20 enero 2022

Hasta donde llegan los compromisos

Estuve viendo recién un video del divertido y siempre interesante Dan Arieli, economista, psicoloco, popular columnista y profesor de la Universidad de Duke, que contaba sobre un recuerdo de la época  en que estuvo hospitalizado en Israel, por las graves quemaduras producidas durante una celebración al terminar su servicio militar.

Se trataba de lo siguiente, en su misma sala había un soldado que tratando de desactivar una mina había quedado gravemente herido, perdiendo ambos brazos, entre otros daños. Como era más o menos previsible, su novia se mandó a cambiar, ni siquiera hizo la comedia que lo iba a aguantar por un tiempo sino que se fue enseguida, tal vez a buscar a otro que estuviese completo. 

Cuenta Arieli que entre los pacientes, incluido el propio afectado, fue motivo de mucha conversación y controversia la actitud de la novia ¿Estaba en lo correcto en largarse sin más? La opinión general era que dependía mucho del grado de compromiso que hubiesen tenido; socialmente se juzga distinto esa misma actitud si era una relación de unas pocas semanas, un noviazgo formal o si hubiesen estado casados: a mayor compromiso era socialmente peor visto la PLR.

Es más o menos lógico que se espere más "lealtad" o "sacrificio" en la medida que el compromiso sea mayor, nada de raro que una esposa con algunos años de matrimonio a cuestas esté más dispuesta a quedarse al lado del tipo al que ya está acostumbrado, aunque sea manco, una novia ocasional en cambio podría decir "este no es el mismo tipo que yo conocí, con dos brazos" y no sería tan mal visto si se manda a cambiar.

Aquí es donde Arieli hace un giro sorprendente y hace una analogía con la lealtad entre trabajadores y empresas. Cuando el compromiso entre trabajadores y empresas es débil entonces no tiene nada de raro que ambas partes hagan lo que sea necesario para deshacerse de la otra a la primera dificultad. Arieli argumenta mucho sobre las empresas que no se comprometen con sus trabajadores, pero también existe lo opuesto: trabajadores que ven a su empresa como un explotador al que tienen que soportar "solo por la necesidad" y al que sabotean en la primera oportunidad que tengan.

Yo tuve relación por muchos años con empresas pequeñas y medianas, donde esta enamistad, fomentada especialmente por los políticos en provecho propio, es muy común. Nunca entendí realmente a los tipos que se quejaban amargamente de su empresa y su trabajo, siempre les decía ¿Y por qué no te largas? "Ah, es que no puedo, tengo deudas, obligaciones hay que aguantar a los negreros". 

Que actitud más estúpida y cobarde, en mi caso, apenas me empezaba a apestar algún trabajo me mandaba a cambiar sin más, solo un pobre diablo puede trabajar en un lugar que odia. Y tiene que ser muy poca cosa si además se queja y trata de boicotear a los que le pagan su miserable sueldo, que sin duda ni se merece. 

Yo me perdí grandes oportunidades de desarrollo profesional y económico cuando me fuí de la importadora en Zona Franca, que fue mi primer trabajo, estando en una posición muy buena. Pero ¿Me las perdí realmente? Para nada, de haberme quedado trabajando por la plata y la posición social probablemente hoy seguiría haciendo el mismo trabajo en la empresa -que todavía existe- casi 40 años después. De solo pensar en eso me da escalofríos.

El compromiso y la lealtad no pueden forzarse, ni de parte del empleador ni del empleado, tal como tampoco se puede forzar la lealtad en una pareja. Son cosas que se dan o no se dan y cada uno decide lo que entrega y cuando.

Recuerdo por ejemplo que cuando tuve negocio contraté a unas 8 o 9 personas, creo que con todos llegué a tener una buena amistad y de no haber quebrado antes, tal vez me habría gustado que siguiéramos trabajando para siempre. Lo mejor es que hicimos buenas migas mutuamente y cuando me fui a pique recibí muestras de lealtad increíbles, hasta hoy las recuerdo con mucho cariño. Pero eso es algo que no siempre se da.

Lamentablemente en las relaciones personales y en la relación de empresa a empleado por estos días casi no existe lealtad. El veneno del resentimiento social por una parte y la prepotencia por la otra han ido envenenando poco a poco los lugares de trabajo, que es donde los asalariados pasan casi un tercio de su vida adulta ¿Quien puede ser tan imbécil como para entrar a para trabajar en un lugar que detesta y vivir quejándose de la supuesta explotación a que es sometido? Para mi la gente así, tal como los empresarios prepotentes y abusadores no valen nada. Son dos caras de una misma moneda.  

13 comentarios:

  1. Y no ayuda la indemnizacion a la chilena... o no existe o que sea a todo evento... al final hay un gallito entre el weon que quiere que lod espidan y la empresa que quiere que se vaya.

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  2. A mayor afecto, mayor compromiso. Mira tu con tu amigo McDonell; ¡te lo ibas a llevar a vivir a tu hogar para cuidarlo! ¿De qué hablas y especulas con el compromiso, cuando sólo debes revisar tus propios actos para responderte?
    En términos no de amistad, sino de amor erótico, los lazos son más potentes, pero solapados por ese omnipresente anestésico llamado "cotidianeidad"; llegado el momento de la crisis, se derrumba la cotidianeidad, se esfuma la anestesia y aflora ese lazo fuerte que nos mantiene unidos como sociedad.
    Jy1/2

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  3. Nervio, las leyes del trabajo son un cáncer en Chile: perjudican tanto a los trabajadores como a las empresas, es el mal más perfectamentye diseñado. Los únicos que se beneficiaron con eso fueron los políticos, a costa de los giles que les compraron el cuento.

    Juan y 1/2, el verdadero compromiso siempre es voluntario y espontáneo, los otros son todos bamba. Y claro, siempre nacen a partir del afecto, la simpatía y cosas así

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  4. La gente trabaja en algo que no quiere, se casa con una pareja que detesta y tienen hijos que nunca quisieron tener realmente. Si hay destinos peores que la muerte, ese es uno, pero está socialmente muy aceptado.

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  5. Sobre el tema del compromiso, los lazos son mas fuertes cuando existe esa reciprocidad (o complicidad) en los afectos que uno tenga con otros. en el trabajo esa reciprocidad antiguamente era el pilar fundamental de las empresas (un buen jefe hace un buen trabajador y viceversa).

    Cuando los compromisos son demasiado superficiales (incluso por conveniencia) la cosa es mas latera.

    Por siaca, el trabajo que tengo, si bien no me gusta, me lo hago agradable dia a dia y esa es una manera de sobrevivir.

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  6. He tenido - hasta hoy - una suerte enorme con toda parentela y allegados en materia de salud. Los que se murieron tuvieron la discreción de morirse en cuestión de días, en brevísimas agonías. Tengo una madre de casi noventa que todavía me pide la camisa para coserle un botón si ve uno desprendido. Apenas si le hago algún servicio, se arregla sola en casi todo. Mi mujer y yo venimos en un razonable declive de algunas capacidades, algún tema médico, nada grave aún, nada discapacitante sobre todo. Y en general los hijos y todo el entorno están bien.
    Así que no podría decir nada de la novia que dejó al novio después del accidente grave. Si yo fuese el damnificado me gustaría pensar que "liberaría" a la contraparte en vez de tratar de atarle a mí por mecanismos de culpa o así .... pero tampoco me pasó nunca nada ni parecido. Uls

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  7. Compromiso de verdad es el del pobre Marcel, hasta los Engels, Repetto, De Gregorio huyeron como ratas...
    EL caso de Marcel seria semejente a la novia del soldado que sabiendo que, si o si, quedara lisiado, sigue con el

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  8. Frx, tal vez no es que la gente haga lo que no quiere, sino que no quiere pagar los costos ni sufrir las consecuencias de sus decisiones. Buscan ganar sin sacrificio, tener satisfacciones sin costo, etc. y eso no existe. Por eso se quejan y chillan como chanchos en la batea, pensando ingenuamente que con eso su situación va a mejorar.

    Jose, si uno hace lo que no le gusta, lo lógico es que en lugar de quejarse trate de hacerlo de alguna manera que le guste, la otra solución es largarse. Quejarse es eunuco.

    Ulschmidt, esa es la riqueza más grande y los que hemos tenido esa suerte rara vez nos damos cuenta. Está lleno de historias trágicas, la vida por lo general es trágica: niños con cáncer, dicapacidades, enfermedades dolorasas y caras y todo eso. Count your blessings.

    Wilson, otra característica del compromiso es su duración y lo de MArcel está por verse. En cualquier caso su nombramiento muestra una de los miles de contradicciones que el gobierno de Boric tendrá que enfrentar, con proyectos armados en torno a retórica y poesía mientras la dura realidad obliga a imponer la austeridad fiscal, o al menos una apariencia de ella



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  9. Sobre Marcel: está en un ministerio que es plutonio puro. Ligerito lo van a quemar.

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  10. "Mario Marcel: la cuadratura del círculo es un problema muy interesante, que lamentablemente no tiene solución conocida"

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  11. Un amigo con tres años de casado y sin hijos, tuvo un accidente aéreo hace varios años. Quedó paralitico. Cuando la señora llegó a la clínica después del accidente, el médico que lo operó salió del pabellón y le dijo que se salvaba pero quedaba inválido para siempre, la muy perra no se quedó ni a saludar. Salió sobre la misma y nunca regresó. En ese momento me pareció horrible su actitud. Hoy, más viejo ya tiendo a ser más comprensivo. El panorama era re malo y el se cayó de weon por andar donde no debía y ella sin culpa alguna tenía que apechugar con el pastelito. En fin. Se hubiera quedado un ratito digo yo.

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  12. Respecto a la lealtad laboral, trabaje 17 años en la Constructora que el 2020 entro en proceso de quiebra, trabaje mas por compromiso hasta el ultimo dia, me fui sin niuno, sin finiquito,no fui a la inspeccion y no demande, ya no me estaban pagando ni el sueldo, con suerte me salio un trabajo mejor remunerado, llame a mi ex jefe le agradeci los 16 años buenos, le dije que a no podia seguir apañando y a otra cosa mariposa... dos meses despues y el siguiente recibi parte de mis remuneraciones pendientes asi es que me cayeron como anillo al dedo,podria no haberme pagado nada pero sin dudarlo apenas entro algo en la cuenta me tenia considerado..mi finiquito incalculable fue la experiencia, el aprendizaje, el buen trato siempre , la preocupacion genuina cuando tenia algun problema fuera de laboral, con la misma suerte hoy tengo un gerente a la pinta tambien en una empresa mucho mas estructurada

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  13. Dos buenos ejemplos de hasta donde llega el compromiso_

    Marcelo, yo creo que aunque sea socialmente mal visto, eso de cortar y mandar al diablo al accidentado, amputado, etc. es la mejor decisión. Es mucho mejor no tener ninguna relación que mantener una relación mala en la que una parte no está a gusto, es lo mejor para ambos porque las relaciones por lástima no valen la pena. Otra cosa es si existe una simpatía o cariño que hace agradable quedarse con la persona que está en problemas, a veces una persona se siente muy bien ayudando y ese egoismo también beneficia a ambas partes, pero depende de cada caso y de cada persona, no creo que haya una regla para eso.

    Rodrigo, entiendo muy bien tu punto. El ideal es siempre mantener buena relación en ambos sentidos, que haya buena fe y preocupación por los demás, etc. Claro que eso no siempre se da porque muchos trabajadores y empresarios buscan primero que nada el lado oportunista: el trabajador cagar al empresario y viceversa. Ese es un juego tóxico que le hace mal a ambos lados, aunque se crean muy pillos, tanto el trabajador resentido y boicoteados como el empleador abusivo y ventajista viven con una espada de Damocles sobre la cabeza, cuando podrían ahorrarse innumerables malos ratos simplemente no trabajando o no contratando gente. Es raro que la relación de buena fe y buena onda mutua no sea más extendida, cuando es evidentemente la que más conviene

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"