El paraíso perdido

Uno no se da cuenta de las cosas buenas que tiene hasta que las pierde. Hace 5 días terminó el mejor mes del año, pasó mi cumpleaños y todos los días amanecieron con sol radiante, bueno, en realidad todavía sigue así. El verano es lo mejor que existe y por eso cuento mis años en veranos,. Pero ya pasó enero y ni me di cuenta, no alcancé a disfrutarlo. Recorcholis, ojala que febrero sea un poco más largo, aunque es el mes con menos días del año. A partir de mañana me aplicaré a disfrutar de cada minuto del día.

Son muchas cosas que se han ido deteriorando. Hasta un par de años atrás Arica era realmente el paraíso en la tierra, claro que rara vez nos dábamos cuenta. Uno podía bajar al centro y era como ir al living de la ciudad, nos encontrábamos con amigos y conocidos que iban a darse vueltas por el paseo de 21 de Mayo. Las cuatro cuadras más concuridas eran entre el Local de Macdonalds de Prat y la calle Patricio Lynch. 

A veces nos íbamos con mi amigo Tom McDonnell a tomar algo al Cafe del Mar, mirando pasar la gente y conversando con los amigos que encontrábamos, ¡otro maldito día de desfile! decía mi amigo, asombrado por la cantidad de gente que andaba de arriba a abajo, se paraban a conversar o bien se tomaban un café. Habían grupos que se juntaban todos los días en el Dimango o el Café del Mar, parte de la rutina diaria de muchos conocidos ariqueños, mientras pasaban comparsas de bailarines, músicos pasacalles. De todo eso queda poco o nada.

Fucking Calcutta, fucking Caracas! Llegó reclamando un día mi amigo McDonnell. El centro de Arica, uno de los mejores lugares de la ciudad se convirtió en una basura, repleta de inmigrantes ocupando el paseo como vendedores ambulantes y mendigos, no unos pocos, sino multitudes. Lo peor no ha sido la inmigración, sino la falta de respeto, la desaparición de la ley, el orden, el aseo y la tranquilidad. El lindo y agradabler paseo de la ciudad en poco tiempo se convirtió en una especie de nido de cucarachas.

Los cafés siguen atendiendo, en un intento -más o menos heróico- de mantener lo que alguna vez fue el paseo, los que quedan porque muchos han quebrado. Resulta que ya no tiene gracia tomarse un café o algo en un lugar donde pasa gente desconocida, ajena a la ciudad, ya no es una experiencia agradable.. El living de Arica desapareció y hoy es una especie de vertedero. Lo que no consiguieron los mall lo terminaron haciendo los ambulantes, mendigos inmigrantes y las estúpidas regulaciones sanitarias, hoy no tiene ningún sentido salir a dar una vuelta al centro.

Para mi en realidad no tiene mucho sentido salir de la casa, eso de salir a dar una vuelta, costumbre muy ariqueña que ahora añoro ya no tiene razón de ser. Hace algunas horas me llamó el chico Alfredo avisando que tenía una botellita de Habana Club que estaba pidiendo ser destapada, en otros tiempos más felices, nos habríamos ido a la ex Isla del Alacrán, donde cientos de ariqueños nos juntábamos a conversar, escuchar música, tomar un trago y ver pasar a los demás.

Pero unos diez años un veterano despreciable de cuyo nombre no quiero acordarme, llegó a la alcaldía y cerró el lugar con el pretexto de "remodelarlo", ha pasado el tiempo y ninguna de las ratas de dos patas que han ocupado el puesto de alcalde ha sido capaz de recuperar uno de los mejores lugares que tuvo la ciudad. También podríamos haber ido a la Costanera Norte, donde a veces también nos juntábamos pero hoy sería un suicidio, con las bandas de "extranjeros" que por cualquier cosa arman un tiroteo en la que fue una de las ciudades más seguras de todo Chile.

Muchos le echan la culpa a la inmigración, que ha traído a delincuentes y cosas así, yo creo que el problema es anterior y va mucho más allá. Es cierto que han entrado multitud de malandras y mendigos inmigrantes pero insisto, eso no es causa. El problema real es que desde hace ocho años atrás, con la idea de que había que "correr los cercos" se perdió el más importante de todos los derechos, el de vivir en un país donde se hace respetar la ley. Sin ese derecho, todos los demás desaparecen.

Hace varios años un político miserable fue sorprendido emitiendo certificados falsos, cuando lo enfrentaron con eso el se defendió diciendo "la ley es relativa". En lugar de ir a la cárcel como le correspondía, al tipo no le pasó nada y hasta el día de hoy es senador. Cuando alguien con poder político muestra esa insultante falta de respeto por la ley es que el país se ha convertido en una cloaca, donde la única ley que realmente impera es la de la selva, en que los poderosos hacen lo que se les antoja sin que nadie les toque un pelo.

Pero el asunto es todavía peor, porque se empieza con el abuso de los poderosos, pero después viene el abuso de las chusmas, el lumpen, los barrabrava, los resentidos, los imbéciles y -como no- los inmigrantes que caen en algunas de las categorías anteriores. Ellos usan el poder de las hienas, que solo atacan en manada y cuando tienen asegurada la ventaja. Eso fue lo que pasó en octubre de 2019 y sigue pasando hasta el día de hoy. Algunos políticos empezaron a correr los cercos pero ahora lo está haciendo la muchedumbre.

Porque la ley solo se puede hacer respetar por miedo. Si se pierde el miedo, inmediatamente se pierde el respeto por la ley y llegamos a la ley de la selva o al ojo por ojo y diente por diente. Cuando un político cobarde y débil mental, como Sebastián Piñera no es capáz de imponer el respeto por la ley, las hienas huelen la sangre y se descontrolan. Seguramente a Boric le va a pasar lo mismo.

Y es que el respeto por la ley nace del miedo, pero también de la calidad de las leyes mismas y sus instituciones. La gente que sale a marchar gritando que expulsen a todos los inmigrantes no solo pierden su tiempo, porque eso es imposible, sino que son incapaces de ver cual es el verdadero problema. Si de verdad les preocupa el aumento de la delincuencia que partan exigiendo la eliminación del Ministerio Público, que es el foco, la causa primera de la actual situación donde ya nadie respeta la ley.

Ninguna institución en la historia de Chile ha causado un daño tan profundo como la Fiscalía, allí es donde se han generado los peores abusos, corrupción y sinverguenzuras y desde allí empezaron a ser tolerados los abusos e irrespeto por las leyes, primero de los poderosos y ahora del lumpen. Si les preocupa la delincuencia partan por exigir la disolución del Ministerio Público, que es la instirución más corrupta y torcida en la historia de Chile.

Miren aquí al que quedó libre de polvo y paja, gentileza de los fiscales