corporación de Derecho Público, dispone de un muy generoso presupuesto para repartir en sus programas.

Los casos de corrupción siguieron con la construcción, habilitación y equipamiento de nuevos edificios a lo largo de todo Chile, para Tribunales Orales, Ministerio Público, Tribunales de Familia, Tribunales del Trabajo, etc. todo este proceso estuvo cruzado de escándalos que le costaron el cargo a un director de la Corporación Administrativa del Poder Judicial y que involucraron hasta a un ministro de la Corte Suprema que tenía intereses con la empresa constructora que, obviamente, ganaba todas las propuestas. Para que hablar de las compras de terrenos, la danza de millones defraudados o recibidos en forma de coima fue enorme y rara vez alguien fue acusado por estas cosas, es decir, muchos quedaron felices y forrados.

Todos los escándalos y arreglines mencionados son más o menos normales. En toda reforma aparecen vivarachos que se roban hasta el gato, cuenteros que venden pomadas o hacen copy/paste para cobrar una fortuna, en fin, ese tipo de cosas deben tomarse en cuenta pero no son tan terribles. El problema de fondo es que la Reforma Procesal Penal no se hizo para "mejorar" la administración de justicia, sino simplemente para que los políticos que llegaron tuviesen una herramienta en que apoyarse para la toma del poder.

El control político del Poder Judicial fue la verdadera visión con que se implementó la Reforma y ha sido exitoso en todo. No es que todos los jueces sean de la misma ideología, pero si quieren permanecer en la carrera y avanzar deben fallar de manera consistente según ciertos intereses no explícitos pero que todos conocemos: los intereses de la clase política están por sobre los intereses de las personas. Recuerdo a don Jorge Quiñones Garat, un juez extraordinario que debió llegar a la Suprema, pero terminó sus días como juez de garantía, por "tieso de mechas" como el mismo decía.

De todo lo malo que ha tenido la Reforma, esto es lo peor y lo vemos en cada encuesta CEP, donde de manera consistente las instituciones más desprestigiadas de Chile son los partidos, políticos, el Congreso, los Tribunales de Juticia y la Fiscalía. Bueno, ese era más o menos el marco de referencia, en un par de días publicaré otra entrada que se refiera específicamente al Ministerio Público.