Domingos de historia: la expulsión de los jesuítas

Acabo de leer un interesante artículo llamado Entre el repudio y la sospecha, los jesuitas secularizados, escrito por Inmaculada Fernández Arrillaga en la Revista de Historia Moderna, Anales de la Universidad de Alicante. donde se relata, en base a escritos de la época, las penurias de los jesuitas expulsados, luego de ser expusados de España y Portugal, entre 1767 y 1792.

La Compañía de Jesús habia acumulado mucho poder y tenía muchos enemigos por su influencia política frutode su vocación hegemónica. El poder de los jesuitas, que eran principalmente curas españoles, se originó durnte los muchos años en que fueron confesores de los reyes borbones y de su fuerte influencia en la Inquisición.

Durante sus años de auge, la Compañía de Jesus se hizo de enemigos en todas partes, la Iglesia tenía un rol político muy importante durante las monarquías absolutas, porque todos estos eran monarcas por gracia divina, así es que en cierta manera compartían el poder con los representantes de Cristo en la tierra. Los reyes absolutos tradicionalmente tenían un confesor jesuíta quien tenía un poder enorme en la administración de los asuntos de estado.

La Compañía por otra parte era una organización casi militarizada, con espíritu de cuerpo que exigía lealtad y una disciplina inflexible, eso los hacía sentirse -y decirse- superiores a las otras órdenes, de las que muchas veces hacían mofa, aprovechando el poder y la riqueza material que tenían como resultado de su gran influencia. En cierto modo los jesuitas, en su visión de acaparar poder y desplazar a todo el que amenazara con competirles fueron tal como después los masones, .

Todo esto cambió cuando llega al trono de España Carlos III, que fue el primer déspota ilustrado. A diferencia de sus antecesores muy religiosos, dependientes de sus confesores y de la Iglesia, los déspotas ilustrados, que empezaron a reinar en esos años tenían programas de modernización del estado y les molestaba tener confesores exigentes y con agenda propia. Así fue como Carlos III.tomó como confesor a un fraile descalzo. Igual pasó con los demás déspotas ilustrados, que empezaron a dejar de lado a los jesuitas y estos, en represalia empezaron a participar directaente en la acción política azuzando revueltas y motines populares.

En lugar de curas, Carlos III se rodeó de consejeros ilustrados, como el marqués de Esquilache y comenzó a implementar nuevas medidas económicas de saneamiento y liberalización de la economía, seguramente influenciado por Adam Smith y los fisiocratas, que en esos años atacaban el mercantilismo impuesto por los reyes religiosos. Pero esas medidas tuvieron su costo en el corto plazo, por ejemplo la liberalización del mercado del trigo produjo una subida del precio de pan que enfureció a la gente, al punto que provocaron -entre otros- el violento "Motín de Esquilache". después de eso se inició una investigación secreta donde los jesuitas fueron acusdos de estar detrás del motín.

Cuando se quedan sin el poder que antes les daba el confesor y aparecen en contra de los reyes en España, Francia y Portugal, empiezan a recibir de vuelta todo el rencor que habían venido sembrando por muchos años, cuando fueron poderosos. Aparecieron movientos teológicos políticos, como el jansenismo, dedicados a limpiar al mundo de la peste jesuitica. Finalmente la fortuna les dio vuelta la espalda cuando Carlos III decreta su expulsión y la confiscación de sus posesiones en todo el Imperio Español. Esto fue en concordancia con el Papa Clemente XIII, que más tarde suprimiría a la Compañía de Jesus. Decretó el rey lo siguiente:

"(...) por gravísimas causas relativas a la obligación en que me hallo constituido de mantener en subordinación, tranquilidad y justicia de mis pueblos, y otras urgentes, justas y necesarias que reservo en mi real ánimo, usando la suprema autoridad que el Todopoderoso ha depositado en mis manos para la protección de mis vasallos y respeto a mi Corona"... etc.

Más de 5.000 jesuitas fueron desterrados de la Indias y de España, llegaron primero desterrados a la Isla de Córcega y se convirtieron en un gran problema para cada lugar donde llegaban, porque no tenían medios de vida, finalmente el Papa Clemente XIII tuvo que acogerlos en los Estados Pontificios y Carlos III les asignó una minúscula pensión para que sobrevivieran.

"(...) paseaban por Bolonia en cuadrillas, los más vestidos de abate, algún otro de militar y espadín y todos ellos muy guapos, muy peinados y enrizados y con dos dedos de polvos en la cabeza». El propio Azpuru solicitó instrucciones sobre el trato que debía darse a los que vivieran con escándalo, consciente de la vida licenciosa que hacen algunos jesuitas secularizados, de tal modo que más de uno ha contraído ya la enfermedad que es fruto de ella"

Finalmente seis años después de la expulsión, en 1773, el Papa Clemente XIV suprime la Compañía de Jesus. ordenando que sus curas pasaran a ser miembros del clero secular. Esta eliminación duró hasta 1814, aunque los jesuitas fueron expulsados dos veces más. Sobre los secularizados, leo

"(...) siempre hay que sospechar de estos sujetos, especialmente siendo sacerdotes que ya no se pueden casar, ni seguir oficio o protección útil de las Repúblicas, que los aparte del fanatismo de que están poseídos» En ese proceso muchos jesuitas se secularizaron, colgando los hábitos, algunos se casaron mientras otros -si tenían los medios- se dieron a la disipación y la buena vida.. Leo en el artículo sobre los secularizados"

La expulsión primero, y luego la eliminación de la Orden han sido muy estudiadas y existen muchas versiones contrapuestas. Algo que se me olvidó mencionar es que otra columna de poder de los jesuítas fueron los colegios y universidades, aunque Ignacio de Loyola los prohibió expresamente en las Constituciones, igual con el tiempo aparecieron por todas partes y eran usados para difundir la doctrina y los intereses de la Compañía especialmente entre las clases altas que se educaban allí. Las similitudes operativas entre los jesuítas y la masonería son muchas.

Cuento corto, alcanzaron tanto poder que los déspotas ilustrados, alarmados, con nuevas ideas y no atados a obedecer ciegamente a los curas, se hastiaron de ellos. Sin poder en el gobierno empezaron a alborotar al populacho y eso al final significó su ruina.

La historia es cíclica, los jesuitas volvieron a adquirir poder con los años, ahora a la sombra de los políticos. También volvieron con los colegios y universidades ignacianas, donde adoctrinaron y formaron sus nuevos cuadros. En Chile se puede ver el origen social de muchos curas jesuitas de las familias de apellido vinoso o con plata, son los "ricos con conciencia social" igual que antes. Desde el surgimiento de la Teología de la Liberación los jesuítas retomaron la costumbre de alimentar el descontento popular, aliados a la izquierda y armando pequeños Motines de Esquilache por todas partes.

También hoy generan mucha antipatía, yo me incluyo entre los que los detestan. Muchos los vemos como una organización peligrosa y muy poco escrupulosa. Personalmente he tenido dos amigos, curas jesuitas, que fueron mis profesores en la universidad, tipos encantadores y muy interesantes para conversar, con el padre Juan Valdés yo conversaba mucho cuestiones teológicas prácticas, que en esos años me interesaban, nos llevábamos muy bien pese a tener ideas en las antípodas. Mi otro amigo era profesor de filosofía, lo recuerdo perfectamente aunque su nombre se me borró completamente.