11 agosto 2018

Refrito del sábado; pequeños esfuerzos

Antes que todo un Aleluya por Nicolás, la Fundación Sin Fines de Lucro "Mi Billetera" invertirá en obras pías tu aporte: minas y copete como corresponde a nuestros principios incorruptibles,

Para desgracia mía, tengo un sentido del ridículo en extremo desarrollado, lo que me ha hecho perder un montón de oportunidades en la vida -y no hablo solo de mujeres- aunque también de esas y de muchas otras cosas. Siempre he envidiado a los que son ridículos y no les importa, o más bien ni siquiera se dan cuenta, esos que creen que lo están haciendo perfecto mientras hacen el más estruendoso de los ridículos me hacen sentir mal de solo verlos, aunque secretamente los admiro no estoy seguro que me gustaría ser como ellos, creo que no. En fin, vamos con ese refrito que es del 23 de agosto de 2008, o sea casi exactamente 10 años atrás, cuando yo simulaba trabajar en Tacna. Tiempos aquellos ¡que bien lo pasé!


Pequeños esfuerzos
Leo un delicioso artículo en un antiguo Reader´s Digest sobre la historia del Smithsonian Institute, uno de los lugares más bizarros de USA que exibe y almacena toda clase de cosas que pudieran tener algún valor tanto científico o como simples curiosidades. Lo mejor del Smithsonian consiste en no ser demasiado selectivo y con esa pasión tan propia de los gringos por la memorabilia, o como se llame la costumbre de coleccionar y dar valor a cosas inútiles, tiene cientos de millones de objetos de toda clase, desde el diamante Hope hasta botoncitos de propaganda de cada una de las elecciones presidenciales.

La historia del Smithsonian está repleta de curiosidades, como por ejemplo que el señor Smithson, su fundador, dejó su inmensa fortuna al Gobierno de Estados Unidos con las vagas instrucciones que fuera usada para "difundir el conocimiento entre los hombres" sin haber viajado a ese país ni haber conocido a ningún estadounidense en su vida, excéntrico por decir lo menos. Lo mismo que el primer conserje del Instituto, que prefería trabajar completamente desnudo ¿como habrá atendido a la gente?, o el famoso entomólogo Dyar que según leo:

"cuando no estaba clasificando insectos, se dedicaba a mantener dos casas, dos esposas y dos grupos de hijos que no sabían nada unos de otros. Pero esta doble vida secreta no le bastaba al hosco y apuesto Dyar. Un día, mientras plantaba un macizo de flores, la sensación de la tierra fresca le produjo tal deleite , que no pudo dejar de cavar. Se convirtió en un compulsivo constructor de túneles trabajando en las noches y los fines de semana, creó una red de pasadizos debajo de sus dos viviendas. Cubrió techos y paredes con ladrillos y yeso, decoró los dinteles de las entradas con esculturas y pintó leyendas en latín en los arcos".

En fin, no es primera vez que leía esta sabrosa historia y creo que hasta la comenté antes en este mismo blog. Tiene dos ingredientes que me gustan mucho: la pasión por juntar cosas inútiles pensando que algún día tendrán valor y las personas excéntricas. La verdadera excentricidad es algo que admiro y envidio. Como todas las personas tímidas yo soy apocado y me trato de mimetizar con la masa vistiéndome de la manera más uniforme posible, tengo mucha ropa azul o negra, colores que no llaman la atención y, aunque siempre he soñado con afeitarme la cabeza completamente, jamás me he atrevido a hacerlo. Aunque así como voy, en un tiempo más no tendré que tomar esa difícil decisión porque la naturaleza lo habrá hecho por mi, siempre se puede obtener algo bueno de lo malo.

En los países del norte de Europa se cultivan las excentricidades, la gente no solo tolera al excéntrico sino que lo mira con simpatía. En nuetros países en cambio los despreciamos y somos muy crueles para burlarnos de cualquiera que se aparte un poquito de la norma. Esa burla no es porque nos cause risa y el desprecio no es porque nos sintamos realmente superiores, lo que pasa es que le tenemos un miedo horrible a hacer el ridículo.

Pero ¿qué significa hacer el ridículo después de todo? apartarse del rebaño, ¡alerta, alerta, allí va la oveja negra, atáquenla! tenemos un espíritu de borregos tremendamente desarrollado porque somos muy inseguros de lo que valemos, solo nos validamos por la aceptación de los demás. Por eso Chile es el paraíso de los copiones, la copia felíz del edén según nuestra propia canción nacional. Todo lo original es peligroso, nos aterroriza, lo que explica que seamos un país tan fome. Todos se visten igual, hablan igual y piensan más o menos lo mismo. Tiene sus ventajas y desventajas ser un país homogeneo, la desventaja obvia es que tenemos cero originalidad y cero tolerancia hacia los que se apartan de la norma.

Yo mismo tengo mucho de eso y me doy cuenta a cada rato cuando -de manera inconsciente- miro con desprecio a alguien estrafalario. Intelectualmente puedo aceptar que es completamente válido ser excéntrico, que no tiene nada de malo y que lo malo está precisamente en los que ridiculizan, pero la genética es más fuerte e igual visto esa camisa de fuerza instintiva con que nacimos todos los chilenos. De hecho yo nunca aprendí a bailar, y ni siquiera lo he intentado por el terror de hacer el ridículo. Eso lo dice todo.

El día que no me importe hacer el ridículo habré dado un gran salto evolutivo y sabré que ya me puedo morir tranquilo. Pero todavía estoy muy lejos de esa meta, por mientras, de a poquito, voy haciendo pequeños esfuerzos: mañana desfilo.

8 comentarios:

  1. Hacer el ridículo, en mi opinion y basado en mis experiencias personales, es una manera de reirse de uno mismo.

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  2. Si José, algunos lo toman con calma, yo todavía no he podido manejarlo bien, tengo un alto nivel de miedo al ridículo, y en general a hacer mal las cosas.

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  3. ¿Mañana desfilo?
    ¿Hay cada 15 dias desfiles civico militares? O mi googleo merece un descanso...

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  4. Fíjate la fecha del refrito: 23de agosto 2008 es de cuando yo hacía como que trabajaba en la Municipalidad Provincial de Tacna y efectivamente desfilé, para celebrar el día en que Tacna se sacudió del yugo de esos odiosos chilenos!!!

    ¡Que bien lo pasé ese año!
    https://plus.google.com/u/0/photos/109214955078236046334/albums/5238627909008921345

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  5. Como dicen los que viven tranqui mucho tiempo: donde fueres haz lo que vieres :-)

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  6. Como staría de curado que esa vez hasta bailé después del desfile, tal como muestran las fotos. El alcohol tiene la mágica virtud de anular mi sentido del ridículo.

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  7. Marcos Cisternas Sandy12 agosto, 2018 22:11

    El temor de hacer el ridículo no consiste en creer que haremos algo de lo cual otro se burlaría, sino en creer que uno se burlaría de otro si hiciera eso mismo.

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"