¡Pero si es muy fácil!

Cuando yo iba en segundo año en la universidad, me intimidaban mucho varios ramos que tuve que enfrentar, entonces descubrí la serie de libros -piratas y fotocopiados obviamente- que se llamaban "¡Pero si es muy fácil", era una serie de la Editorial Marcombo y creo que muchos que estudiaron en mi época recordarán esta serie de libros donde todo era muy fácil, al final el asunto era motivo de bromas entre nosotros, especialmente cuando algo nos parecía extremadamente complicado ¿El Reitz-Millford? ¡Pero si es muy fácil!

Bueno, resulta que mi viejo perro, amigo y compañero el chico Alfredo siempre se había ufanado de que colocar un piso flotante era muy fácil, que él había instalado muchísimos como contratista y que era un trámite que se hacía en un ratito. Como yo soy de esos peces que pican hasta con miguitas de pan, se la creí y hoy en la mañana nos fuimos a Construmart a gastar plata como marineros borrachos, total, tenía las lucas del CRX y pensé que el dinero debe circular. 

El objetivo era instalar un piso flotante en mi cuchitril, así es que en un ratito me gasté la mitad de las lucas que había recibido -en realidad un poco más y a eso de las 11 de la mañana empezamos a instalar el maldito piso. En realidad yo estaba de mirón solamente, porque no se clavar un clavo sin martillarme el dedo. Al comienzo todo iba de mil maravillas, pero a la tercera corrida de láminas empezaron los problemas: nada cuadraba, el chico ajustaba un lado y se desajustaba otro, empezó a dar la hora y siguió así toda la tarde.

Finalmente desarmamos todo y llegamos a la conclusión que debimos haber notado al principio: los venezolanos que enchaparon el piso lo habían dejado también horriblemente desnivelado -maldita sea su mugrosa alma- no les deseo mal, pero ojalá que se le pudran cada uno de sus dientes y muelas y que les duela como me ha dolido a mi soportar la porquería de trabajo que hicieron.

Cuento corto, desarmamos todo lo que se había hecho, miramos el piso, nos rascamos la cabeza y pensamos como diablos nivelar algo que la espuma niveladora era claramente incapaz de manejar. Se nos ocurrieron varias ideas, todas malas dadas las circunstancias. Lo más obvio era usar un nivelador de pisos tipo yeso o similar, pero el chico nunca ha trabajado con eso y no me quiero arriesgar de nuevo.  Después de mucho pensarlo otro maestro lanzó la idea de colocar cartones en el piso y encima la espuma niveladora. 

Mañana lo probaremos a primera hora ¿Colocar piso flotante? ¡Pero si es muy fácil! Maldición y remaldición. Cuando empezamos le pregunté al chico ¿Nos tomamos hoy el ron que nos quedó de anoche en la oficina con piso nuevo?  "Demás" me contestó. Y allí están todos mis objetos más preciados, arrumbados en el suelo del patio donde pasarán la noche de la manera más indigna, si hoy llega a lloviznar soy hombre muerto. Pero mañana -sí o sí- tenemos que terminarlo. Promesa de ratoncito.

Y a propósito de eso de ¡es muy fácil! Me encuentro con el siguiente twit

Esa si que es una misión imposible, el presupuesto 2022 parte con el pie forzado de las catastróficas políticas de Sebastián Piñera, producto de su personalidad retorcida y narcisista, que han comprometido la responsabilidad fiscal del país de manera innecesaria y estúpida. 

El Ingreso Familiar de Emergencia, entregado indiscriminadamente a millones de personas que no lo necesitan, solo para alimentar la egolatría de S. E. ha impuesto una carga absurda sobre el presupuesto, lo mismo que la batería impresionante de toda clase de regalos y gastos inútiles. Tal como Calígula repartía pan y circo, igualito.

Leyendo la lista de la comisión de expertos me llevé la agradable sorpresa que entre los que determinarán el precio de referencia del cobre está Luis Díaz Correa, mi amigo y profesor de economía del MBA, gran valor que alguna vez incursionó en la política, es un reconocido experto en el mercado del cobre e incluso tuvo su emprendimiento minero a pequeña escala. Como si fuera poco Luis fue alumno de Robert Barro, Nobel de economía y uno de los más influyentes enemigos del keynesianismo y los estímulos públicos. Un gran tipo, ojala pueda poner algo de cordura en el manicomio en que se ha convertido la política en nuestros días.

Así se parte haciendo el presupuesto, cada año se juntan las comisiones que miran la bola de cristal y pronostican cual Yolanda Sultana cuanto es el probable PIB tendencial (para estimar los ingresos por impuestos) y cual es el probable precio del cobre. Con esas dos estimaciones tendrán los haberes que les permitirán calcular lo que el gobierno podrá gastar. Como el gasto sin duda será mucho mayor a esos ingresos, tendrán que ver de donde sacan la plata para pagar la diferencia: endeudarse, vender reservas, fondos soberanos, etc.

Que Dios nos pille confesados.