Pedro Castillo y dos curiosas instituciones

No había querido escribir sobre la elección de Pedro Castillo porque el resultado me tomó por sorpresa -como a muchos supongo- y en realidad no se absolutamente nada sobre quien es ni su historia . Conozco algunas cosas que han opinado de él, por ejemplo que es un palurdo, un ignorante pegado en los sesentas y todo eso, lo he escuchado hablar en la tele un par de veces y -al menos a primera vista- parece ser así.

Mi primera impresión es que se trata del caso típico del espontáneo, un oportunista que tuvo su minuto de fama y lo aprovechó usando la retórica florida que encanta a los simples, la épica, la poética y los viejos resentimientos del peón contra el gamonal, del serrano contra el costeño y todo eso que casi siempre funciona bien en la política del Perú.

Pero nunca se sabe, a veces las apariencias engañan y se han visto muchos casos de tipos que apenas pueden hilar dos frases pero a la hora de actuar resultan más vivos que todos, muchas veces tras ua mala capa se puede esconder un buen torero. Quien lo sabe, todavía es muy pronto para opinar.

Viendo a Castillo de presidente no puedo dejar de pensar en el "chato" César Acuña, que fue candidato presidencial pero no duró nada en carrera, uno porque es extremada y descaradamente sinvergüenza y lo otro es que cuando abre la boca  habla puras estupideces. En eso se parece a Castillo, pero a este último le perdonaban todo diciendo que es de origen humilde y había que darle una oportunidad. Pero Acuña también fue de origen muy humilde, lo malo es que se enriqueció como empresario de la educación, creando las Universidades privadas César Vallejo y Señor de Sipan, que lo convirtieron en millonario. 

Creo que Acuña y Castillo son dos paradigmas del Perú, hay muchos como ellos y muestran cómo, por vía de la empresa uno y del sindicalismo el otro, se han abierto camino en un país con aristocracia muy cerrada, que va siendo arrinconada a lo largo del tiempo por la plata nueva y el poder político que explota sentimientos -más bien dicho resentimientos- que son mayoritarios contra esa aristocracia.

Perú ha tenido clases dirigentes de muy mala calidad, hay que escarbar mucho en la historia para encontrar un político bueno, o por lo menos correcto. En sus gobiernos se han turnado presidentes oligarcas con espontáneos venidos de la chusma, pero la verdad es que ni unos ni otros han resultado muy bien que digamos. La Constitución que rige al Perú es la que dejó Fujimori en 1993, y tiene dos curiosas instituciones que parecen tener la culpa -o al menos sirven de pretexto- para la increíble inestabilidad política del país 

La primer institución es la "cuestión de confianza", que existe en muchos países y es un mecanismo típico en los sistemas parlamentarios para resolver los conflictos entre el ejecutivo y el congreso. Pero Perú tiene un régimen presidencialista y la cuestión de confianza se ha convertido en un ultimátum que -a partir de Vizcarra- usa el presidente para tumbar al parlamento cuando no le es amigable.

Leo en Wikipedia que "La cuestión de confianza en Perú es un instrumento constitucional con el que cuenta el Poder Ejecutivo, mediante el cual el Presidente del Consejo de Ministros, a nombre del gabinete en conjunto, o los ministros de manera individual piden el expreso respaldo a una política, iniciativa o decisión de gestión por parte del Congreso.1​ El artículo 118 de la Constitución de 1993 establece que la cuestión de confianza también debe ser planteada por un nuevo Presidente del Consejo de Ministros, dentro de los 30 días de haber asumido funciones (como "voto de confianza")"

Hasta aquí todo normal, hay un conflicto entre los dos poderes y el presidente del Consejo de Ministros pregunta al congreso si lo va a respaldar o no. Pero como estamos en América Latina, todo tiene su letra chica, en este caso "Al igual que en los sistemas parlamentarios, la Constitución de 1993 establece que si el Congreso censura o niega la confianza a dos Consejos de Ministros, el Presidente queda facultado para la disolución del parlamento y la inmediata convocatoria a elecciones".

Es decir que si un presidente es vivaracho puede, como hizo Vizcarra, solicitar dos votos de confianza en temas que sabe inaceptables para el congreso, y basado en eso lo cierra. Claro que debe llamar de inmediato a nuevas elecciones, así es que debe tener cierta seguridad en que su popularidad está arriba y el congreso electo le va a ser favorable. Eso fue lo que le falló a Vizcarra, porque no consiguió mayoría en el nuevo parlamento, así es que se puso solito la soga al cuello, con ayuda de la segunda muy curiosa institución que es la vacancia por incapacidad moral permanente. Veamos nuevamente que dice don Wikipedia, el que todo lo sabe:

"La vacancia de la Presidencia de la República del Perú por declaración de permanente incapacidad moral es uno de los supuestos de vacancia de la Jefatura del Estado contemplados en el artículo 113 de la Constitución Política del Perú de 1993, cuyo origen se remonta a la Constitución de 1839.
El proceso es distinto a una destitución o impeachment (contemplado en el artículo 99 de la Constitución solo por las infracciones establecidas en el artículo 117), pues ocurre a partir de una declaración del Congreso de la República, que, de ser aprobada, origina un vacío de poder, por lo cual se procede con la sucesión legal. Dicha declaratoria de incapacidad moral, regulada como Control Político en el Reglamento del Congreso de la República, es considerada por la doctrina constitucional peruana como un juicio político sui generis".

Resulta que con esta figura, el congreso puede echar al presidente en cualquier momento sin necesidad de comprobarle ninguna falta o delito, sino solo porque lo considera -de manera subjetiva- moralmente incapaz de ejercer el cargo, basta con un quorum calificado de 2/3 de los votos.

Obviamente que la cuestión de confianza nunca se pensó para que un presidente pudiese cerrar a su arbitrio un parlamento adverso, ni la incapacidad moral permanente para botar a un presidente porque les cae antipático, originalmente fueron pensados como recursos extremos y muy excepcionales. Pero Vizcarra abrió la Caja de Pandora y hoy tanto el presidente como el congreso las tienen guardadas en sus respectivas caja de herramientas, porque una vez que se abrió la Caja de Pandora ya no hay cómo cerrarla.

Castillo llega al gobierno con un discurso muy rupturista, quiere cambiar la Constitución a cualquier costo y si decide llevar sus palabras a la realidad deberá usar la cuestión de confianza para cerrar el parlamento actual, que ni en sueños le daría los votos para la constitución de soviets obreros y campesinos que ha anunciado. 

Castillo no parece con mucho margen de maniobra, porque no llegó al poder con una mayoría aplastante y sus votos en el congreso son pocos. Si recurre a la cuestión de confianza "a la Vizcarra" podría pasarle exactamente lo mismo que a su desafortunado antecesor, con un congreso nuevo, que se la podría cobrar con intereses. Incluso el actual congreso podría botarlo si así deciden, porque tienen los 2/3

Vi unas fotos de Castillo asumiendo el poder con el ridículo terno de Evo Morales, lo que podría significar que lo admira o lo tiene como modelo. Ahora bien, Morales fue siempre muy moderado en política y solo al final, cuando vio que se le iba el poder de las manos se puso audaz, lo que le costó la presidencia y arruinó su futuro político. Tal vez Castillo aprenda de eso y empiece a aparecer conciliador, apenas se de cuenta que su situación en el poder es muy precaria. Los sindicalistas por lo general saben manejarse bien en esas situaciones.

Un último detalle divertido es el puritanismo sexual de Castillo, que lo ha llevado a mandar al diablo a la ideología de género, las abortistas, los homosexuales y todo eso, la caviarada que se nutre de esas extravagancias se debe estar rompiendo los dientes con una piedra, ahora si que quedaron huérfanos porque no hay peor astilla que la del mismo palo. ¿Se han fijado que Evo Morales prácticamente desapareció del escenario político?, mi teoría es que le aguantaron ser ladrón, autócrata y lo que fuera, pero cuando empezaron a aparecer sus historias de pedofilia se cocinó solito. Los aimaras son gente muy conservadora y de familia, no les hacen maldita gracia esos gustos raros.