P.D. la referencia final a "America" de Kafka fue un desliz mío, en ese tiempo estaba detrás de un asqueroso trabajo (puaj), que gracias a Dios no conseguí. Así todo todo quedó solo en un pecado de pensamiento.
La felicidad es una fiesta movible (publicado originalmente el 20 de agosto de 2006)
Ayer terminé de leer "Islas en el Golfo", un libro importante para un fanático de Hemingway como yo. Pensé que había leído todos sus libros pero averiguando en la web veo que dejó más de 3.000 páginas manuscritas al morir, así es que supongo que todavía me queda algún material para disfrutar.
Este libro, junto con "A Movable Fest" (París era una Fiesta) fue publicado después de su suicidio en 1961 ambos libros están relacionados y son en buena parte autobiográficos: En París era una fiesta escribe sobre sus años de juventud después de la Primera Guerra Mudial, mientras que en Islas en el Golfo novela dos épocas de su vida: una felíz cuando vivió en Bimini y la otra oscura, cuando empezaba su decadencia en Cuba, que terminó con delirium tremens y un escopetazo en la cabeza.
En un escrito que ya ni me acuerdo Truman Capote calificaba a Hemingway como un escritor deshonesto ¿como puede un novelista ser deshonesto?, hay varias formas; por medio del habil plagio al estilo Isabel Allende, o aprovechando -como García Marquez- una extraordinaria habilidad de redacción para escribir basura a la medida de cierto público. Yo creo que Capote se refería a otra clase de deshonestidad: la de justificarse personalmente y crear una falsa imagen de si mismo por medio de su obra.
En ese sentido claro que Hemingway fue deshonesto, con sus libros y su vida pública se forjó una reputación que tenia poco que ver con el alcoholico, snob y manipulador que fue en la vida real. Pero no creo que eso tenga mucha importancia, al fin y al cabo son los personajes, no el autor los que nos hacen pensar y soñar cuando leemos. En lo que importa, Hemingway fue -podríamos decir- razonablemente honesto.
Creo que estos dos libros que escribió hacia el final de su vida son los más interesantes, en Movable Fest escribe con los lentes color de rosa con que solemos mirar el pasado. Pero la segunda parte de Islands on the Stream (Cuba) es oscura y por primera vez escribe sobre su problema con el alcohol sin disfrazarlo de alegres travesuras como hizo en todas sus demás novelas. Más interesante es que inventa la muerte de su hijos para explicar la pena que lo aplastaba y lo obligaba a emborracharse. Hasta donde yo se sus hijos lo sobrevivieron así es que ese asunto al menos es puramente literario. También se inventa una muerte heroica enfrentado con los alemanes, manteniéndose firme en el timón, hasta el final.
¡Que diferencia con la realidad! en verdad Hemingway nunca fue un héroe de guerra -quiza en su juventud, aún así es dudoso- y cuando participó en acciones peligrosas generalmente iba bien protegido y mejor apertrechado. Tampoco era un alegre bebedor sino que un alcoholico perdido con delirios de persecución del FBI. Yo creo que Hemingway vivía con miedo, terror a perder su felicidad, su salud, no soportaba la idea del sufrimiento como nos pasa a todos cuando las cosas se dan demasiado bien.
Se suicidó en 1961, a los 62 años. Uno tiende a identificarse con las personas que admira ¿me tendré que disparar un escopetazo en 11 años más? quien sabe. Por lo menos le llevo alguna ventaja porque a los 51 H. ya estaba completamente alcoholico y deprimido. En todo caso les copio un párrafo de Islands on the Stream sobre la felicidad:
«¿Cuál fue el tiempo más feliz de tu vida?», se preguntó. Tuvo que admitir que fue feliz siempre, en sus días de inocencia y cuando carecía de dinero inútil y ganaba lo suficiente para comer. Cuando una bicicleta le resultaba mucho más divertida que un automóvil. Desde la bicicleta se veía el paisaje perfectamente bien y además montarla le ayudaba a mantenerse en forma. Volver a casa en bicicleta dejando atrás el Bois y los Champs Elysées y la Rond-Point. Mirar atrás y contemplar el tránsito formando dos hileras o columnas, y ver el Arco destacando su gran silueta gris en el atardecer.
Yo también tuve el día más felíz de mi vida y lo guardo como una joya. aunque pensándolo bien ¿se puede ser "más" feliz? no creo, debe ser una sensación térmica nomás, igual que la delincuencia. Seguro que cuando me vuelvan los años malos, cargado de problemas, arrugas y achaques, con la pelada pisándome dolorosamente los talones me voy a acordar de estos días como los más felices de mi vida, con eso me ayudaré a pasar las penas a menos que pierda la cabeza -en el sentido más literal de la palabra- recurriendo a la escopeta tal como hizo Mr. H.
Bien por Hemingway, que ha entretenido tantas horas de mi ociosa vida, bien por Muerte en la Tarde, libro de toros pero sobre todo acerca de España, que tiene un final maravilloso. Y bien por este último libro suyo que tuve la suerte de encontrar. Normalmente cuando uno ha leído mucho de un autor famoso empieza con las "obras maestras" y a medida que avanza va encontrando libros cada vez peores, no fue este el paso y casi nada de lo que he leído de Hemingway me ha desilusionado.
Y sobre la felicidad, bueno, es un espejismo que cambia continuamente. En estos momentos creo que sería "más" feliz si me contratara El Gran Circo de Oklahoma, donde hay un lugar para todos, incluso para Negro. Es curioso, pero en eso estoy.
Ayer terminé de leer "Islas en el Golfo", un libro importante para un fanático de Hemingway como yo. Pensé que había leído todos sus libros pero averiguando en la web veo que dejó más de 3.000 páginas manuscritas al morir, así es que supongo que todavía me queda algún material para disfrutar.
Este libro, junto con "A Movable Fest" (París era una Fiesta) fue publicado después de su suicidio en 1961 ambos libros están relacionados y son en buena parte autobiográficos: En París era una fiesta escribe sobre sus años de juventud después de la Primera Guerra Mudial, mientras que en Islas en el Golfo novela dos épocas de su vida: una felíz cuando vivió en Bimini y la otra oscura, cuando empezaba su decadencia en Cuba, que terminó con delirium tremens y un escopetazo en la cabeza.
En un escrito que ya ni me acuerdo Truman Capote calificaba a Hemingway como un escritor deshonesto ¿como puede un novelista ser deshonesto?, hay varias formas; por medio del habil plagio al estilo Isabel Allende, o aprovechando -como García Marquez- una extraordinaria habilidad de redacción para escribir basura a la medida de cierto público. Yo creo que Capote se refería a otra clase de deshonestidad: la de justificarse personalmente y crear una falsa imagen de si mismo por medio de su obra.
En ese sentido claro que Hemingway fue deshonesto, con sus libros y su vida pública se forjó una reputación que tenia poco que ver con el alcoholico, snob y manipulador que fue en la vida real. Pero no creo que eso tenga mucha importancia, al fin y al cabo son los personajes, no el autor los que nos hacen pensar y soñar cuando leemos. En lo que importa, Hemingway fue -podríamos decir- razonablemente honesto.
Creo que estos dos libros que escribió hacia el final de su vida son los más interesantes, en Movable Fest escribe con los lentes color de rosa con que solemos mirar el pasado. Pero la segunda parte de Islands on the Stream (Cuba) es oscura y por primera vez escribe sobre su problema con el alcohol sin disfrazarlo de alegres travesuras como hizo en todas sus demás novelas. Más interesante es que inventa la muerte de su hijos para explicar la pena que lo aplastaba y lo obligaba a emborracharse. Hasta donde yo se sus hijos lo sobrevivieron así es que ese asunto al menos es puramente literario. También se inventa una muerte heroica enfrentado con los alemanes, manteniéndose firme en el timón, hasta el final.
¡Que diferencia con la realidad! en verdad Hemingway nunca fue un héroe de guerra -quiza en su juventud, aún así es dudoso- y cuando participó en acciones peligrosas generalmente iba bien protegido y mejor apertrechado. Tampoco era un alegre bebedor sino que un alcoholico perdido con delirios de persecución del FBI. Yo creo que Hemingway vivía con miedo, terror a perder su felicidad, su salud, no soportaba la idea del sufrimiento como nos pasa a todos cuando las cosas se dan demasiado bien.
Se suicidó en 1961, a los 62 años. Uno tiende a identificarse con las personas que admira ¿me tendré que disparar un escopetazo en 11 años más? quien sabe. Por lo menos le llevo alguna ventaja porque a los 51 H. ya estaba completamente alcoholico y deprimido. En todo caso les copio un párrafo de Islands on the Stream sobre la felicidad:
«¿Cuál fue el tiempo más feliz de tu vida?», se preguntó. Tuvo que admitir que fue feliz siempre, en sus días de inocencia y cuando carecía de dinero inútil y ganaba lo suficiente para comer. Cuando una bicicleta le resultaba mucho más divertida que un automóvil. Desde la bicicleta se veía el paisaje perfectamente bien y además montarla le ayudaba a mantenerse en forma. Volver a casa en bicicleta dejando atrás el Bois y los Champs Elysées y la Rond-Point. Mirar atrás y contemplar el tránsito formando dos hileras o columnas, y ver el Arco destacando su gran silueta gris en el atardecer.
Yo también tuve el día más felíz de mi vida y lo guardo como una joya. aunque pensándolo bien ¿se puede ser "más" feliz? no creo, debe ser una sensación térmica nomás, igual que la delincuencia. Seguro que cuando me vuelvan los años malos, cargado de problemas, arrugas y achaques, con la pelada pisándome dolorosamente los talones me voy a acordar de estos días como los más felices de mi vida, con eso me ayudaré a pasar las penas a menos que pierda la cabeza -en el sentido más literal de la palabra- recurriendo a la escopeta tal como hizo Mr. H.
Bien por Hemingway, que ha entretenido tantas horas de mi ociosa vida, bien por Muerte en la Tarde, libro de toros pero sobre todo acerca de España, que tiene un final maravilloso. Y bien por este último libro suyo que tuve la suerte de encontrar. Normalmente cuando uno ha leído mucho de un autor famoso empieza con las "obras maestras" y a medida que avanza va encontrando libros cada vez peores, no fue este el paso y casi nada de lo que he leído de Hemingway me ha desilusionado.
Y sobre la felicidad, bueno, es un espejismo que cambia continuamente. En estos momentos creo que sería "más" feliz si me contratara El Gran Circo de Oklahoma, donde hay un lugar para todos, incluso para Negro. Es curioso, pero en eso estoy.
Me gusta lo que he leído de H y me gusta el personaje, real o imaginario que de el mismo creó.
ResponderBorrarEl tipo rudo, mujeriego, franco directo y valiente. Cierto o no, me da igual.
No he leído todo, Si lo principal y me pasó algo similar a ti. Creía que estaba listo con H cuando un gran amigo bastante mayor me presentó “Islas en el Golfo”. Es para mi la mejor de sus novelas.
Vaya un agradecido homenaje al Dr. JCS un lector furioso, de preclara inteligencia, probablemente el mejor médico que he conocido, ya retirado y que a través de mi vida me presentó innumerables libros maravillosos.
El no va a leer esto, pero que importantes y gravitantes resultan en la vida de la gente el conocer a personas brillantes y generosas con su saber.
A mi me desagrada un poco lo que escribió sobre la Guerra Civil Española y la Primera Guerra Mundial: Por quien doblan las campanas, Adios a las armas, La quinta columna, no las volvería a leer, excepto que esté muy aburrido y no tenga otra cosa, las encontré un poco panfltarias y llenas de excusas, creo que la política no era lo suyo.
ResponderBorrarHay mucha gente que a veces solo con ser nuestros amigos, sin darse cuenta nos cambian la vida. Menos mal que los favores son gratis porque yo tengo una deuda gigantesca con mucha gente que no solo me ha regalado amistad, conocimientos sino que me han apuntado cuando he andado muerto de hambre. En ese sentido cargo deudas enormas, tal como la que describes con tu amigo.