Con España en el corazón

Durante muchos años yo tuve ese prejuicio anti español que es tan común en América Latina "es la raza la mala ¡por qué no nos conquistaron los ingleses o los alemanes!" decía antes, tal como escucho repetir a veces a muchos tontos. Bueno, era tonto y muy ignorante, desconocía la historia y me dejaba llevar por los clichés de Hollywood y la cultura pop tan superficial y snob, que es característica en nuestro país.

Claro que eso de mirarnos en menos a nosotros mismos es también una característica heredada de España. Recuerdo que en los años setenta me había leído casi toda la biblioteca del Liceo de Ancud y solo me quedaba El Quijote de la Mancha y unos libros de Unamuno, Azorin y Baroja, los clásicos de toda biblioteca de secundaria supongo. Ninguno de esos llegué a leerlo completo ¡que rosario de quejas contra todo lo español! Era insoportable.  Leo a Galbraith en "El Dinero" y le encuentro tanta razón:

"En lo que concierne a España, la leyenda prevalece regularmente sobre el fuerte peso de los hechos. Posiblemente, esto se debe a que los historiadores españoles, a diferencia de los de otros países, raras veces se han dejado llevar por el amor propio nacional. Se han contentado con presumir lo peor. La Santa Inquisición española permanece en la mente de todos como el máximo ejemplo de crueldad pública, al menos hasta los tiempos de Hitler. Yo no quisiera alabarla. Pero el número de judíos, marranos y otros herejes, que cayeron víctimas de sus conocidos procedimientos judiciales durante los tres siglos de su imperio —unos pocos miles, como máximo— fue menor que el de los ejecutados, ocasional y sumariamente, en un solo año, en las ciudades de Renania. La Armada Española es considerada, todavía hoy, como el clásico ejemplo de una soberbia y abrumadora potencia militar derrotada por un enemigo inferior pero mucho más aguerrido y astuto. La verdad no se ha impuesto nunca a esta creencia. Y es que los ingleses tenían un tonelaje casi equivalente de barcos de guerra, mucho mejor armados y tripulados, lo cual hacía que, en total, su fuerza fuese superior".

Con el descubrimiento y conquista de América, España aportó más que cualquier otro país al desarrollo de la civilización occidental, leo en Wikipedia

"Al comienzo del siglo XVI se originó la frase «el imperio en el que nunca se pone el sol» como una apreciación hecha por fray Francisco de Ugalde a Carlos I de España (a la sazón, rey de 1519 a 1556) quien como rey de España y emperador del Sacro Imperio bajo el nombre de Carlos V poseía un Imperio que incluía territorios en Europa, islas en el Mediterráneo y Atlántico, ciudades en el norte de África y vastos territorios en América.

La frase ganó popularidad durante el reinado del Felipe II de España, hijo de Carlos I, cuando las islas Filipinas y muchos otros archipiélagos en el Pacífico se anexionaron a la corona española. Cuando el rey Enrique I de Portugal murió sin descendencia, Felipe II fue reconocido también rey de Portugal en 1581. A partir de entonces Felipe II reinaría no solo sobre todas las posesiones de su padre, si no también sobre el Imperio portugués, que incluía territorios en América, norte de África y África subsahariana, así como en todos los subcontinentes asiáticos e islas en los océanos Índico y Pacífico".

La Conquista fue atacada, desprestigiada y menospreciada por los propios españoles desde su inicio, las leyendas negras vienen de los mismos españoles y han sido heredadas por nosotros los latino americanos, es una lástima por una parte aunque por otra mantiene otra característica muy española y sana que es el escepticismo. La cultura de España que hemos heredado nosotros es riquísima, pero pocos la conocen y menos la aprecian.

Igual que en Chile, España casi no tiene buenos escritores en prosa, pero en Poesía, hombre, ¡los poetas si que son de la puta madre! Quevedo, Lope, Góngora, Machado, Manrique, Calderón de la Barca,  en fin, creo que el XVII fue el "Siglo de Oro" de la poesía española, y no olvidemos a Alonso de Ercilla y Zúñiga, que nos regaló "La Araucana"

"Valdivia, perezoso y negligente / incrédulo, remiso y descuidado / hizo en la Concepción copia de gente /  más que en ella, en su dicha confiado (...) A Valdivia mirad, de pobre infante / si era poco el estado que tenía / cincuenta mil vasallos que delante / le ofrecen doce marcos de oro al día / esto, y aún mucho más no era bastante, / y así la hambre allí lo detenía; / codicia fue ocasión de tanta guerra / y perdición total de aquesta tierra"

¡Que manera de descuerar al pobre Pedro de Valdivia! El carácter hispano en todo su esplendor, mientras en Estados Unidos mostraban a Washington como una especie de santo laico y le inventaron la leyenda del cerezo "no puedo mentir, padre" -que hasta el día de hoy muchos la creen- para los españoles no hay nadie intocables, así es como en ese país, católico hasta la médula, una expresión favorita era hasta hace poco tiempo "¡me cago en Dios y me cago en la virgen!", que mejor muestra de españolismo.

Pero volviendo a la literatura ¿por qué fue el siglo de oro de los poetas? Leí hace años -no recuerdo donde- que en esa época los libros eran escasos como joyas, solo alguien muy acaudalado podía tener libros, entonces los escritores escribían en verso porque así era más fácil memorizar los textos, los juglares se aprendían de memoria textos larguísimos, como "el Cantar del Mio Cid" y los iban repitiendo de pueblo en pueblo. Las partes más populares quedaban en la memoria oral de las personas y así se evitaba que se perdieran.

Lo que en Inglaterra fue Shakespeare en España lo fue Lope de Vega, que en "Fuenteovejuna" por ejemplo, tomó un hecho real y escribió una obra de teatro en verso, varios siglos después Truman Capote haría algo parecido con su novela "A Sangre Fría", claro que la escribió en prosa.

En fin, ya se que estoy divagando, pero quería terminar esta "semana de la historia" con unas pocas palabras de admiración y aprecio por España, la Madre Patria que nos dio todo lo que somos.

Uno no puede renegar o desconocer lo que es y tiene que quererlo con sus defectos y virtudes. Yo vivo reclamando sobre los vicios de Arica y de la Universidad de Tarapacá por ejemplo, pero son mi ciudad y mi universidad, no podría renegar de eso, como tampoco podría renegar de España que es parte de lo que somos todos hoy acá. No existe nada más patético que vivir con un ojo puesto en culturas ajenas despreciando la propia, que el Pulento me libre de caer en algo así de indigno.