Cómo nos estamos farreando el litio

Litio y energía atómica
Cuando Einstein explicó el movimiento al azar de las partículas de polen, en un fluído, como un efecto de la interacción con moléculas individuales del fluído, la teoría atómica -que hasta entonces era una especulación basada en la tabla periódica- se pudo confirmar con un experimento físico. Ese mismo año publicó otro artículo que contenía la ecuación de equivalencia, la más sencilla y conocida en la historia de la ciencia, que decía que la energía de un objeto en reposo era igual a su masa multiplicada por una constante e=mc^2

Resulta que la constante c es la velocidad de la luz, una cantidad enorme (300.000 km/s aproximadamente) y esa ecuación, que era el resultado de un complicadísimo modelo matemático, implicaba dos cosas: (i) que masa y energía eran esencialmente lo mismo y (ii) que cualquier objeto con masa tenía dentro de si una cantidad enorme de energía, proporcional a esa masa. De allí a la bomba atómica solo habían detalles técnicos a superar.

Parte de esta enorme energía se puede desencadenar produciendo reacciones nucleares en cadena, que pueden ser de dos formas: rompiendo los núcleos de un átomo muy pesado -como el uranio- que son inestables, o bien fusionando los núcleos de un átomo muy ligero, como el hidrógeno, eso libera la "fuerza fuerte" que mantiene unidos a los componentes del núcleo en un átomo. Haciendo honor a su nombre, esta es la fuerza más potente que conocemos en la naturaleza.

¿Y donde entra el litio en este cuento? Resulta que es el segundo elemento más ligero después del hidrógeno y durante mucho tiempo se ha experimentado con la posibilidad de producir fusión nuclear con litio en lugar de hidrógeno, lo que supuestamente haría las reacciones termonucleares más limpias de residuos radioactivos. 

En los años 50, el entonces mayor de Ejército Enrique Lackington Montti fue enviado a la Universidad de Chicago a especializarse en energía nuclear, allá se desempeñó en el área de diseño y cálculo de reactores en el Laboratorio Argonne de la Universidad de Chicago. Al volver  Chile, en 1965 se redacta la ley  15.319 que creó la Comisión Chilena de Energía Nuclear y en esa ley se establece al litio y el uranio como minerales estratégicos de venta restringida, gran error  de los legisladores que hasta el día de hoy no se han molestado en corregir.

Porque el litio no es más ni menos "estratégico" que cualquier otro mineral común y corriente, la fusión controlada es todavía un sueño y -en caso que algún día llegue a resultar, cosa improbable y poco práctica- ningún país tendrá problemas en conseguir el poquísimo litio que se necesita para eso de cualquier parte ya que es muy abundante. Es muy distinto al caso del uranio, raro y muy difícil de encontrar.

La madre del problema
Y allí está la madre del cordero que explica las desastrosas medidas políticas que hacen que hoy nos estemos farreando el litio que tenemos en abundancia, muy barato y fácil de explotar. El problema es que por ley su venta está sometida a "concesiones" reguladas por la decorativa Comisión Chilena de Energía Nuclear y por una de las peores burocracias que existen en Chile, la Corporación de Fomento a la Producción.

"En consecuencia, y en función de la legislación precedente, la Comisión ha estimado, desde 1980, otorgar nueve autorizaciones, para las cuales se han determinado las condiciones específicas en las que estas se concedieron. A la fecha, los permisos otorgados se mantienen vigentes, y corresponden a las empresas mineras: Codelco Pedernales y Maricunga, Minera Salar Blanco, Cominor, Simbalik, SQM (1996 y 2018) y Albemarle (1980 y 2016)".

Ambos organismos estatales -y por medio de ellos el gobierno- han producido la peor y más abusiva gestión de las concesiones. La Corfo se ha aburrido de meterse en pleitos con las empresas concesionarias, desconociendo contratos y amenazando con juicios. El resultado de todo esto se puede leer en el informe de Cochilco que citaba ayer

"En el caso del litio y los minerales industriales, no hay cambios sustanciales respecto la versión pasada de este trabajo debido a que no existen nuevos proyectos a considerar".

La gestión de Corfo ha resultado desastrosa por donde se le mire, empleados públicos políticos, ignorantes, pasan enredados en pleitos y trabas a la inversión- Tiempo atrás abrieron un ridículo "concurso" para que se presentaran empresas tecnológicas interesadas en fabricar vehículos eléctricos en el país. Obviamnete ningún inversionista se interesó en la descabellada idea, por mientras poco a poco, los que ya han invertido se han ido retirando frente a la codicia de los burócratas y se están llevado su plata a otra parte. Otro ejemplo de como la política está arruinando al país.

Y ojo que toda esta hype del litio es una moda pasajera, porque el litio ya llegó a su madurez como tecnología y no tendrá mejoras significativas en el futuro. Por más humo que vendan estafadores como Elon Musk y otros que se han hecho billonarios vendiendo humo, los automóviles impulsados por baterías de litio ya no pudieron desplazar a la combustión interna y no lo harán en el futuro. mientras no aparezca otro material o tecnología mejor para fabricar baterías. Creo que litio ya cumplió su ciclo de vida y ya no será el material para hacer baterías de auto en el futuro.

Nos estamos farreando el litio de la misma maneraen que el Gobierno Boliviano se farreó los 2.000 millones de dólares que Jindal iba a invertior en el hierro del Mutún, los recursos naturales no se ahorran, es absurdo tratar de "ahorrarlos" porque hoy tienen valor y mañana no lo tendrán, son ventanas de oportunidad que si no se aprovechan ahora se perderán más adelante.

Los recursos naturales deben explotarse aceleradamente, para convertirlos en recursos humanos: mejor educación, mejor nivel de vida, de eso debe preocuparse cualquier gobierno decente, porque los recursos humanos son el objetivo final y el verdadero valor agregado. Eso es lo que permanece.