¡Felices 65 Tomasito!

Son 15, son 20, son 30. 40, 50, 60 ¡diablos y rediablos, los míos son 65! En fin, habrá que arreglar la canción. Me encanta esa cumbia y la pongo para todos mis cumpleaños.

Como de costumbre me doy cuenta con asombre que después de tantos años sigo siendo el mismo jovencito inmaduro de siempre, jamás he llegado a sentirme un tipo maduro, serio. Mucho menos respetable. Bueno, para estar a tono con la época de vacas flacas, puse a helar la lata de cerveza de un litro que la Pilar me regaló para la pascua, la tenía celosamente guardada así es que a destaparla y ¡salud! Eso es todo lo que necesito para sentirme el tipo más feliz y suertudo del mundo. Hasta el momento estoy perfectamente sano, vivo en el paraíso en la tierra -Arica- me levanto y quedo desocupado ¿qué más podría pedir?

Y aquí estoy pues, quien sabe por cuanto tiempo. Me podría morir mañana, da lo mismo, no tengo ni una deuda ni cuentas pendientes con nadie, lo único que me interesa en realidad es seguir soñando despierto mientras vacío mi litro de Paulaner. Años atrás tomaba cinco litros o más -medía la cerveza en metros cuadrados- pero ya no están los tiempos hijitos, los viejitos debemos cuidarnos porque el hacha del día siguiente se hace cada vez más difícil de soportar, como pude comprobarlo este año nuevo.

Bueno, qué más decir, "déjenme vivir mi vida, yo no soy malo con nadie" otra buena cumbia. Una botella de Caballito Blanco todavía le queda un poco, mañana la usaré para hacer un par de irish coffes

Caballito blanco, llévame de aquí
llévame a mi pueblo, donde yo nací
tengo, tengo tengo, tú no tienes nada.... etc.

Solo me queda pedirles un último favor ante de seguir tomando, se trata de lo siguiente (y lo digo en serio)

Y eso sería todo por hoy, hasta la vista baby... y ¡salud!