25 julio 2020

Refrito de sábado: las empresas en Chile


Aunque debería ser evidente, nunca está demás recordar que son las grandes empresas donde se crea la riqueza de los chilenos, si las grandes empresas cierran o se van, estamos todos arruinados porque ellos son la locomotora que tira el tren de la riqueza.  los sinvergüenzas de izquierda -y no pocos tontos de derecha- dice que ls grande empresas nos explotan pero la vedad es que todo el país vive de ellos, el gobierno el primero de todos.

Ningún gobierno del mundo es capaz de mejorar la situación económica de las personas, por la sencilla razón que ellos no crean riqueza y solo un ciego puede ignorar que el socialismo con su estado mpresario ha dejado la ruina en todas partes en toda la historia. Hoy mismo vemos lo que pasa en Veneuela cuando se fueron las grandes empresas o en Cuba cuando los Castro las expropiaron y el país tuvo que vivir de la caridad de la URSS por décadas.

Las grandes empresas son las locomotoras de la riqueza de cualquier país, todos los países que se han enriquecido -Chile entre 1986-1996, Hong Kong, Singapur y muchos más, lo han hecho con la riqueza que generan las grandes empresas, que tiran el carro de las más chicas. Por ejemplo las grandes inversiones mineras fueron las que nos trajeron un crecimiento acelerado y una disminución brutal de la pobreza, pese a que pagaron muy pocos impuestos en el período y generaron pocos puestos de trabajo.

¿Cómo ocurrió eso? Muy simple, ingresaron inversiones por miles de millones de dólares y esa plata se gastó en Chile enriqueciendo a todos, contrataron servicios de innumerables empresas pequeñas que gracias a eso prosperaron y dieron cientos de miles de puestos de trabajo y el gobierno recaudó toneladas de plata de impuestos de esos subcontratistas, de la renta de los empleados mejor pagados y y del consumo de la gente enriquecida.

Cuando un gobierno o un político hace algo que perjudique a las grandes empresa -o simplemente las amenace- como ocurrió con el Royalty Minero- para agradar a la chusma ignorante, es lo más estúpido y perjudicial que puede hacer, es un suicidio,  un disparo en el pie. Muchos criticaron al general Pinochet cuando dijo "hay que cuidar a los ricos, porque ellos generan la riqueza del país", era una verdad del porte de una catedral, aunque carcome el alma a los resentidos sociales y envidiosos, es la pura verdad.

En fin, la introducción se está alargando demasiado, vamos de inmediato al refrito:

Las empresas en Chile (publicado originalmente el 8 de marzo 2020)
Todo Chile vive de las empresas privadas
Las empresas privadas en Chile son las únicas que generan riqueza, son la fuente primaria de los recursos de todos los chilenos. Es cierto que hay una gran cantidad de chilenos -que creció explosivamente con Bachelet- que se ganan la vida en alguna repartición fiscal, pero sus sueldos vienen de impuestos que fueron generados por las empresas privadas. Se estima que el 60% a 70% del presupuesto anual del fisco se usa para pagar sueldos de una u otra forma. Es decir, en términos prácticos, toda la economía funciona, y la riqueza del país se genera, por las empresas privadas.

¿Cuantas empresas hay en Chile?  Hace unos 15 años atrás la cifra era 648.491 empresas (Cabrera, A., De la Cuadra, S., Galeovic, A., Sanhueza, R,. Las Pymes; quienes son, como son y qué hacer con ellas, Centro de Estudios Públicos Chile, primavera 2009), de las cuales más de 500.000 eran microempresas, ese número no debe haber cambiado mucho, aunque probablemente es algo menor debido a la caída de la inversión y del crecimiento económico del país, pero sirve como referencia .
Las microempresas no valen nada
El gran número de microempresas que existen es usado por los políticos demagogos para "demostrar" la importancia de ese sector. Es verdad que estas microempresas son, en número, el 83% del total, pero solo proveen el 39% del empleo. En términos de creación de riqueza prácticamente no existen, apenas generan un 3.7% de las ventas.

Esa es la verdad de las empresas. Las microempresas no tienen ninguna importancia como generadora de riqueza, más bien son un lastre formado mayormente por desempleado, que felices trabajarían para cualquiera que les ofrezca un sueldo seguro todos los meses, son una forma de sobrevivir, para la mayoría angustiosa, aunque también un pequeño porcentaje puede decir "no me quejo".

Gran parte de las microempresas e incluso las empresas pequeñas que están sobre ellas, fracasan antes de los tres años y aunque para algunos estas puedan dar un buen medio de subsistencia, los que perduran en el tiempo son muy pocos del total.

Autompleados, emprendedores y empresarios
Los cesantes que sobrevivimos haciendo pitutos -cachitos le llaman en otros lados, o curro en España- somos autoempleados. A veces les puede ir bastante bien, por ejemplo abogados, arquitectos en el "libre ejercicio de la profesión", pero normalmente se trata de trabajos eventuales y mal pagados, pero que permiten ir tirando.

Los emprendedores son los que tienen una empresa individual muy pequeña pero con potencial de un enorme y rápido crecimiento, esa es la teoría, porque en realidad la mayor parte son solo estafadores que venden sus cuentos para aprovechar los planes de "apoyo" del gobierno o de algún incauto que les pueda creer. Los verdaderos emprendedores son rarísimos y en todo el mundo hay solo un puñado de ellos, precisamente por su rareza, los emprendedores tecnológicos son los más ricos del planeta. Sin embargo por uno que se enriquece hay un millón o más de fracasos.

Lo malo del emprendimiento es que -a diferencia de los empresarios- ellos arriesgan plata ajena, bien sea convenciendo al gobierno o a otros incautos que su idea es genial y que se van a hacer billonarios si confían en ellos, como los ocurrió con los primeros en invertir en Google o Amazon. Esa es la razón por la que casi todos los emprendimientos fracasan y los que tienen éxito son apenas una rareza estadística.

Los empresarios en cambio, arriesgan su propio capital, o bien piden prestado poniendo en garantía sus bienes y así se van levantado de micro a pequeña empresa, de allí a mediana y finalmente a gran empresa. Obviamente la mayoría de los empresarios queda en el camino, pero no tanto como los emprendedores que -como arriesgan plata ajena- son mucho menos cuidadosos y por lo general lo primero que hacen cuando levantan algo de plata es robársela para sí y terminar con el "emprendimiento", que suele ser más mula que los filantrópicos estatutos de la Benemérita Fundación Mi Billetera.

Qué aporta cada cual
Para efectos prácticos en la economía, al menos en nuestro país, la mayoría de los microempresarios y de los emprendedores no existen, no aportan nada y solo se dan vueltas consiguiendo de manera más o menos precaria lo suficiente para subsistir pero nunca llegan a crear riqueza. Su valor económico para la sociedad es prácticamente cero.

Sin embargo por su gran número tienen un poder político más o menos importante y sus "dirigentes gremiales", así como algunos vivos del tipo Fantuzzi, aprovechan este poder del número para vivir a costillas de subsidios o sueldos del gobierno. A algunos les va bastante bien pero, como es de suponer, son una ínfima minoría. No existe gobierno en el mundo con capacidad para subsidiar a todo el que lo requiera.

Las pequeñas y medianas empresas si aportan a la creación de riqueza, en el sentido que han sobrevivido y tienen una expectativa de vida mucho mayor que la microempresa, además no son unipersonales sino que generan puestos de trabajo a terceros, no solo a los dueños y sus cercanos y ese es el principal aporte que hacen las empresas a la riqueza del país: puestos de trabajo asalariado, reales.

Gran parte de la riqueza del país es generada por las grandes empresas, aunque su aporte directo en puestos de trabajo no es de los mayores, si tiene un efecto indirecto muy potente en el sentido de generar mercado para la empresas pequeñas y medianas, bien sea como proveedores o contratistas de servicios.. Un país como Chile crece y se enriquece solo cuando se crean más grandes empresas.

La gallina de los huevos de oro
Pero ocurre con estas empresas lo mismo que en el cuento de la gallina de los huevos de oro. su pequeño número las hace vulnerables y blanco fácil de la demagogia política. En Chile hoy es casi un artículo de fe eso que "los ricos deben pagar más impuestos", con la ingenua idea que subiendo los impuestos corporativos el gobierno tendrá más plata para repartir a los pobres.

Esta idea equivale a matar la gallina de los huevos de oro, es esa codicia y resentimiento social lo que nos mantiene en el sub desarrollo económico e intelectual. Porque las grandes empresas trabajan con márgenes pequeños y volúmenes de venta enormes. Subirles los impuestos es invitarlos a que se vayan a invertir su plata a otra parte.

Está repleto de ejemplos, por eso se produjo hace unos años la avalancha de inversiones de capitales chilenos en Perú y otros países, al empeorar el clima de los negocios en Chile simplemente se fueron a invertir su plata a otra parte. Y lo que los tontos no entienden es que el verdadero aporte a la riqueza que hacen las empresas al país no son los impuestos, sino los puestos de trabajo y las oportunidades económicas que se generan alrededor de sus inversiones.

Y todo esto, para Chile, tiene que ver de manera fundamental con la inversión minera. Pero eso lo dejaré para otro día, ando mal del estómago y debo descansar. Hasta mañana.


4 comentarios:

  1. Toda la razón. Muchos no entienden que aunque el impuesto fuera cero las empresas igual son beneficiosas por el movimiento que generan en la economía

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  2. En mi opinión lo que pagan en impuestos se traduce mayormente en robo y malgasto por el gobierno, la verdadera contribución son los capitales que traen y las fuentes de trabajo que generan, directa e indirectamente. Un solo puesto de trabajo genera más beneficio social que ualquier "ayuda" que pueda hacer el gobierno

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  3. Un pequeño agregado, que no tiene nada que ver. O poco.
    Yo ahora vivo de una "micro" familiar, con clientela estable por suerte, no me quejo. Pero de joven fui empleado de empresas grandes ( cientos de empleados, cotizaban en Bolsa) a pymes.
    No hay peor cosa que trabajar con el dueño de jefe. En las empresas grandes "el jefe" es otro individuo generalmente mayor que uno y que hizo su carrera y aunque sea exigente sigue un sistema general de conducta. No es difícil entenderlo y funcionar. Los dueños son cualquier cosa. Pueden exigir a sus subordinados pero ellos llegar al trabajo a media mañana porque, al fin, son el dueño. Algunos confunden la amistad o simpatía personal con la eficiencia, son más propensos a los chupamedias. Otros son muy explotadores. Otros esperan que la preocupación de los empleados por "la empresa" sea tan intensa como la suya, pero a la par hacen notar muy seguido que la empresa "son ellos". En algunas empresas familiares que he visto, el empleado fiel que espera años la promociòn y el ascenso es cortado por la introducciòn de algunos de los hijos del dueño, u otro pariente, que no sólo le corta la carrera sino que quizás no lo aprecie como lo apreciaba la generación previa y en una de esas hasta le da una patada de despido. Y como lo dicho muchas cosas parecidas.
    Más aún creo que la latinoamericana pasión por el empleo estatal - que termina alimentando partidos populistas como acá el peronismo - en buena parte se nutre de gente tratando de huir del pequeño patrón de fundo y sus abusos y las escasas oportunidades que brinda ese tipo de empresa.
    Le falta descubrir, a mucha gente en nuestra sociedades, que esa mejor oportunidad está en una empresa grande, de las que cumplen las normas laborales, pagan bien dentro de lo que paga el mercado, ofrecen carrera a muchos, forman, tratan a las personas con un código de conducta y no por caprichos individuales y hasta dan herramientas para saltar a la competencia o largarse solo.
    Todo eso se busca en el Estado porque empresas buenas hay pocas.

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  4. Absolutamnte cierto Ulschidt, cuando el dueño es el jefe estamos sujetos a su carácter, virtudes y defectos personales, resulta que los defectos pueden ser muy feos. Esa falta de profesionalismo es una de las explicaciones por las que el 80% de las empresas pequeñas quiebran antes de los 3 años.

    Yo igual tengo mi historia con eso, en los años 90 era gerente de una empresa de mi primo en la Zona Franca que manejaba gran cantidad de plata, mi primo empezó a autorizar créditos que yo sabía que no le iban a pagar (conociendo el sistema aimara de hacer negocios de ganarse la confianza primero y después hacer el "faenón") bueno, la cosa es que yo le decía desesperado que no autorizara esos créditos, que lo iban a engañar, que no fuera tonto. Y me dijo "déjame, soy tonto, es MI plata y si quiero lo hago, conozco a fulanita y se que me va a pagar". Buno, la cosa es que yo lo quería como hermano y ahí empezó a irse al diablo la amistad. En 3 años exactos la importadora se fue a pique.

    Sin duda es mucho mejor trabajar en una gran empresa, dirigida profesionalmente, con protocolos claros y todo eso, pueden haber déspotas también pero están mucho más limitados que el dueño, que es omnipotente.

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