El efecto político de la cuarentena

Un entremés
Conversábamos con mi amigo McDonnell al calor de una cervezas especulando que iba a pasar con toda la gente que estaba quedando cesante y los negocios que cerrarían con el asunto de la cuarentena. La cerveza estimula la imaginación y se nos ocurrió que sin duda esto iba a traer grandes cambios al sistema productivo y al comercio, muchos iban a ser tragedias en el corto plazo, pero al final la gente se iba a adaptar y de esto iban a surgir nuevos negocios.

Nada estimula tanto la creatividad como la cesantía, "un hambriento discurre mejor que cien letrados", yo viví el derrumbe de toda la industria en Arica a mediados de los años setenta, que dejó a decenas de miles de cesantes en una ciudad muy chica. Pero después vino el ajuste, todo se recompuso y hoy somos una de las ciudades con mejor calidad de vida de todo Chile, probablemente la mejor. Sin industrias ni empresas grandes de ninguna clase.

Esto obligará a la gente a meterse en la tecnología, cosa que sin la cesantía no habrían hecho nunca. Hoy los colegios y universidades empiezan a hacer clases con Zoom, Hangout y videos en línea. Los que se rieron de mi con mi chifladura de la educación online, tal vez los vea en un tiempo más llamándome para que los ayude y si no a mi a otros tendrán que llamar, obligados. Todo va a cambiar.

Uno de los negocios más beneficiados hoy son los supermercados y la gente está aprendiendo la conveniencia del delivery y la entrega a domicilio, cuando todo esto pase ya se habrán acostumbrado y harán sus compras de una manera mucho más eficiente, la cuarentena será el catalizador que hará que cada día más empresas entren al negocio del delivery.

Mi buen amigo Mario Moya, que es informático, olfateó esta oportunidad y desarrolló la aplicación yobusco.cl, que arrienda una plataforma entre 105 y 30 mil mensuales para que cualquier pequeño negocio pueda entrar al delivery y manejar el asunto adecuadamente, además cualquiera puede buscar y hacer pedidos en línea. El problema para hacer delivery eficiente es la logística, el manejo ordenado de los pedidos y de la plata, la plataforma de Mario permite eso. Felicitaciones para él y mucha suerte, creo que es un campo con gran futuro, pueden ver un video de demostración aquí. Ahora a lo nuestro

El efecto político de la cuarentena
A los que han seguido mi serie de "opiniones de un perfecto ignorante sobre la epidemia", saben que -como yo lo veo- las cuarentenas totales, así como todos los esfuerzos por detener el contagio y "aplanar la curva" son inútiles, no en el sentido que no sirvan para nada, sino que -pienso- tendrán costos mucho mayores a los beneficios que se esperan de las medidas. Pienso que con o sin cuarentena, cerrando o dejando abiertas las ciudades, el virus se va a expandir igual, ahora o más tarde. El contagio no es el tema.

Pero estoy convencido que en estado de emergencia hay que obedecer sin chistar las órdenes y disposiciones del gobierno, una cosa es lo que yo opine, otra lo que yo hago porque si estamos en un estado de emergencia nacional, mi opinión particular no puede -de ninguna manera- torpedear o contradecir las disposiciones oficiales, eso es ilegal y antisocial, está muy bien si uno vive en una isla desierta, pero creo que viviendo en sociedad son cosas que se tienen que acatar, nos gusten o no. Por eso yo soy el primero en obedecer y llamar a que los demás obedezcan lo dispuesto.

Creo que en Chile en particular, el estado de catástrofe ha resultado muy útil políticamente, porque ha logrado desarticular el pillaje, la anarquía, los saqueos y toda esa basura que significó la violencia que por más de tres meses y arrasó con buena parte del país. La cuarentena permitió que un presidente cobarde recupere algo de acatamiento y los mismos orcos que salían furiosos a destrozar, sabiendo que la cobardía del gobierno les permitiría hacerlo sin ninguna consecuencia, se aterrorizaron con la idea de contraer una gripe. Eso muestra como los "héroes" de primera línea eran de papel, miedosos que arrugaron al primer vislumbre de peligro, tal como arrugaron los "cordones industriales" en septiembre de 1973.

Sebastián Piñera es incapaz de enfrentarse a nadie que lo presione, se asusta de todos excepto cuando está bien seguro que puede aplastar la amenaza. De no ser por el asunto del virus los orcos habrían seguido escalando la violencia ante la impotencia de un gobierno gallina. La epidemia fue un golpe de suerte para él porque, de mala gana y tapándonos la nariz, muchos ahora hemos bajado el tono y a veces hasta salimos a defenderlo.

Otra suerte fue que el ministro de salud, Mañalich tiene el carácter fuerte que le falta al presidente y como la crisis es fundamentalmente técnica Piñera no lo puede cuestionar ni manipular como goma, que es lo que hace con los demás ministros. Ahora S. E. está en una posición más aliviada, tiene menos exposición, sus adversarios lo apaleamos menos y hasta ha subido un poco en las encuestas. Todavía no lo abandona totalmente la buena suerte.

Muchos se aterran por las consecuencias económicas de la cuarentena, pero pueden consolarse pensando que esto ha detenido la violencia callejera y la destrucción indiscriminada, que estaba teniendo consecuencias mucho peores. La destrucción física por la vía de incendios es mucho peor. Es preferible que una empresa que quiebre porque no puede vender, pensemos por ejemplo que una cosa es que mi restaurant se vaya a la quiebra porque no vendo a que se vaya a la quiebra porque lo incendiaron y todo mi patrimonio quedó en cenizas.

Pero también la violencia callejera estaba produciendo algo mil veces peor, que es una masa de imbéciles y lumpen envalentonados, que se creían héroes intocables, algo así solo podía escalar si se enfrentaba a un presidente cobarde como es S. E. tal como Chamberlain ante Hitler, exactamente lo mismo. Esos flaites envalentonados en algún momento tendrían que ser enfrentados con una matanza, bien desde un nuevo presidente con pantalones o bien desde la misma gente, tomando venganza por mano propia, esto último ya se estaba empezando a ver.

¿Y cuando pase la emergencia? ¿Volverá la violencia callejera? Nadie lo sabe pero no es algo que a mi me quite el sueño, por lo menos la cuarentena masiva nos está dando un buen descanso, tiempo para reflexionar y organizarnos. Además uno de los grandes patrocinadores y brazo armado, Nicolas Maduro, está con su cabeza puesta a precio, seguramente tiene cosas más importantes de que preocuparse por estos días.