El reloj y la billetera

Que difícil es ser izquierdista hoy en Chile. Y no me refiero a los renacuajos que militan en algún partido de la llamada "izquierda" en cualquiera de sus numerosas variantes, ellos no tienen problema porque es imposible que mantengan esa ideología, simplemente son oportunistas que hoy pueden estar en la Lista del Pueblo y mañana en el Partido Republicano si ven que eso les conviene. Son sanguijuelas con ambiciones personales a los que cualquier micro les sirve.

Yo me refiero a los otros, a los izquierdistas verdaderos, convencidos  que -como me dijo una vez casualmente mi buen amigo Fernando Cabrales- tienen "simpatía por el débil". Esa es una de las mejores definiciones de la ideología de un verdadero izquierdista y lo digo con conocimiento de causa, porque durante muchos años yo fui un convencido de las ideas de izquierda por eso mismo.

El izquierdismo como compasión, empatía y todo eso, alimentado por la abundante poesía del igualitarismo, es lo que lleva al sentimiento de que existen "injusticias sociales", de allí al resentimiento de clases, envidia y el odio hay un solo paso  y el siguiente paso es todavía peor porque se pasa al cinismo y la hipocresía. Cuando solo queda la retórica, porque se dan cuenta que las ideas no funcionan, se cierra el círculo y se cae en lo más bajo. Algunos se hacen militantes o activistas de un partido político y arreglan su futuro económico en base a embaucar y conseguir más adeptos, tal como en las estafas piramidales.

Ahora que gente de izquierda está adquiriendo poder político, podemos ver ese ciclo de la manera más clara. Seguramente Rodrigo Rojas Vade en algún momento de su niñez tuvo esa etapa de la simpatía por el débil y desde allí siguió por vía rápida la descomposición que les comentaba: justiciero social, resentido social, envidioso y con odio de clase, tal vez fue inevitable que se metiera a la política.

Como muchos otros, en octubre de 2019 vio que se le abría una ventanita de oportunidad, como agitador en la violencia callejera y los saqueos  de esos días, cumplía con todos los requisitos para diseminar el discurso de odio y captar nuevos clientes, igual como las vendedoras de Herbalife. Eso lo llevó a tener una base de adeptos que lo apoyaban y entonces se le ocurrió la idea del millón: inventó que sufría de cáncer y que se estaba muriendo porque "el sistema" no le costeaba la carísima quimioterapia.

Pero no contento con eso, que aumentó mucho su popularidad y visibilidad, se le ocurrió hacer un emprendimiento paralelo organizando rifas para costear su tratamiento. He leído cálculos que dicen que recaudó alrededor de 300 millones de pesos (cerca de 400 mil dólares) es algo que nunca se sabrá porque la plata paso de mano en mano sin que quedase ningún registro, "lo que pasó, pasó".

Bien forrado en plata y con una buena cantidad de seguidores empatizados y conmovidos con su historia, no le resultó difícil esparcir el discurso de la maldad intrínseca del sistema y levantar su dedo acusatorio contra "el neoliberalisno" y toda esa retórica, mitad clichés y mitad poesía, que cala con tanta facilidad en los que son propensos a caer en el timo. El secreto de todo estafador es que su víctima quiera ser estafado.

La mentira del cáncer la inventó hace años, según leo en Internet

Trabajó regularmente hasta 2012, año que le dijo a sus cercanos que le habían diagnosticado leucemia linfoblástica aguda mixta, uno de los cánceres más invasivos y que requiere largos procesos de quimioterapia y radioterapia. Sus colegas y jefes de Lan -compañía que por ese tiempo no había concretado su alianza con la aerolínea brasileña Tam- lo apoyaron. Le reorganizaron sus horarios y le acomodaron los días para viajar.

Meses después comenzó con su “tratamiento” en Barcelona, específicamente en el Hospital Vall d’Hebron. Incluso, comentan fuentes conocedoras, sus pares consiguieron que volara gratis a Europa para uno de sus ensayos clínicos. Además, se hacía exámenes regulares en Santiago que lo ausentaban algunos días de su trabajo en el aeropuerto. Respecto a esto, no se sabe si Latam revisará las múltiples licencias médicas que Rojas Vade presentó durante años (...) sus pares le organizaron una rifa para que pudiera costear su enfermedad

La segunda oportunidad de oro se le presentó cuando al idiota que tenemos sentado en el Palacio de la Moneda se le ocurrió la brillante idea de hacer un plebiscito y llamar a una asamblea constituyente. Rojas Vade tenía todo lo necesario para ser candidato. Y se presentó así:

Rodrigo Ernesto Rojas Vade ZN-41 Postula por el Distrito 13: El Bosque.Lo Espejo.La Cisterna.Pedro Aguirre Cerda.San Miguel.San Ramón
Agrupación o movimiento Lista del Pueblo, Candidatura Independiente, 37 años.Hombre
Es activista social y uno de los fundadores de la Lista del Pueblo. Se define como un “ciudadano común y corriente” y “usuario frecuente” del sistema de salud público.
Este es el programa de candidatura a la Convención Constitucional que Rodrigo Ernesto Rojas Vade subió en su postulación al Servel

Finalmente mintió en su declaración de intereses (obligatoria para los candidatos) donde declaró no tener otro activo que una moto y que tenía deudas por veintitantos millones de pesos por un préstamo adquirido para costear su quimioterapia. Mentira, no gastó un peso porque la quimioterapia no existió, se trató de un crédito de consumo para sus gastos personales.

Bueno, la cosa es que con todo este cuento nuestro antihéroe salió electo constituyente con 19.312 votos, no solo eso sino que al constituirse la mesa directiva de la asamblea fue elegido vicepresidente. Como tenía un blog llamado "Cáncer, realidad sin filtros" donde contaba su "experiencia" se hizo muy popular como un paladín de las denuncias contra el neoliberalismo y todo eso.

Cuento corto, unos periodistas curiosos buscaron y encontraron la verdad de manera muy fácil, no había cáncer, ni quimioterapia, ni deudas por tratamiento, nada. Cuando lo confrontaron con los hechos confesó todo.

Bottom line
Esos son -de manera muy resumida- los hechos, lo interesante es si van a tener consecuencias y cuales serán. Yo creo que a largo plazo si tendrán consecuencias, en uno o dos años más para el plebiscito de salida. He visto a los opinologos de izquierda tratando de controlar los daños, relativizando el asunto, hablando de inexperiencia, mal manejo y cosas así ¡como si estuviésemos en los años noventa, cuando la basura se podía esconder debajo de la alfombra! Mientras más hablan peor, lo único cuerdo que podrían hacer es condenar el maldito asunto y comentarlo lo menos posible.

Este ha sido un regalo precioso para el Partido Republicano, a Rojas Vade le deberían hacer una estatua, o por lo menos una animita. Ojalá que zafe y no tenga ninguna consecuencia legal, tenerlo en la comisión constituyente será una llaga abierta a los ojos de los que no somos delincuentes. Ahora me doy cuenta que la asamblea constituyente puede resultar en un golpe de suerte enorme para la derecha, que nos podría disparar nuestra clientela electoral.

Si el proyecto de constitución lo hubiese escrito el congreso, entre gallos y medianoche como acostumbran, nos habrían metido la cuchufleta con gran facilidad ¡si llevan décadas legislando a espaldas de la gente! Ahora la cosa se les pone difícil. No hay manera más segura de arruinar la reputación de un izquierdista que darle poder, eso jamás falla. No me molestaría si gana Boric en las elecciones que vienen.

Y por último eso reafirma mi convencimiento que detrás de todo moralista hay un ladrón escondido. Cuando alguien me empieza a hablar indignado contra la corrupción y las injusticias, mi primera reacción es revisar el reloj y la billetera, lo más probable es que esté tratando de robármelos.